Con la incertidumbre de no haber competido desde el maratón de Transvulcania y con algunas molestias musculares de última hora, se presentó el burgalés en su tercer Campeonato del Mundo de Trail IAU-ITRA. Una medalla de plata en Annecy (Francia) en 2015 y otra de oro en Peneda Geres (Portugal) al año siguiente, le colgaban indefectiblemente la etiqueta de favorito. Y Luis Alberto Hernando, uno de los corredores más seguros del pelotón, no falló.
A pesar de la salida frenética, el líder de la selección española de la RFEA controló la carrera desde el inicio. No enloqueció antes los ritmos descontrolados de Andy Wacker, que consumieron pronto al estounidense, ni se deseperó al ver como Cedric Fleureton, al que por momentos intuíamos como ganador, se le escapaba a más de tres minutos. Luis Alberto Hernando mantuvo la cabeza fría y atacó en los últimos kilómetros, sin dejar posibilidades de respuesta a sus oponentes. Cruzó la meta en primera posicion con un tiempo de 4 horas 23 minutos y 31 segundos.
Al oro individual se le sumaba minutos más tarde el oro por equipos, tras las grandes actuaciones de Crístofer Clemente y Dani García. Doble alegría en un fin de semana histórico para el trail español en el que Luis Alberto Hernando ha cumplido con éxito el primero de sus tres grandes objetivos de la temporada. Le faltan en Campeonato de Europa Ultra y el codiciado Ultra-trail du Mont Blanc.
“Los metros de desnivel, de una forma u otra, han pasado factura. Hemos tardado incluso más de lo que tenía previsto la organización”
¿Cómo ha sido la carrera?
Esta era más corta de lo que estoy acostumbrado últimamente, y parecía que iba a ser rápida. Pero ni mucho menos. Los metros de desnivel, de una forma u otra, han pasado factura. Hemos tardado incluso más de lo que tenía previsto la organización. Han salido unos americanos muy potentes que han ido tirando, luego han ido aflojando de uno en uno hasta que, sobre el kilómetro 25, se ha puesto delante Cedric Fleureton. Yo le he cogido a él en el kilómetro 40 y me he puesto en cabeza. En ese punto quedaban tres kilómetros de subida y cinco de bajada.
Ha sido muy emocionante…
Desde luego. El francés, sobre todo, me había cogido hasta tres minutos de ventaja. Pero luego ha aflojado y la última subida ha bajado. Yo iba con problemas musculares, muy acalambrado. Cuando terminé esa subida y empecé la bajada, no tenía nada claro cómo iba a estar. No sabía si me iba a tener que parar a estirar. Llevaba así bastantes kilómetros, así que no las tenía todas conmigo.
“Los calambres aparecían sobre todo en lo llano y al terminar las subidas y empezar las bajadas. Después, el músculo se calienta y molesta menos”
Correr con calambres tiene que ser dolorosísimo.
Es incómodo. Los calambres aparecían sobre todo en lo llano y al terminar las subidas y empezar las bajadas. Después, el músculo se calienta y molesta menos. Además, no es algo que me ocurra muy habitualmente.
¿Cómo era el desnivel del recorrido?
Sabíamos el desnivel que había, pero no eran desniveles que se cogieran muy de golpe. No había subidas pronunciadas, sino que se iba por toboganes, muy poco a poco, hasta que se iba cogiendo altura. Quitando la última, todas las subidas eran de ir corriendo.
“Todos los años hay nombres nuevos. El francés que ha quedado tercero creo que es la primera vez que venía. Estábamos un poco despistados”
La gran duda de la competición era la competencia…
Venían americanos, que no les conocemos y no sabemos cómo respiran. Alguno era la primera vez que venía por Europa. Estábamos un poco desorientados. Sabíamos sus tiempos en asfalto y en pista, pero no los habíamos visto. Todos los años hay nombres nuevos. El francés que ha quedado tercero creo que es la primera vez que venía. Estábamos un poco despistados.
Comentas cada poco que te vas a retirar, que estás mayor…
Nunca había sido tan mayor como ahora (ríe). Es cierto que siempre vienen las dudas y no sabes si funcionas o no, te entra el miedo. Pero me he encontrado muy bien.
Será una gran alegría y una gran motivación…
Es un campeonato del mundo, por lo que cada vez es más difícil ganar y lo valoro cada vez más. Por supuesto, es una motivación.
“Sé que para entrenar los ultras te puedes ir al monte, pero para entrenar una maratón o una carrera como la de hoy hay que hacer muchas series, intervalos, ritmos muy altos…”
Después de esto, ¿preferirás las carreras de 50km al Ultratrail?
Para nada, preferiría que hubieran sido 80 kilómetros. Este es el quinto año que hago ultras, por lo que es una distancia que tengo más entrenada. Sé que para entrenar los ultras te puedes ir al monte, pero para entrenar una maratón o una carrera como la de hoy hay que hacer muchas series, intervalos, ritmos muy altos… no se disfruta tanto de los entrenamientos.
¿Las finales son igual de emocionantes?
En maratón hay menos distancia, por lo que las diferencias son mínimas. Son carreras más tensas y en las que se corre más nervioso. Por otro lado, cuesta menos recuperar.

“Es evidente que, cuanto más descansado se vaya, mejor se hace”
El no haber competido en Zegama y Transvulcania, ¿cómo lo ves?
No cabe duda de que si te lo juegas todo a una carta tienes más posibilidades de que te salga bien. Pero a mí no me gusta, es muy arriesgado y crea mucha tensión. De todos modos, es evidente que, cuanto más descansado se vaya, mejor se hace.
¿Pudiste correr con bastones?
He ido toda la carrera con ellos. No los he dejado en ningún momento ni los he cambiado, al final.
¿Alguna clave de la carrera?
Ha sido muy importante regular y beber bastante. He bebido dos litros de agua por lo menos para una carrera de cuatro horas y veinte, que es mucho más de lo que estoy acostumbrado. Otro aspecto ha sido mantener la calma durante los primeros kilómetros.