22 años, un grado de fisioterapia en el bolsillo y un invierno para derretirse quemando desniveles sobre la nieve de Alpes, Pirineos, Sierra Nevada y, como no, su querida Sierra de Madrid. Con este entusiasmante panorama se ha encontrado Fátima de Diego, una joven “excesivamente prudente” que hace cuatro años dio un giro a su vida y se abrió a los deportes de montaña. “Estoy aprovechando estos meses de descanso al finalizar los estudios para viajar de un lugar para otro, siempre persiguiendo la nieve. Creo que he esquiado más este año que en toda mi vida”, ríe la de San Lorenzo del Escorial.
Con una niñez y adolescencia volcadas en el deporte (tenis, padel, atletismo), en los años de universidad se empezó a interesar por la montaña. Del trail running, en el que que ya se ha proclamado campeona del mundo de Kilómetro Vertical en la categoría de promesas (sub23), dio el salto hace dos temporadas al esquí de montaña. Su cuarto puesto en la Vertical de Font Blanca dice mucho del potencial deportivo con el que cuenta la de San Lorenzo del Escorial. En otra competición, el Open Vall de Boí, pudimos hablar con ella.
“Empecé saliendo a la montaña, corriendo en ella y mis piernas me han traído hasta aquí”
¿Qué hace una chica como tú en un lugar como este?
Pues no lo sé muy bien. Empecé saliendo a la montaña, corriendo en ella y mis piernas me han traído hasta aquí. Bueno, también las amistades. Una cosa ha llevado a la otra, sin pensarlo demasiado.
¿Has mamado la montaña en casa o ha venido después?
No, en mi casa no son muy amigos de los deportes de montaña. Me apoyan muchísimo en lo que yo hago, pero no les gusta porque ven sobre todo los riesgos. Empecé a correr por la montaña hace poco cuando estaba en la universidad y luego vi que alguna gente hacía lo mismo en invierno pero con esquís. Lo probé y me piqué. Subida para aquí y bajada por allí y ya me había enganchado.
“Las victorias y los podios me motivan para seguir apretando para salir a entrenar”
Imagino que también estarán sorprendidos del gran nivel que has adquirido tanto en las carreras de verano como sobre los esquís de montaña.
Sí, aunque no me gusta fijarme solo en los resultados. Llevo muy poco tiempo en este mundo y lo que de momento he conseguido es divertirme muchísimo. Las victorias y los podios me motivan para seguir apretando, para salir a entrenar. En el esquí de montaña, me sorprende ver hasta donde he llegado, teniendo en cuenta todavía estoy aprendiendo la técnica y a manejarme con el material. Si supiera deslizar y usar bien los bastones…
¿Qué es lo que más te gusta del ‘skimo’?
Los esprints, tanto verlos como vivirlos desde dentro porque son muy emocionantes. Son carreras en las que un detalle te puede dejar fuera, en las que no sabes qué va a pasar y es esa incertidumbre lo que más me atrae. Es explosivo, es un show y, aunque no se me dé muy bien por lo lenta que soy en las transiciones, es lo que más me divierte.
“Me encanta combinar los dos deportes porque es una manera de cambiar el chip y cogerlo todo con más ganas”
¿Y del trail running?
Me encantan los verticales. Subir a tope y, cuando llegas arriba, saber que tendrás tiempo para respirar y para mirar el paisaje antes de bajar.
¿Y si tuvieras que elegir?
Me encanta combinar los dos deportes porque es una manera de cambiar el chip y cogerlo todo con más ganas. Antes hacía cross durante los inviernos, pero ahora se me pasa el invierno mucho más rápido.
“Correr y esquiar son maneras de desconectar del resto de cosas de mi vida”
¿Crees que estos deportes darte una forma de ganarte la vida?
Me están dando una manera de vivir, pero no pienso en ellos como un futuro profesional. Es muy difícil conseguir los apoyos suficientes y, además, te pueden pasar muchas cosas, empezando por las lesiones, que acaben con tu carrera. Además, la mejor manera para disfrutarlos es sin presión. Para mí, correr y esquiar son maneras de desconectar del resto de cosas de mi vida: del estrés, del estudio, de las prácticas o del trabajo. Si no tienes otras obligaciones no disfrutas tanto. En la montaña se me olvidan todos los problemas.
Sin embargo, eres de las pocas corredoras de tu edad que ha encontrado un patrocinador.
Sí, en el equipo junior de La Sportiva me tienen como una princesa. Se arriesgaron mucho conmigo porque me cogieron sin que yo hubiera demostrado nada. Todo el apoyo que nos dan es muy importante, porque el material en estos deportes es bastante caro para los jóvenes que todavía no hemos empezado a trabajar.
“Llevo dos años en esto y todavía hay material que desconozco”
Además en el esquí de montaña, el mantenimiento y preparación de las tablas y las pieles de foca son un aspecto decisivo. ¿Cómo lo llevas?
Si te soy sincera, llevo dos años en esto y todavía hay material que desconozco. Me da un poco de vergüenza decirlo porque me parece una parte muy importante, tanto prepararlo para la competición como cuidarlo.
Cuéntanos tu sueño.
Tengo muchos. Ahora pienso en un viaje a Ecuador, donde quiero subir algún volcán, que no quiero que se retrase mucho. También me gustaría esquiar en Japón y muchas otras cosas.

Te gusta la aventura, ¿no?
Siempre he sido una persona muy miedosa, excesivamente prudente, y es un objetivo personal a largo plazo trabajarme esos miedos. La montaña me está enseñando a no pensarme tanto las cosas.