Cuéntanos un poco cómo fue esta Transvulcania…
Fue muy parecida a la del año pasado; la única diferencia es que salí un poco mejor, porque en 2013 no me encontraba fino al principio, con piernas pesadas, por haber entrenado demasiado quizá. Esta vez estaba en el grupo de cabeza desde el comienzo y no perdí contacto con ellos en todo el rato. Sage Canaday se nos escapó cuando pasamos por el Pilar y nos llegó a coger 4 minutos, pero luego le alcanzaríamos en el mismo sitio que el año pasado. Tófol, Tom Owens, Kilian y yo fuimos en grupo hasta El Reventón; allí nos escapamos Kilian y yo y fuimos a por Sage.
A partir de ahí, mi idea era intentar coger algo de ventaja en el Roque, pero fue imposible. Llegué con Kilian y pensaba que bajando sería imposible ganarle. Bajé pensando en que no me cogiera el tercero, pero salió así la carrera. Llegué a Tazacorte con un poco de ventaja e intenté a mantenerla hasta la meta.
¿El calor fue un factor clave?
Conforme iba entrando la mañana, empezó a hacer bastante calor y Kilian Jornet llegó a La Palma prácticamente con las botas de esquí puestas. A él le tuvo que afectar mucho, pero yo llevaba una semana entrenando con calor y me vino bien para llegar más entero a la última parte de la bajada.
¿Cómo planteaste la carrera?
Llegué una semana antes de la carrera y entrené los primeros días bastantes horas, reconociendo la bajada entera un par de veces. Es algo que me ayudó, tanto por el tiempo de aclimatación como por reconocer el terreno, con lo que el sábado se me hizo más corta la carrera. Veía que no me estaba costando tanto y que pasaba bastante rápido.
¿Cómo fueron esos reconocimientos del descenso hasta Tazacorte?
Hice de todo; primero reconociendo y luego a ritmo, no entera a ritmo de carrera, pero me hice unas series de dos minutos en bajada para prepararme.
¿El descenso es lo que peor se te da de las carreras?
No es que se me dé mal, pero a Kilian se le da mucho mejor. Hay días que bajo mejor que otros, que voy con más decisión, pero en comparación con los grandes bajadores como Kilian, soy un poco lento.
Lo que no te faltó fueron los bastones…
Salí con ellos y los dejé en el segundo avituallamiento, en el que llevábamos más de 1.600 metros de desnivel. Los volví a coger en Tazacorte para hacer la última subida hasta Los Llanos, que tenía mucho desnivel. Me hacen sentir muy a gusto, la verdad. Debí ser de los pocos de arriba que los usaría. La gente prefiere no llevarlos, pero yo voy muy cómodo. Siempre que la organización permita llevarlos, supongo que los llevaré.
Y también volvimos a verte con mucha preparación con tu equipo para los avituallamientos…
Nos salió redondo. Preparamos la alimentación e hidratación perfectamente, sin tener que parar en ningún avituallamiento. Es tiempo que ganas o que no pierdes. Al ver que todo sale bien, te anima, porque a veces vas con el runrún de que has perdido medio minuto por una parada.
Esos segundos son claves, porque tenía claro que debía que llegar con un poquitín de ventaja a la última parte, y también con piernas. Sabía que no llegaríamos separados, con pocas ventajas. Pensaba que íbamos a estar más gente en el último avituallamiento. Contaba con Dakota Jones y alguno más, pero al final fue todo entre Kilian y yo.
Hidratar bien, clave para ganar la Transvulcania
¿Cuál crees que ha sido la clave de esta victoria?
Sobre todo, hidratar bien; hacía mucho calor y un poco de viento en la subida, por lo que no se notaba tanto el calor. Entonces, no te apetece tanto beber. Iba cogiendo agua y sabía que tenía que beber sí o sí. Es parecido a la bici, que te das menos cuenta de que necesitas beber. Los días antes estuvimos pensando qué beber y comer entre cada uno de los controles y tenía que llegar al siguiente sin nada.
¿Cómo ha sido el trabajo de tu equipo?
Los que hemos venido aquí no somos un equipo profesional. Me vino a ayudar mi grupete de amigos que siempre me siguen, con los que entreno en Jaca. Estuvieron unos días antes ayudándome a organizar, pensar y tener todo claro. El día de carrera estuvieron como locos, siguiéndome por el circuito, dándome agua, referencias, etc… El día de la carrera es importante que ellos estén pendientes de mí, así como para estar relajado los días previos o los de después para comentar la jugada. No me imagino estar aquí una semana solo, correr solo e irme solo. Tener su apoyo es importantísimo.
¿Quiénes estuvieron en tu equipo?
Estuvo Monrasín (Ramón Ferrer), que es el que sabe todos los datos, es como una enciclopedia de las carreras por montaña. Tenerle cerca va muy bien. También estuvo Sergio Gimeno, del equipo militar de esquí, y Mónica Sáez, que quedó décima en el Kilómetro Vertical, y también forma parte del equipo militar de esquí.

