Cangas de Onis 1995 fue el año que vio nacer a la actual corredora de referencia en Los Picos de Europa. De familia corredora y montañera, «de casta le viene al galgo» como se suele decir, y no es de extrañar en este caso.
Personalmente, conocí a Claudia siendo una niña, en el kilómetro vertical de Brañosera. Era muy joven, pero rebosaba pasión y montañismo por todos sus poros. Era un vertical largo y tendido hasta llegar a la cima del Valdecebollas. No recuerdo el tiempo que Claudia invirtió en dicha aventura, en mi pensamiento quedaba marcada como una chica muy joven en esto de correr por la montaña, pero daba igual todo. ¡Ella tenía ilusión! Una ilusión que ha movido sus pies, corazón y cabeza hasta los días de hoy, días de seguir buscando los límites en su paraíso, ¡sus Picos de Europa!
Desde aquel 2015 en el pueblo de Brañosera ha llovido ya un poco. Claudia ha madurado como persona y como corredora, no la llamaremos en este caso atleta, pues ella ¡es montañera! Una montañera de terreno técnico, abrupto, escarpado, recio y duro como lo son los parajes que la vieron nacer, los bonitos y técnicos Picos de Europa.
La mayor formación caliza de la Europa Atlántica, con importantes procesos cársticos, simas que llegan a más de 1.000 metros, erosión glaciar muy patente y presencia de lagos. Cuna de gente dura, auténtica, gente de montaña.

«Mi vida se divide en dos mundos: el de la montaña y el del arte, que casan maravillosamente, ya que no hay nada más poético que nuestro paisaje.»
¿Quién es Claudia Gutiérrez Lueje?
¡Menuda pregunta! Tengo 28 años y resido en Gijón, aunque soy de Cangas de Onís. Soy profesora de Lengua Castellana y Literatura en la ESO y Bachillerato. Como siempre digo, mi vida se divide en dos mundos: el de la montaña y el del arte, que casan maravillosamente, ya que no hay nada más poético que nuestro paisaje.
Te gustan las carreras técnicas y duras ¿De dónde viene esta afición?
Desde pequeña voy al monte con mi familia, así que llevo toda mi vida recorriendo «les Caleyes» (como decimos por aquí) de Picos. Tengo bastante asimilado el terreno técnico, recuerdo que con trece años recién cumplidos le pedí a mi padre que hiciéramos la Travesera por etapas (algo que ahora es bastante común, entonces era rarísimo) así que ya hace quince años “conocí el miedo” de subir la Fragua, bajar Mesones y ascender los 2000 metros positivos de Dobresengos. Todo esto lleva a que me sienta más segura en una bajada técnica o en una subida muy pronunciada. Supongo que es porque siempre tendí a entrenar menos el asfalto que la montaña, me motiva menos.
«Una ultra requiere años de preparación»
¿Cómo se prepara una carrera tan bestia como la Travesera?
Tras muchos años corriendo en el monte, el cuerpo me pedía dar un salto de la maratón a un reto mayor. Considero que una ultra es una distancia que requiere años de preparación para que el cuerpo esté verdaderamente adaptado a este esfuerzo. Así, después de cuatro años haciendo distancias maratonianas (desde los 18 a los 22 años), salté a la ultra. Estaba realmente nerviosa en la primera edición, pensando que no podría terminar la prueba (tenía 22 años). Sin embargo, la recuerdo como una de las carreras en las que más he disfrutado a lo largo de toda mi vida, corriendo sin ninguna presión, salvo la de llegar a meta.

