El pasado sábado Luis Alberto Hernando se proclamó por segunda vez vencedor de la Copa del Mundo en Ultra Pirineu. Lo hizo gracias a un trabajado sexto puesto y a pesar de la gran carrera que se marcaron sus máximos rivales en la general: el francés Aurelien Dunanz-Pallaz y el ruso Dmitry Mityaev.
La historia de éxitos del burgalés en la carrera de la sierra del Cadí, donde ganó en 2012 y 2013, no se puede entender sin mirar hacia el sufrimiento que allí padeció. Y es que, repitiendo la historia del 2015 en la que se hizo con su primera Copa del Mundo, penó de lo lindo en la segunda parte de los 110 km de la ultra catalana.
Si en un principio pareció tener la carrera controlada, sobre todo tras los abandonos de Zaid Ait Malek y Cristofer Clemente, sus opciones de disputar la carrera se fueron esfumando con el paso de los kilómetros. Estaba claro que algo les ocurría a las fiables piernas de Hernando que, desde Prat d’Aguiló (km 60) se encontraban torpes, lentas y doloridas. El objetivo desde ese momento fue simplemente intentar llegar a meta, algo que en algunos momentos creía imposible.
Al día siguiente del esfuerzo, conversamos con él para saber de primera mano cómo vivió la prueba desde dentro.
¿Esta Ultra Pirineu ha sido la carrera en la que más has sufrido?
Recuerdo que también en [Ultra Pirineu] 2015 venía de una temporada muy dura en la que había corrido muchas carreras. Era una situación muy parecida, porque también tenía que terminar para hacerme con las World Series y sufrí tanto como ayer. De hecho [en aquella ocasión] llegué de noche, mientras que ayer lo hice con las últimas luces.
Tal y como nos contaste en esta entrevista previa, tu objetivo era la victoria.
Ayer venia mentalizado y pensando en disputar, no había ningún motivo para pensar que no iba a poder rendir. Y así fue: salí en cabeza, reservón porque iba a ser una carrera muy larga, pero cuando quise atacar solo lo pude hacer durante 15 o 20 minutos. No sé por qué me pegó un globazo terrible, una pájara bestial, estaba torpe, sin fuerza por supuesto y cuanto intentaba apretar un poquito me volvía a pasar. Era incapaz de mantener un ritmo constante.
“Sabía que lo tenía relativamente fácil, pero tenía que terminar”
A mitad de carrera tenía serias dudas de si iba a poder terminar. Sabía que lo tenía relativamente fácil, ya que no necesitaba un buen puesto para la general de las World Series, pero tenía que terminar y me quedaban más de 50 kilómetros. Sufrí mucho y las sensaciones fueron muy malas.
¿Dónde buscaste la motivación para no dejarte llevar por los pensamientos negativos?
Ayer me jugaba la general, creo que es una cosa sería y además cada vez es más difícil conseguirlo. No sé si lo volveré a hacer. Aparte, ayer vino un montón de amigos y familia a verme, los tenía a todos repartidos por el circuito. Sé que ellos también hacían un esfuerzo grandísimo para estar aquí. Tenía más de 20 personas por ahí repartidas y me sabía mal no terminar sabiendo que también ellos estaban haciendo un gran sacrificio. En carrera hay muchas cosas en las que pensar que motivan.
¿Ayuda encontrar amigos que te apoyan en los avituallamientos en esos momentos difíciles?
Sí, reconforta poder llorar un poco, decirles lo mal que vas. Seguramente no te cura los males pero reconforta. Y la segunda mitad de ayer fue eso: pequeñas carreras de un avituallamiento a otro. Yo sabía el tiempo que me faltaba para el próximo y solo estaba esperando llegar para que me dieran una palmadita en la espalda o un empujón y otra vez para afuera.
“Cuantos más amigos traigamos todos, mejor”
Por eso yo siempre digo que está bien que se pueda ayudar, aunque sea en los avituallamientos, porque si ayer hubiera estado solo, si no hubiera habido nadie haciéndome compañía y el resultado solo hubiera sido para mí, me hubiera costado mucho más terminar y no sé si lo hubiera hecho. Creo que interesa para el ambiente de los días antes de la carrera y para la competición en sí. Cuantos más amigos traigamos todos, mejor.
¿Cómo son esos momentos en los avituallamientos?
Todas las personas que me asisten son mis amigos y son mi familia, por lo que sé lo que me van a decir. Sergio me a dar una colleja y me va a decir “venga, cojones”, y otro me va a decir para siéntate aquí, descansa y no sigas. Todo ayuda, con que sean ellos los que estén ahí me sirve.
“De los problemas que se pueden tener en carrera, creo que ayer me pasaron casi todos”
Pudimos verte en la parte final de la carrera y nos sorprendió tu cadencia pesada, muy alejada del estilo potente que te caracteriza.
Si vas bien, si te encuentras bien, si vas disputando, seguramente vas sacando más pecho. De los problemas que se pueden tener en carrera, creo que ayer me pasaron casi todos: dolores musculares, dolores articulares, una pájara, ir torpe, iba dando patadas a las piedras y luego al final tenía la tripa fatal, que no podía prácticamente comer de la mala gana que tenía. Creo que me pasó de casi todo. Imagino que el porte no era muy elegante porque iba hecho un desgraciado”.

Y aunque te bastaba con ser noveno, tus rivales para la Copa del Mundo estuvieron especialmente inspirados, poniendo en peligro el título.
Ayer si alguien hizo una buena carrera fue Pablo Villa. Aprovecho para darle la enhorabuena porque lleva una temporada difícil, con problemas, y se merece este resultado a final de temporada. Seguro que es un revulsivo para empezar la temporada siguiente con ganas y hacer una buena pretemporada.
“Cuando me adelantó, le dije: ‘Pablo, no me falles”
Sabía que era el que más fácil de los 3 los tenía. Lo peor que me podía pasar era que me ganara el francés y aun así yo podía seguir noveno. También le di instrucciones a Pablo Villa cuando me adelantó. Le dije: “Pablo, no me falles”. Ellos son los que tenían que pelear más y dependía un poco más de ellos e hicieron buena carrera. A final de temporada pasan estas cosas: gente que llega mejor o que recupera mejor y gente que hemos funcionado bien en junio, julio y agosto y luego, a final de temporada, ya no podemos, no recuperamos de una carrera a otra y nos venimos abajo. Creo que es lo bonito del final de la temporada, que hay sorpresas y que no hay un patrón como al inicio. A final de temporada es muy difícil hacer pronósticos y hacer quinielas y bueno, ayer se demostró. Funcionaron muy bien y me dieron un susto.
¿Qué te llevas de esta experiencia de Ultra Pirineu, en un plano más personal?
Creo que después de sufrir como lo hice ayer, y de hacer 60 kilómetros a rastras, cualquier reto que te surja en el día a día te parece mucho más liviano y se lleva mucho mejor. Después de estar ayer de sol a sol como estuvimos, en mi caso y en el caso de todos los corredores, creo que es útil y que sí que sirven estos esfuerzos.
- Etiquetas: Luis Alberto Hernando, Ultra Pirineu 2017
