Dentro de unos días participará en la carrera Elbrus Race, en Rusia. Su primer reto es conseguir batir el récord de ascenso. Si lo logra, le ha pedido a la organización que le dejen seguir corriendo hacia abajo para tratar de batir el tiempo de Vitaly Shkel, la persona que más rápido lo ha ascendido y descendido. Si logra todo esto, Karl Egloff tachará una nueva montaña en su lista de siete cumbres, las más altas de cada continente.
¿Cuál ha sido tu último récord?
El Tungurahua es una de las montañas más altas que tiene el Ecuador y es un volcán activo muy temido. Estuvo casi veinte años cerrado al público porque ha mostrado actividad. Lo recuerdo en mi infancia, y después cómo estuvo cerrada toda mi adolescencia. Una vez que me empezó a gustar de verdad la montaña nunca tuve la posibilidad de ir y siempre la tuve entre ceja y ceja. Es una de las que más desnivel positivo tiene en nuestro país. Decidimos ir allí porque yo quería entrenar, no era un propósito en sí mismo. Quería un sitio con mucho desnivel y lo decidimos en el último minuto.
Y al final se convirtió en algo más. ¿Cómo fue el proyecto?
Espectacular, hicimos 3.200 metros positivos, llegamos a la cima, que tiene 5.032 metros, una de las más empinadas de Ecuador. Tiene pendientes muy pronunciadas y es casi imposible correr, así que ni hablar de subir rápido con bastones. Nos fue muy bien, hicimos 4 horas 48 desde bien abajo, en la iglesia. Es parecido a lo que sería salir desde Chamonix hasta la cumbre del Mont Blanc, pero sin glaciar. En desnivel y distancia es lo mismo.
¿Por qué ha estado cerrada la montaña?
Porque era un volcán activo y aquí tenemos ese problema. En cuanto una montaña erupciona, se prohibe el acceso en todos los sentidos. En Ecuador, lamentablemente, no es como en Europa, donde firmas un documento para subir a la montaña por tu propio riesgo.
«La Elbrus Race es una carrera muy agreste y el terreno no se presta para ir a entrenar mucho»
Ahora estás a punto de partir al Elbrus.
Salgo el 27 de abril. Nos quedamos dos días en Suiza con mi familia y luego viajaré hacia Moscu. Llegaremos al Elbrus el lunes por la mañana. Para aclimatarme he hecho mucho desnivel en Ecuador. No he dedicado noches en altura porque eso desgasta mucho, me he enfocado más en velocidad, desnivel y en tener el cuerpo a tope. Cuando esté allí voy a subir al menos una vez para la cima y luego me voy a preparar para el kilómetro vertical.
¿Cual es tu objetivo exactamente?
Quiero guardar toda la energía para la Elbrus Race, donde querría lograr el récord de ascenso. Si lo consigo, le he pedido a la organización que me dejen correr de bajada para marcar el tiempo completo. Trato de mejorar la marca de Vitaly Shkel, que lo hizo en 4 horas 39 minutos. Son doce kilómetros de subida y de bajada, 24 en total. El desnivel positivo es de unos 3.300 metros.
¿Cuál es la máxima dificultad?
Si te soy sincero, el clima. El año pasado nos ocurrió. Llegamos un martes, la carrera era un sábado y desde el miércoles no paró de nevar. Al principio estaba emocionado, pero después de 24 horas viéndola caer pensé «¡Se jodió todo!». Esto puede pasar, esperemos que en esta ocasión nos ayude San Pedro un poco más.
¿Cómo es el ambiente en la carrera?
Es una carrera muy artesanal, que no es siempre un valor negativo. Para mí, de hecho, es positivo. Llegas a conocer a la gente con la que compites, hay una fiesta después… Es también una carrera muy agreste y el terreno no se presta para ir a entrenar mucho. Debes ir preparado y soltar todos los cartuchos que tienes.
«Algunos suben la bicicleta de spinning en el teleférico, la ponen arriba y se ponen a rodar para aclimatar»
¿Hay mucho nivel?
El nivel es muy alto, sobre todo en el kilómetro vertical, la gente va a matar porque están muy acostumbrados a la nieve y a correr con bastones y, sobre todo, en nieve floja. Aquí, en Ecuador, ¿dónde hay? Me he tenido que preparar mucho en arenales. Serán cinco o seis corredores que marquen el ritmo fuerte. El año pasado estuvieron conmigo la mitad de la carrera. Solo cuando llegué a la parte alta pude hacer la diferencia por la altura. Son rusos que entrenan todo el tiempo en la montaña, incluso me contaban que hay gente que sube con la bicicleta de spinning en el teleférico, la ponen arriba y se ponen a rodar para aclimatar.
¿Qué papel juega el frío?
A mí me costó el frío en la última parte, vas muy ligero y justo cuando cambias de cumbre, entre las dos cimas, pega un viento de hasta 28 grados bajo cero. Y uno allí com la licra de ir en bicicleta… Dentro de todo, creo que esta vez voy más preparado.
¿En qué se diferencia tu proyecto del de Kilian?
