LA PARTE PSICOLÓGICA DEL ENTRENAMIENTO

Jokin Lizeaga: “Hay gente propensa a hacerse yonki del trail”

La voz del de Urnieta (Guipuzcoa) es una de las más respetadas del pelotón. Su experiencia y su actitud confieren un valor especial a sus palabras. Esta vez hablamos del aspecto psicológico en su trabajo como entrenador.

Jokin Lizeaga en Zegama-Aizkorri 2017
Jokin Lizeaga en Zegama-Aizkorri 2017
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Aunque lleve una temporada alejado de los focos, Jokin Lizeaga sigue bien presente en el mundo de las carreras por montaña. Renqueante de su lesión en el tobillo derecho, el de Urnieta (Guipúzcoa) ha vuelto a aparecer en algunas competiciones secundarias como los 22 km de la Zumaia Flysch Trail o en la Boca del Infierno, donde ganó.

Pero al margen de la competición, Lizeaga, que trabaja como profesor de educación física en el instituto de Lekaroz? (Navarra), es la referencia para muchos corredores de montaña por su labor como entrenador. Figuras como Manu Merillas han pasado por sus manos y en la actualidad asesora a otros como Jordi Gamito o a sus compañeros de la selección vasca Oihana Azkorbebeitia, Aritz Egea o María Zorroza.

Si tu profesión es la enseñanza, ¿cómo ubicas en tu vida tu labor en la preparación de corredores?
Lo que me da un sustento estable es mi trabajo como profesor, el resto, entrenamiento y carreras, es un hobby en el que disfruto e intento ayudar a la gente que me lo pide.

“Los corredores somos muy ambiciosos, tal vez hasta egoístas”

A nivel de entrenamiento, hay una parte psicológica de la que casi no se habla. ¿Es importante?
En mi caso, paso más horas haciendo de psicólogo que de entrenador. Los corredores somos muy ambiciosos, tal vez hasta egoístas, y siempre queremos más de lo que podemos. En lugar de conformarnos, miramos de reojo a los que nos rodean y queremos tener lo mejor de cada uno de ellos.

Es la base de la competición, intentar superar a los demás para superarse a uno mismo, ¿no?
Sí, pero deberíamos preocuparnos más de nuestro rendimiento que de compararnos con los demás. Los resultados, que son el producto de esta comparación, dependen de muchos factores y muchos de ellos no los podemos controlar. He visto muchos fracasos mentales por malas carreras y seguramente la solución era tan sencilla y tan complicada como aceptar que hay otros mejores que nosotros, y que posiblemente han entrenado mejor.

“Hay que valorar lo que hacemos y, también, conformarnos con lo que tenemos”

¿Se te da muy a menudo este trabajo psicológico?
Sí, pero yo lo entiendo como una parte más y, de hecho, es el aspecto que como entrenador más me llena. Me gusta tratar de transmitir que lo más importante es sentirse bien contigo mismo, ser feliz con lo que haces, independientemente de los resultados. Hay que valorar lo que hacemos y, también, conformarnos con lo que tenemos.

Entiendo entonces que tienes más trabajo después de una mala carrera de los atletas a los que entrenas.
Sí, pero curiosamente las victorias no tienen por qué dar la felicidad. Conozco muchos casos de gente que lo ha ganado todo, o casi todo, y no han conseguido ser felices. Sin embargo otros que no han ganado nada, pero que se conforman con pelearse con su rendimiento, entrenan siempre con una sonrisa en la cara. Eso es lo que intento conseguir; ya que este deporte no da para comer, por lo menos que no dé felicidad. El resultado da una felicidad de corto recorrido, que dura mientras todo el mundo te alaba por lo bien que lo haces, pero luego muchos vuelven a hundirse. Se necesita algo más.

