20 AÑOS EN LA MONTAÑA

Imanol Alesón: “En las ultras yo no veo rivales, sino compañeros”

El vasco nos explica cómo se fraguó su reciente victoria en la Eufòria de Andorra Ultra Trail con Julián Morcillo, así como los motivos de su pasión por la ultradistancia.

Imanol Alesón en la salida de Eufòria, en la Andorra Ultra Trail 2018
Imanol Alesón en la salida de Eufòria, en la Andorra Ultra Trail 2018
Jorge Millaruelo - @jmillaruelo | No hay comentarios | Compartir:

Eran más de las 2:00 horas de la madrugada del pasado sábado cuando Imanol Alesón y Julián Morcillo cruzaron la línea de meta en la plaza de Ordino. Llevaban 67 horas y 15 minutos surcando los 233 km y 20.000 m de ascenso de la prueba más dura del Andorra Ultra Trail y en sus rostros se dibujaba una sonrisa reconfortante. El gesto natural tras el deber cumplido que, sin embargo, pronto intuía cierta nostalgia por el final de todo lo compartido.

Para el toledano, era su segunda victoria en Eufòria. Para el guizputxi, la primera después de un quinto puesto en la última edición, en el año que cumple dos décadas como corredor de montaña. Un buen momento para detenerse y hablar con él.

“Para mí esto más que una competición era una aventura”

Fuisteis primeros desde el inicio y, leyendo la crónica de la carrera, parece que no os haya costado demasiado ganar la segunda edición de Eufòria.
Recorrer más de 200 km nunca es sencillo, pero para mí esto más que una competición era una aventura. Se parece más a una travesía en un formato rápido y con asistencia. Aunque también hay una clasificación final, no tiene nada que ver con la rivalidad que se vive en las carreras cortas.

En ese sentido, ¿cuál era vuestra estrategia?
La clave fue coger un ritmo y saberlo mantener. En estas carreras no gana el más rápido, sino el más resistente porque lo normal es que la mayoría de corredores vayan yendo más lento con el paso de las horas.

“Soy un poco patoso y a mi edad cada vez me cuestan más las bajadas rectas y técnicas”

¿Qué fue lo más duro?
Es una carrera para gente de montaña, con varios tramos en los que solo te puedes guiar con el GPS y en los que apenas hay sendero. Por las condiciones de la montaña, que tenía bastante nieve, tuvimos que hacer varios rectos que si bien en subida no me molestan, en las bajadas lo paso mal. Soy un poco patoso y a mi edad cada vez me cuestan más las bajadas rectas y técnicas.

¿Dónde está el límite?
Se suele hablar mucho del kilometraje, pero el factor clave está en el desnivel. Una persona es capaz de andar durante más de una semana y superar los 1.000 km si es en plano, pero la cosa cambia si le empezamos a añadir desniveles.

“Después de la tercera noche, mi cerebro empieza a alucinar de verdad. Recuerdo también que tuve caídas por quedarme dormido”

¿Y tu límite personal?
Pues no lo sé. El año pasado corrí el Tor des Géants y sé que no volveré. Acabé quinto y todo me fue muy bien, pero vi los peligros de no hacer caso al sueño. Después de la tercera noche, mi cerebro empieza a alucinar de verdad. Recuerdo también que tuve caídas por quedarme dormido. Sabiendo gestionar bien esto, no sé hasta dónde sería capaz de llegar.

¿Cómo es correr una carrera así en parejas?
Es una experiencia increíble. Te vas apoyando y se crea una gran relación, también con los demás. En las ultras yo no veo rivales, sino compañeros. Todos nos ayudamos. Como ejemplo, te diré que la mujer de Salvador Vilalta, que quedó segundo, nos avitualló también a nosotros. ¿Cómo se puede hablar así de competición?

“Ese gesto hizo que saliéramos todos muy unidos de allí y este año, hemos estado todos en la misma casa”

El año pasado también viviste una bonita historia de compañerismo con Nahuel Passerat, que fue el compañero de Morcillo.
Sí, tras compartir algún tramos con ellos, nos encontramos a ‘Nahu’ llorando en una base de vida. Pensaba que se había lesionado, pero realmente estaba desconsolado porque la organización no encontraba su bolsa, llevaba las zapatillas destrozadas y pensaba que tendría que abandonar por ello. Coincidió que calzaba un 46, como yo, así que le dejé unas nuevas que llevaba yo. Aunque finalmente apareció su bolsa, ese gesto hizo que saliéramos todos muy unidos de allí y este año, hemos estado todos en la misma casa.

¿Cuáles son las claves para hacer un buen equipo?
En tantas horas, la tortilla da la vuelta muchas veces. No vale la pena ponerse nervioso porque tu compañero va más lento o si tú mismo pasas una mala fase. La única clave es animarse constantemente, aunque pienses que estás apunto de retirarte, y nunca forzar a tu compañero.

“En alguna revista ví que hacían el Maratón del Aneto, de Benasque a la cima, y me apunté”

Hace ya 20 años que te estrenaste en esto de las carreras por montaña. ¿Por qué empezaste?
De joven había jugado a la pelota mano y al fútbol, como hacíamos todos en mi pueblo, y después me apunté al triatlón. La sección de correr era la que mejor se me daba y por eso me decidí a probar a correr en la montaña. En alguna revista ví que hacían el Maratón del Aneto, de Benasque a la cima, y me apunté.

¿Qué recuerdas de tu debut?
Sobre todo que me dio muy fuerte y en un mes corrí 3 maratones, con el Maratón Alpino Madrileño y el Maratón del Valle de Chistau, también en Huesca.


“Cuando empezaba solo había unas zapatillas con algo de taco para la montaña, ahora hay tiendas enteras”

En todos estos años, habrás visto cambiar mucho al deporte.
Sí, me llama mucho la atención la evolución del material. Cuando empezaba solo había unas zapatillas con algo de taco para la montaña, ahora hay tiendas enteras y no sabes por dónde empezar. Lo mismo pasa con las mochilas. Recuerdo que en mis inicios iba con manguitos de ciclismo.

Y respecto al ambiente, ¿también va cambiando?
Sí, la esencia de la montaña se mantiene en las carreras más largas. En el resto, hay ya demasiada competición. Aunque no creo que esto dure siempre. Parece que se busca que la rivalidad llegue también a las ultras y eso a mí no me va. Yo no vivo de esto, así que por lo menos me gustaría llevarme de aquí buenos amigos.

“Para ir bien en las ultras lo que se necesita es tiempo”

¿De qué vives?
Soy bombero, lo que me deja mucho tiempo para entrenar. En estos años corriendo, me he dado cuenta de que para ir bien en las ultras lo que se necesita es tiempo. En las cortas puedes ir bien aunque no entrenes muchos si tienes calidad, pero estas pruebas tan largas son cuestión de horas y horas de estar en el monte. Y para eso no valen todos los trabajos.

Por último, ¿cuál es tu consejo para mantener la motivación para seguir corriendo?
Simplemente con no sentir que tengo que parar ya me motivo. Tengo una musculatura muy resistente y a pesar de todas las horas que le meto, 2 o 3 al día, nunca he tenido una lesión. También recupero muy bien, si después de cada carrera me quedara muy resentido seguramente no acabaría dejando.

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