Daniel Osanz ya ha dejado de ser un promesa para convertirse en realidad. Después de ilusionar en las categorías inferiores, el año pasado hizo el triplete en el Mundial de Skyrunning en su categoría Junior, esta temporada ha dado el salto a la competición absoluta, con solo 20 años, superando sus propias expectativas.
Tras las habituales citas invernales con el cross, disciplina que no ha dejado de practicar, el aragonés estrenó el calendario de competiciones en el Campeonato España Trail Corto, donde fue sexto. Después voló a Transvulcania, donde venció en el KV y fue segundo en el Medio Maratón cumpliendo además con un gran sueño: superar a su ídolo, Luis Alberto Hernando. Con su otra victoria en el Santana VK, prueba bonificada, el de Jaca (Huesca) apunta ahora hacia la Copa del Mundo de la explosiva modalidad.
Y aún le queda tiempo para estudiar medicina en la Universidad de Zaragoza, donde ya vivió en sus primeros años.
“No creo que esté preparado ni física ni mentalmente para distancias más largas”
¿Cómo llevas ese
salto a la categoría absoluta?
Algunos me dicen que con 20 años ya tengo que centrarme en correr con los
mayores, aunque yo no quiero olvidarme de mi edad, ni de las pruebas de mi
categoría. Eso sí, no quiero desaprovechar las oportunidades que me van
saliendo como ahora la Copa del Mundo de KV.
A nivel de
distancias, sigues apostando por lo corto y explosivo.
Con mi entrenador, Jesús Romero, queremos ir con mucha calma. No podemos
olvidarnos que incluso en los ultras cada vez se corre más deprisa, así que
esta parte más atlética sigue siendo importante. Este año quiero ir creciendo
hasta los 30 km, y tal vez probar mi primer maratón, pero con mucho cuidado. No
creo que esté preparado ni física ni mentalmente para distancias más largas.
¿Cómo es la vida en
el alto rendimiento? ¿Se puede compaginar con los estudios de medicina?
La vida del atleta requiere mucha dedicación y muchas horas de entreno, y
sinceramente, a mí me cuesta sacarlas. Yo hago todo lo que puedo, aunque creo
que a veces no llego a todo porque de 08:00 a 15:00 horas tengo que estudiar.
Intento entrenar antes de ir y, sobre todo, por las tardes.
“A veces el cansancio es tan fuerte que no puedo dormir aunque esté muerto de sueño”
¿Cómo van las notas?
De momento, muy bien. He conseguido llegar al tercer curso sin retrasos y
es algo de lo que estoy muy orgulloso. Aquí no dan ningún tipo de facilidad
para los deportistas, así que intento utilizar el tiempo al máximo. Aprovecho
los viajes de las carreras para estudiar.
Imagino que en
temporada de exámenes será todo más estresante.
Sí, mi mayor problema es la fatiga que voy acumulando. En periodos de
entrenamiento de carga o de exámenes, me quito horas a dormir y a veces pasa
factura. El problema no solo es a nivel de rendimiento, sino también a nivel de
cabeza. A veces el cansancio es tan fuerte que no puedo dormir aunque esté
muerto de sueño.
“De esto no se puede vivir a largo plazo”
Actualmente, ¿qué
predomina en tu vida: la parte de estudiante o del atleta?
El deporte y la montaña son lo que realmente me apasiona, pero sé que de
esto no se puede vivir a largo plazo. Así que mi plan es terminar los estudios
de medicina y no me importa si me cuesta más tiempo porque me he exprimido
compitiendo. En el futuro me veo trabajando en algo que mezcle las dos cosas.
Da la sensación de
que en los últimos años ha crecido mucho el apoyo a los atletas. ¿Es así?
Creo que hay menos de lo que parece, aunque sí que vamos mejorando. Tanto
corredores, como organizadores, grupos de tecnificación, prensa… Todos estamos
trabajando para llevar este deporte a un nivel superior, aunque a día de hoy,
si te fijas, la mayoría de la considerada elite tiene su trabajo al margen.
“Quiero dar mi mejor nivel, sin pensar en lo que se espera de mí”
Siendo tan joven has
conseguido un notable palmarés. ¿Cómo se lleva el éxito? ¿Es fácil dejar de tocar
con los pies en el suelo?
Aquí si te alejas del suelo, pronto te das de bruces con él. Es obvio que
la presión va aumentando cada año y hay que aprender a gestionarla. Tuve unos
meses difíciles porque con los exámenes veía que no encontraba la forma. Al
final, si eres constante, los malos momentos pasan. En mi caso, tengo la suerte
de tener un núcleo cercano que me cuida e intenta que me evada de todo eso. Quiero
dar mi mejor nivel, sin pensar en lo que se espera de mí.
Tu hermano Álvaro,
que tiene ahora 16 años, también está brillando en su categoría. ¿Qué os han
dado en casa para alimentar esta pasión?
Cuando era niño viví en Zaragoza y allí, sinceramente, no hacía nada
deporte. Fue trasladarnos a Jaca y empezó el gusanillo. Mi padre empezó a hacer
montaña y a correr, y se nos fue pegando. Al principio yo estaba más centrado
en el atletismo y no quería hacer mucha montaña porque pensaba que me volvería
lento. Esa idea se ha ido de mi cabeza y ahora llevamos 5 años en esto del
trail toda la familia excepto mi madre, que es la que más lo sufre porque hay
fines de semana que estamos cada uno en una punta de España compitiendo.
“Soy hiperactivo y esto es una manera de enfocar toda mi energía”
¿Qué es lo que has
aprendido en este lustro?
Sobre todo a entrenar mejor, a conocerme y a saber qué es lo que me
conviene y qué no.
¿Y a nivel personal?
El deporte me ha hecho una persona diferente. Soy hiperactivo y esto es una
manera de enfocar toda mi energía. Con el trail he aprendido valores,
especialmente el valor del esfuerzo y el trabajo, y también que todo tiene una
recompensa. Eso lo aplico en otras cosas de la vida como los estudios. De hecho,
creo que si no hiciera deporte, tampoco sería capaz de estudiar.