“Somos unos afortunados por poder correr por la montaña, por poder sacar 2 o 3 horas para entrenar”

¿Y qué es?
Cambiar la mirada, conformarnos y valorar lo que ya tenemos. Somos unos afortunados por poder correr por la montaña, por poder sacar 2 o 3 horas para entrenar y por tener caminos preciosos cerca de casa donde hacerlo. Hay mucha gente que no tiene ese tiempo, ni vive en un sitio adecuado, ni tiene la capacidad física que le permita practicar nuestro deporte. Si supiéramos ver estas cosas, disfrutaríamos más.

Parece sencillo.
El deporte en sí ya es bastante sacrificado como para estar flaqueando mentalmente. Lo hacemos porque nos gusta, no porque nos pagan, entonces que sea para estar satisfechos. Lo último tiene que ser lamentarnos porque nos han ganado. El mundo está lleno de desgracias así que, mientras podamos estar en el monte disfrutando de nuestro hobby, ¡qué menos que no agobiarnos!

“Gestionar mal el éxito trae después tristeza, ansiedad y depresión. Cada vez hay más casos”

En este sentido, ¿cómo ves la evolución de los corredores?
Las redes sociales facilitan ese reconocimiento social, ese fenómeno fan que muchas veces hace que el ego se te apodere. Gestionar mal el éxito trae después tristeza, ansiedad y depresión. Cada vez hay más casos.

Pero correr por montaña, ¿también tiene efectos positivos?
Hoy en día hay muchísima gente a la que le está valiendo para salir de agujeros con drogas u otros vicios. La montaña te ofrece tranquilidad, un lugar inspirador y saludable, y también un espacio donde a nivel deportivo es fácil mejorar rápidamente. En su justa medida, puede ser una herramienta muy útil para ganar autoestima y superar problemas.

“Hay un momento en el que pasas de disfrutar de la montaña a agobiarte por querer conseguir ciertos objetivos”

¿Hay gente que se pasa?
Sí, hay un momento en el que pasas de disfrutar de la montaña a agobiarte por querer conseguir ciertos objetivos. La competición, en general, tiene las dos caras. Te puede ayudar a cambiar de hábitos y a llevar una vida más armonizada, pero si te pasas te puede traer problemas como psicológicos. Hay gente propensa a hacerse yonki del trail.


¿Te gustaría que este deporte se profesionalizara?
Veo bastantes aspectos negativos: aumentaría la competitividad, el uso del dopaje y se desdibujarían los valores de la montaña. Por otro lado, si pagasen muy bien en los 5, 8 o 10 años que puedes estar rindiendo a un alto nivel, pero como cobra un futbolista, entonces lo vería bien. Pero probablemente estará mal pagado y para que eso es mejor que no sea profesional.

“Podría irme a cenar en la víspera de la carrera con cualquier de los que al día siguiente me van a ganar”

¿Cambiaría la relación entre los corredores?
Muy probablemente porque el poco dinero que hubiera sería para unos pocos y eso trae conflictos. Yo me alegro mucho de no tener ningún enemigo en este deporte; podría irme a cenar en la víspera de la carrera con cualquier de los que al día siguiente me van a ganar. De hecho, ahora entreno a gente con la que compito y, si nos estuviéramos jugando el salario probablemente no lo haría. Trataría de ganarlos en vez de compartir lo que sé. Por suerte ahora mismo hay amistad entre muchos corredores, se respetan la mayoría de las reglas y hay poca trampa.

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2 comentarios
  1. A Tomás. No tengas esa punzada, de veras. Le estás enseñando a tu hija que lo más importante es pasarlo bien, luchar y disfrutar. Eso vale mucho.

  2. Mi hermana me comentó un día que salía en todas las fotos de carreras sonriendo qué si era pose porque además es mi fisio y sabe lo destruido que termino. Siempre se posa un poco pero para mi que entreno a solas, las carreras son una fiesta y las fiestas son para pasarlo bien ¿no? Por otro lado está mi hija de 5 años que a menudo me pregunta cuando ganaré una carrera y cuando contesto que nunca, siempre tengo una punzada de desilusión en el estómago.

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