El proyecto Summits of my Life de Kilian se enfoca hacia montañas muy comerciales, de las cuales cuatro forman parte de la Siete cumbres, es decir, las más emblemáticas de cada continente. Mi proyecto en particular es la cumbre más alta de cada continente, lo que quiere decir que se cruza un poco con el de Kilian en algunas montañas, como el Denali, el Elbrus, el Kilimanjaro, el Aconcagua y el Everest. Son cinco en común. En mi programa hay dos montañas que él no tiene que son la Pirámide Carstensz, la más alta de Oceanía, y el Vinson, el más de la Antártida.
Escogí también un proyecto en Sudamérica para que la gente no piense que estoy detrás de las cosas que hace él, también uso mis montañas en el paraíso de Sudamérica para entrenar y motivar a la gente que dice que yo solo corro afuera. Aquí tenemos montañas para pedir perdón, y el Huscarán fue una de ellas. Al bajar ni siquiera sonreímos, ¡de la que nos salvamos! Volvimos con principio de hipotermia. Sudamérica es un lugar perfecto para entrenar.

«Siento que me falta experiencia para el Everest»
Ahora Kilian está detrás del Everest. ¿Qué te parece su proyecto?
Lo que está haciendo Kilian rompe los esquemas de lo tradicional para mucha gente. Siempre que eso sucede tienes gente que habla bien de ti y también mal. En el caso del Everest, que vaya ligero a algunos les causa malestar y a otros les parece que es heroico. Yo lo veo de forma muy neutral. él tiene la capacidad de hacerlo de la manera que ha dicho, sin duda es un riesgo, pero si hay alguien que lo puede conseguir es él.
Tú también lo tienes en tus planes? Si consigues el presupuesto, ¿cuál sería tu planteamiento?
En mi caso, he puesto el Everest al final no solo por un tema económico. Me podría ir a trabajar aunque fuese de cocinero a Katmandú y ya vería cómo pago el proyecto. La cosa es que siento que me falta experiencia. Noto que la voy ganando y que cada vez estoy más fuerte, pero quiero llegar a la cúspide de mi carrera deportiva para finalizar con el Everest. Si vas a jugar la final del mundial no te puedes saltar las eliminatorias. Para mí, el Everest está entre ceja y ceja. Incluso le he pedido trabajo a Kari Kobler, una de las empresas más prestigiosas del mundo, para guiar y ganar experiencia. Ir allí ahora mismo sería un presupuesto impagable, por eso el paso primero es ir a trabajar, incluso a portear si hiciera falta, y cuando me sienta listo, hacerlo.
Imagino que conocer cómo lo ha conseguido Kilian te podrá ayudar.
Sin duda va a ser una referencia, marque o no el tiempo. El propósito de ir al Everest siempre lo he tenido. Que Kilian bata el récord es cuestión de tiempo y, sí, lo que el marque él va a ser una referencia para mí y me va a ayudar a saber con precisión cuál es el tiempo a batir. Lo haga o no, yo voy a estar allí guiando y trabajando. Tengo amigos que ya han hecho la ruta, la tienen clara, me han mandado la información… En el Elbrus, por ejemplo, Kilian no es necesariamente la referencia, sino que lo es Vitaly. Voy a correr en la montaña donde él juega con sus juguetes, eso es duro. Es como si alguien viniera aquí cerca, al Cotopaxi… Duele que haya una carrera, que venga un extranjero y que te gane el récord. Yo siento que hay que prepararse mucho más.
7 comentarios
Todos están en su derecho a opinar desde ya, pero lo que no valoro es la crítica infundada de los comentaristas hacia Karl. Yo tuve la dicha de tenerlo como guía de montaña en Ecuador y luego como amigo. A diferencia de lo que comentan aquí Karl es una persona sumamente sencilla, que no vive de los planes de Killian sino que con menos publicidad y presupuesto se ha dispuesto a disfrutar de su deporte y como objetivo competitivo los records. Él no compite con nadie, sino consigo mismo.
La foto de entrada no están en Monterrey blanco sino que está detrás de ellos. Sobre el personaje este ,no lo veo nunca hecho un alpinista. Gracioso lo de trabajar en cocina en katmandu para pagarse el Everest,muy infantil.
Si eres tan bueno a ver cuando te vemos por Zegama, UTMB, Pirineos etc.. de momento credibilidad 0. A mi lo d éste individuo nunca me ha olido bien… ahí lo dejo…
Éste personaje es la antítesis total del espíritu montañero. A Kilian no le llegas ni a la suela del zapato. Básicamente porque él lo basa todo en su amor salvaje por la montaña. A ti sólo te mueve tu amor por los récords, por la confrontación, por los datos. Si las montañas q él hace son tan comerciales, entiéndase, q las hace todo dios, me gustaría verte en el Matterhorn como él… lo q pasa es que tú no tienes la técnica ya q no eres un auténtico montañero…
Decir que el proyecto de Kilian es más comercial…cuando él va a por las 7 Summits…tiene miga… Estaría bien que en algún momento pensara algo que no hubiera hecho / estuviera haciendo Kilian, da la sensación de que chupa rueda en vez de ser innovador en algo.
Gracias por la apreciación, Michael. Hemos modificado la frase.
Voy a pecar de tocapelotas … no son las 7 más altas de cada continente, sino la más alta de cada continente, que en total suman 7. Como está escrito serían 49 cumbres …