«Mi padre es la única persona que ha conseguido terminar todas las ediciones (diecinueve) de la Travesera»
¿Cómo asturiana, el amor por esta carrera imagino que te llega incluso de familia, no?
La Travesera es LA prueba de Asturias. Muchas personas están años entrenando teniéndola como objetivo deportivo. Es una carrera de carácter mítico y cuando la superas sientes que te acercas un poco a la sensación que tendría Hércules al finalizar sus doce trabajos. A este valor, presente en todo corredor o corredora de Trail en Asturias, se suma el hecho de que mi padre es la única persona que ha conseguido terminar todas las ediciones (diecinueve), hazaña al alcance de muy pocas personas en el mundo, ya que ¿quién puede participar en la misma prueba de ultra distancia a lo largo de una veintena de años y nunca haber tenido que abandonar por lesión, vómitos, mareos? ó ¿no haber coincidido con un examen, un viaje, una boda?
¿Cuándo te diste cuenta de que podías superar el récord de la prueba?
El día anterior había mirado los tiempos de récord y mi aspiración era bajar de las catorce horas. Sin embargo, cuando llegué a los Lagos, vi que ya iba en tiempo de récord. Aun así, mantuve la cabeza fría, quedaba muchísima carrera por delante, eso sólo significa que iba en el camino adecuado. Subiendo Dobresengos me di cuenta de que me encontraba mucho mejor que en otras ediciones, normalmente el desnivel de esa canal se hace eterno, pero esta vez me pareció más amable. En Les Vegues ya era consciente de que prácticamente seguro iba a bajar el récord. Pero entonces comenzó otro miedo: el récord estaba asegurado, pero Mayi (Mujika), la segunda chica, estaba a tan sólo doce minutos de mí, no podía permitirme ninguna flaqueza.
¿Que se siente al entrar en meta, en tu tierra, en tu carrera fetiche y como récord femenino de la prueba?
La entrada en meta de la Travesera es más dura de lo que puede parecer. Tras quince kilómetros por Portudera, donde subes y bajas, pero no hay llano, te tienes que enfrentar a una recta de algo más de un kilómetro de asfalto donde debes darlo todo para no parecer que estás acabada. Así que esos últimos cinco minutos de carrera sólo podía pensar: “corre, corre, aunque te cueste la vida” y no me dio tiempo a disfrutar hasta que no llegué a los últimos cincuenta metros y sentí que “taba fecha”.
¿Qué diferencia la Travesera de otras carreras?
No es sólo un factor, son muchos que, si los unes, dan forma a una prueba única. Por un lado, está su carácter técnico (de todas las carreras en las que he participado, sólo el Cainejo estaría a su altura). Sin embargo, a pesar de su tecnicidad, tiene muchos kilómetros corribles en los que alguien rápido puede lucirse (desde los Lagos hasta Vegarredonda, desde Valdomingueru hasta meta). Finalmente, no debemos olvidar lo tremendamente involucrada que está la gente con esta carrera: cientos de voluntarios de todas las edades, desde niños hasta personas mayores, cientos de personas animando en el recorrido, otras tantas esperando en la meta tanto al primero como al último.
¿Qué material “ligero y rápido” te resultó indispensable en esta gesta?
Antes de decidir el material, hay que mirar bien el tiempo que va a hacer. Normalmente de noche la temperatura suele ser muy baja, por lo que otros años compito con la térmica de manga corta de OS2O (seamless). También debe tenerse en cuenta la nieve. Si hay bastante es recomendable llevar malla (Trail compression shorts), más que short. Sin embargo, este año el calor estaba asegurado, así que me tiré hacia el material más ligero: los shorts, la camiseta speed y, por supuesto, los calcetines de dedos, de los que estoy completamente enamorada, concretamente los ultra toesocks, que protegen las pantorrillas del golpe contra les cotoyes (las zarzas), las rocas y el barro.

Junto a esto se encuentra el material obligatorio: el chubasquero (la OS2O waterproof Trail jacket), las mallas largas (compression pants), la gorra (ultra Trail cap) y los guantes finos (SpeedLiteGloves).
¿Un deseo?
Que la Travesera siga dándonos alegrías a todos los corredores (y corredoras, que cada año somos más) ¡Puxa la Travesera!»
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