«Las tardes después de las carreras son divertidísimas, contándonos las anécdotas que han pasado durante las carreras»
¿Se cubre toda la carrera con ellos tres?
Sí, claro que se puede, pero no es nada fácil. Se vuelven locos, porque así como paso por un avituallamiento, salen disparados hacia el otro. Sergio hace casi los mismos kilómetros que yo, porque a algunos no hay acceso y tienes que llegar corriendo. Mónica va con su hijo, lo que también complica un pelín más todo, pero esto hace que nos pasen cosas que no son importantes, pero nos ayudan a pensar en otros temas que no sea la carrera, porque si no te puede llegar a saturar. Las tardes después de las carreras son divertidísimas, contándonos las anécdotas que han pasado durante las carreras.
Por lo que dices, tu equipo parece muy importante para ti
Ganar la Transvulcania ha sido un trabajo de equipo. Es un trabajo en el que llevamos metidos desde hace meses. Mi hermano, que es mi entrenador, me llama a diario. Si estuviera solo en esto y tuviera que hacerlo yo todo, no llegaría a mayo
¿Cómo compatibilizas todo con tu trabajo?
Por ser deportista del CSD, para las pruebas oficiales me permiten días libres, pero si quiero coger más días, como en este caso, me tengo que coger tiempo de mis vacaciones. El GREIM te hace trabajar en el monte, así que no me puedo quejar. Profesional no puedo serlo, me sería imposible.
«No puedo entrenar más horas que las que entreno aunque tuviera más tiempo»
Pero algunos de tus rivales sí que se dedican sólo a correr…
No creo que haya demasiados. Kilian y quizá algún americano, pero el trabajo que tengo me gusta y tengo tiempo para entrenar. No puedo entrenar más horas que las que entreno aunque tuviera más tiempo, porque el cuerpo tiene un límite y entreno lo que me permite mi cuerpo.
¿Cómo está siendo tu entrenamiento?
Cambia mucho entre pretemporada y temporada. Las semanas con carrera hago pocas horas. Mi hermano cuenta con que sumo muchas horas de entrenamiento desde crío y eso es algo que valora mucho. Luego es cuestión de ir afinando, sin fijarnos en lo que los demás hacen. Ahora para el UTMB no estamos haciendo muchas más horas que cuando corríamos maratones. No asimilo bien entrenos de tantas horas, prefiero llegar con más chispa y menos amansado, como dice mi hermano. Hacemos casi las mismas horas pero en menos días de entrenamiento, haciendo lo de tres días en uno y descansando los otros días.
¿Prefieres medir los entrenamientos en horas?
Sí, los medimos en horas, porque todo depende del terreno en el que entrenes. Normalmente se me ponen las horas y con el porcentaje de desnivel que tengo que hacer. También intentamos entrenar mucho por sensaciones, porque prefiero quedarme algo corto que pasarme y sobre-entrenar. Desde 2002 he tenido temporadas de 1.000 horas de entrenos y es un colchón con el que cuento. Confío en todos estos años para no pasarme y llegar a las carreras cansado.
Es curioso que entrenes menos que los demás, aunque sea más común echarle horas y horas…
Hay que tener en cuenta que esto no es atletismo, donde hay un protocolo de entrenamiento evolucionado y todo el mundo entrena casi igual, porque está demostrado que es lo que funciona. Esto lleva pocos años y todavía nadie tiene claro cuál es el entrenamiento más válido, así que hacemos lo que mejor nos parece, sin mirar a los demás.
Y ahora, a por la Zegama. Aunque vas a llegar más justo…
Llego el día anterior, porque no tengo tantos días como esta vez en la Transvulcania. Pero es una carrera que conozco y aunque no vaya una semana antes, seguro que alguna tarde me acerco a entrenar para refrescar el circuito. No va a ser ningún problema para planificar todo.
¿Qué diferencias, aparte de la distancia, ves entre Zegama y Transvulcania?
Zegama, aun siendo más corta, es muy dura, tiene mucha tela. Hay que pensar mucho en llevar el ritmo bueno, porque como te pases un poco se puede hacer muy larga, aunque sean tres horas menos de carrera. Zegama siempre es Zegama.
¿Y qué es lo siguiente en el calendario?
Hemos cambiado el calendario y la siguiente seguro será el Campeonato del Mundo en Chamonix y la UTMB. Esas son las fijas, pero todo lo demás sigue un poco en el aire.
El gran objetivo será el UTMB…
Sí, es el gran objetivo desde hace dos años, pero claro, mi calendario es duro, y el UTMB será la carrera más larga de mi vida. Transvulcania, Zegama, Campeonato del Mundo y UTMB son igual de importantes para mí.
¿Cada vez corres menos carreras?
He llegado a correr 27 carreras en una temporada y se me dio muy bien, pero el año pasado ya redujimos a sólo carreras importantes, de máximo nivel. Disfrutamos más, porque siempre vamos a por la victoria. Ir a tope en todas las carreras nos ha hecho disfrutar más y este año vamos a hacer lo mismo. Estaremos en unas 12 o 13 carreras para poder disputarlas todas e ir con muchas más ganas.
