Emma Roca acaba de volver de Estados Unidos tras firmar un segundo puesto en la Run Rabbit Run, una carrera de 100 millas conocida por sus suculentos premios, los mayores en un ultra a nivel internacional. 65.000 dolares se reparten entre los siete primeros chicos y chicas, de los que 12.500 son para cada uno de los ganadores.
Es el quinto verano que la catalana viaja con su familia a Norteamérica para combinar vacaciones y carreras. “Siempre me voy con muchas experiencias nuevas y más unida que nunca a los míos. Cuando estoy en plena carrera, saber que los tengo allí y que en algunos avituallamientos me los encontraré, me da una energía extra que me encanta”, explica en su propio blog.
En esta ocasión, su segunda tentativa a los 172 km y 6.000 m de ascenso de la carrera de Steamboat Springs (Colorado), las cosas le fueron bien. La de la Cerdanya se hizo con la plata tras 22 horas y 31 minutos corriendo, tras Courtney Dauwalter.
A sus 44 años, Emma Roca es la viva imagen del ‘carpe diem’. Aprovecha cada instante de una vida poliédrica en la que tan pronto sube al podio de una ultra a nivel internacional, como cuida de sus tres hijos, monta otras tantas empresas, termina su tesis doctoral o mantiene su trabajo como bombera.
Empecemos por la Run Rabbit Run. ¿Cómo la definirías?
Al margen de los datos técnicos de distancia, desnivel y perfil, es una prueba curiosa porque separa a los corredores en función de sus aspiraciones. Las tortugas, que son los corredores que van a ir más lento salen por la mañana, mientras que las liebres lo hacemos al mediodía. Eso hace que desde las cuatro o cinco horas de carreras vayas adelantando gente, que te va animando y es muy motivante. Por otro lado, hay unos cambios de temperatura fortísimos, pasando de 37ºC a la salida a -5ºC a la noche.
“Sencillamente corren por el placer de correr”
¿Y respecto a la organización? ¿Es muy diferente a correr en Europa?
El Estado de Colorado, con sus Rocky Mountains, tiene una gran historia en este tipo de carreras y todo el pueblo se vuelca en la organización, desde los abuelos a los niños. Es muy bonito vivirlo y ver cómo estas pruebas forman parte de la cultura y de la identidad de la gente. Es otra filosofía con un ambiente muy auténtico y con una tradición de generaciones haciendo la misma carrera sin manías ni complejos, sin idolatrar fantasmas ni ídolos efímeros, sencillamente corren por el placer de correr.
Imaginamos que con semejantes premios el nivel también sería muy alto.
Entre las liebres salimos 10 mujeres para disputarnos el podio y estuvo muy competido. Allí hay muchas corredoras de nivel que no conocemos porque no cruzan a Europa, pero que son fortísimas.
“Hay muchas carreras bonitas por el mundo como para ir repitiendo”
Dicen que si no vas al UTMB, no existes en el mundo del trail, pero a ti hace años que te dejaron de ver por allí. ¿Ya no te llama?
No, hay muchas carreras bonitas por el mundo como para ir repitiendo. Allí estuve dos años, porque el primero se cortó la carrera por la meteorología, y no creo que vuelva. Quiero aprovechar al máximo los años que me quedan a un alto nivel y para mí eso implica buscar carreras que sean diferentes, en las que visite países nuevos, culturas sorprendentes. Yo no corro por el mero hecho de dar una zancada tras otras, necesito que me llene.
¿En qué momento de tu carrera sientes que estás?
[Se ríe] En la recta final, en esa bajada en la que ves un muro al final por el que no podrás pasar.
Sin embargo, tus resultados no dicen lo mismo. Sigues acostumbrándonos a verte en el podio de las ultras más importantes del planeta.
Eso es gracias a que son carreras muy largas y muy duras mentalmente. Las chicas ahora van muy rápidas, pero no se puede ir así tantas horas. Cuando ya llevas más de 12 horas, entra la noche y llega ‘el hombre del Mazo’, entran en juego otro tipo de factores que no tienen que ver con la edad. Allí es donde reside mi fortaleza, porque soy muy constante y siempre me guardo energías para el final. De todas formas, cada vez cuesta más estar arriba.
“Si estar allí delante algún día me exige más dedicación, horas y sacrificar más cosas que las que ahora mismo quiero, lo dejaré”
Y tu faceta como corredora, es solo una más de una vida en la que te dedicas a muchas otras cosas. ¿Cuesta compatibilizar?
Las carreras son solo una parte de mi día a día y ahora mismo, para que el cuerpo recupere bien, descanso 3 meses entre cada una. Y así seguiré compitiendo mientras no desequilibre el resto de mi vida. Si estar allí delante algún día me exige más dedicación, horas y sacrificar más cosas que las que ahora mismo quiero, lo dejaré. A partir de ese momento iré a correr únicamente por placer y a las carreras de al lado de casa.
¿Cuáles son tus claves para llevar una vida tan intensa?
También tengo mis bajones; hay días que pienso que no llego y que se me come el tiempo. Pero aprovecho cada minuto: viajando, en casa, en las guardias del trabajo… ¡Otros prefieren sentarse en el sofá y yo no lo toco! El secreto de la productividad es que todo lo que hagas te encante. Entonces no me importa estar trabajando mientras estoy en un avión y mi compañero de asiento está mirando una película.

