El próximo fin de semana Eli Gordón regresará a la Barbudo Trail en Jumilla (Murcia) para dar por finiquitada la temporada. Lo hacen satisfecha de sus progresos en un año en el que distintos problemas físicos se lo han puesto realmente complicado.
Tras no poder entrenar con continuidad hasta pasado el verano, la ex karateca de Montornés del Vallés (Barcelona) llegó más tarde que pronto a su punto de forma. Justo a tiempo para el Campeonato del Mundo de Mountain Running, disputado recientemente en la Patagonia argentina.
Ante la inconsistencia de sus resultados previos, su selección para el equipo español fue cuestionada, pero ella resolvió las dudas como mejor sabe hacer: entró en el top10 de la prueba, puntuando para que el combinado femenino de la Federación de Atletismo (RFEA) se colgara la medalla de plata. “Pasa igual que con el fútbol, que parece que todo el mundo sabe un montón y lleva un seleccionador dentro. Supongo que habrá que aprender a convivir con ello”, asume la catalana.
“Al final todo ha mejorado y he vuelto a recuperar las buenas sensaciones”
¿Cómo estás?
Bien, contenta, no esperaba terminar la temporada de trail con la selección española en un Mundial. Respecto al resultado, a nivel individual estoy tranquila con mi rendimiento, aunque te engañaría si te dijera que no quería más. Como equipo y como experiencia, ha sido una pasada y una buena manera de cerrar un año complicado.
¿Has tenido problemas?
Uno tras otro, pero el principal es que no he podido tener continuidad para entrenar. Empecé en noviembre dándome un fuerte golpe en la rodilla, que ha resultado tener un tratamiento muy largo y complejo. Conseguí levantar la cabeza en mayo, pero al regresar me vinieron todos los males. Entre ellos, un hematoma en el empeine del pie que me dejó fuera de Transvulcania. Unas semanas después, me detectaron falta de hierro. Fui compitiendo, haciendo lo que podía, pero no me sentía bien. Creo que ha sido mi año más difícil como corredora de trail, aunque al final todo ha mejorado y he vuelto a recuperar las buenas sensaciones.
“Como estudié INEFC, siempre me había entrenado yo misma”
Explícanos los problemas con el hierro. Suele ser algo habitual en las chicas, ¿verdad?
Es cierto que a veces surgen problemas derivados de la menstruación, pero no creo que fuera mi caso. De hecho, todavía no sé por qué me ocurre, tal vez me cueste absorberlo. En la práctica, me supuso correr en condiciones difíciles, sobre todo en Pikes Peak donde fue quinta], y tener que parar 3 semanas antes de Sky Pirineu.
Desde hace unos meses tienes a Rafa Flores como entrenador. ¿Qué ha supuesto este cambio?
Como estudié INEFC, siempre me había entrenado yo misma. Un tiempo atrás empecé a compartir esta función con un amigo y me di cuenta de que podía ser muy positivo que alguien me supervisara y me viera desde fuera. Después conocí a Rafa Flores y decidí empezar a trabajar con él. Ha sido una temporada muy atípica, con muchos parones, pero ya voy notando algunas mejoras. A nivel de entrenamiento, hago muchas cosas diferentes.
“Lo que más echo de menos es el poder compartir las carreras con mi pareja”
Vas a cumplir tu segunda temporada en el equipo español de Salomon. ¿Es muy diferente tu manera de vivir el deporte respecto a cuando ibas por libre?
Bueno, tal vez tenía un poco menos de presión, aunque ahora tengo apoyo a varios niveles (material, para viajes…) y relación con otros corredores que están en una situación parecida. Lo que más echo de menos es el poder compartir las carreras con mi pareja. Eso se vuelve más difícil. ¿Qué haces ahora al final de temporada? ¿Llegas a parar del todo?
Sí, hay que desconectar, aunque me cuesta mucho. Correr es un deporte de mucho impacto y va muy bien a nivel articular y, por supuesto, también a nivel mental. Lo mejor es si me pilla de vacaciones y me obligo a dejar las zapatillas en casa. Lo que sí que intento es hacer otras actividades: nadar, bici, andar… Cualquier cosa para pasar el mono de correr.
