No hay aficionado a las carreras por montaña que no haya escuchado el nombre de Jessed Hernandez Gispert. A pesar de su edad, 35 años, es todo un veterano en este deporte, con más de dos décadas de experiencia y con un palmarés envidiable en el que relucen, entre otros, dos segundos puestos en la Copa del Mundo de Skyrunning (2008 y 2010) y victorias como las de Ultra Pirineu (2009 -cuando era todavía Cavalls del Vent-) o el Olympus Marathon.
Su último triunfo llegó el pasado fin de semana en la Marató Vall de Congost. En su octava participación asaltaba lo más alto del podio superando a corredores de la talla de Cristóbal Adell. “Este año estoy más motivado y me lo estoy tomando más en serio. Llevo ya dos meses entrenando, sobre todo con la bicicleta porque están todos los caminos llenos de nieve y no he podido correr”, nos comenta Hernandez, residente de Estana (La Cerdanya), a más de 1.000 metros de altitud, y trabajador del servicio de emergencias de Puigcerdà.
“Ayudaba a mi tío con el ganado y, por no estar parado mientras pastaban las vacas, me echaba a correr”
Empezaste en las carreras cuando todavía no estaban de moda.
Sí, hace ya muchos años, no recuerdo cuando. Yo siempre he corrido en la montaña, desde que era niño. Subía a mi pueblo a ayudar a mi tío con el ganado y, por no estar parado mientras pastaban las vacas, me echaba a correr.
¿Cómo conociste el mundo de las competiciones?
En aquel momento estaba la carrera del Aneto y con algún amigo queríamos ir a correrla. Éramos menores de edad y tampoco teníamos manera de desplazarnos, así que nos quedamos con las ganas.
“Coincidí con corredores que ya son historia de este deporte, como Bruno Brunod, Jean Pellicier o Ricardo Mejía”
Pero luego sí que fuiste a muchas carreras y en diferentes partes del mundo.
Cuando tuve 18 entré en la selección catalana e íbamos a la Copa del Mundo. Allí coincidí con corredores que ya son historia de este deporte, como Bruno Brunod, Jean Pellicier o Ricardo Mejía. Nos lo pasábamos en grande.
Es muy conocida la lista de carreras que Kilian apuntaba en un papel y que pocos años más tarde conseguiría ganar. ¿Cuáles eran tus sueños entonces?
Nunca he tenido ilusión por ganar carreras, solo lo hacía porque me lo pasaba bien. Lo que pasa, es que me gustaba mucho machacarme cada vez más y eso hizo que tuviera buenos resultados. Ahora sigo igual, me da bastante igual si gano o no, no es algo que me motive para seguir corriendo.
“Nunca me he tomado el trail en serio, eso no va conmigo”
¿En algún momento decidiste tomártelo más en serio? ¿Intentaste ser profesional?
Para nada. Hombre, si hubiera habido mucho dinero de por medio tal vez me lo hubiera planteado, pero no fue el caso. Nunca me he tomado el trail en serio, eso no va conmigo.
Sin embargo, conseguiste importantes resultados y, lo más sorprendente, sigues manteniéndote en lo más alto de muchas carreras importantes. Como ejemplo, tu plata en la Ultra Pirineu 2016. ¿Cómo lo haces?
Mi único secreto es disfrutar y eso para mí significa compartirlo con los amigos y hacer lo que me apetece en cada momento. Seguir planes rígidos de entrenamiento te mete mucha presión y dejas de disfrutar. No digo que no haya que hacer series de vez en cuando, pero mi filosofía es ir sobre la marcha y ver cada día lo que me pide el cuerpo, no lo que diga un entrenador o un papel.
“A mí me da igual ganar, pero si hay nivel me lo paso mejor, me motivo más y corro más rápido”
¿Ahora te entrena alguien?
En estos momentos no, pero este año voy a empezar con Eduard Barceló para preparar específicamente dos pruebas: la TDS en Chamonix y la Ultra Pirineu.
¿Dónde más te veremos este 2018?
Iré a la Ursa Trail en Grecia, un lugar al que suelo ir por la calidad de la carrera y por su belleza, y también al Reventón. Parece que habrá un buen nivel y eso es lo que más echo de menos de las pruebas de antes. Ahora hay muchas y cada uno va para un lugar, antes nos juntábamos más y era más divertido. A mí me da igual ganar, pero si hay nivel me lo paso mejor, me motivo más y corro más rápido.
“Cuando Dios me hizo lo gastó todo en el motor. Me dio uno muy potente pero de lo demás no me dio nada: ni sacrificio, ni constancia, ni planificación”
¿Cómo más ha cambiado el trail running en este tiempo?
Mi sensación era que antes éramos una familia, coincidías y te conocías. Ahora hay muchísima gente que sabe más bien poco del deporte que practica y del medio en el que está. Se ha masificado mucho, no tanto por las pruebas, como por la gente que ha ido llegando. Supongo que esto es positivo para el negocio y es verdad que ahora las carreras importantes tienen más repercusión, pero se ha desvirtuado el ambiente.
¿Cómo te gustaría verlo dentro de 10 años?
Hay miles de carreras, pero que valgan la pena hay muy pocas. Me gustaría que se pasara la moda de este deporte y que quedaran solo las de calidad, las que miran verdaderamente por el corredor.

Siempre se ha destacado tu talento como corredor. ¿Cómo te definirías tú?
Cuando Dios me hizo lo gastó todo en el motor. Me dio uno muy potente pero de lo demás no me dio nada: ni sacrificio, ni constancia, ni planificación… Así soy.