Christel Dewalle es posíblemente la mejor especialista en Kilómetros Verticales en estos momentos, así lo atestiguan sus múltiples victorias frente atletas de referencia internacional. La última fue en el KV de Zegama, donde pudimos hablar con ella.
Sin embargo, su nombre vive marcado por la oscura sombra del dopaje después de que, en mayo de 2017, la Federación Internacional de Skyrunning la desposeyera del Campeonato del Mundo de la especialidad y la suspendiera durante 4 meses al encontrar heptaminol en su sangre. Una sentencia “muy leve”, que solo se explica atendiendo a la falta de evidencias que demuestren que esta sustancia mejore el rendimiento deportivo. La corredora francesa se excusaba así: “Tomé ‘Ginko Fort’, que me propusieron en la farmacia porque no había ‘Daflon’, por un problema venoso”.
Aceptó el castigo, aunque no fue fácil ni para ella ni para su entorno. Durante el periodo de suspensión pensó en retirarse, aunque finalmente decidió darle la vuelta a la situación y volver a la competición, a sus 35 años, más fuerte que nunca. “Ahora miro hacia adelante con una nueva fuente de motivación, al saber que algunas de mis oponentes internacionales no han considerado ningún atenuante, encerrándose en una moralidad sin concesiones. En serio, tengo ganas de que llegue septiembre”, escribía en un comunicado.
Y septiembre llegó y Dewalle volvió como había prometido. Venció en las cuatro pruebas del Vertical Kilometer World Circuit (VKWC) en las que pudo presentarse (KM de Chando, Grand Serre, Limone, Fully -quedándose a 14 segundos de su propio récord firmado en 2014-), aunque esto no fue suficiente para hacerse con un título que ya estaba en manos de Laura Orgué.
Este 2018 no está siendo sino una continuación de ese torbellino ganador. De momento, tacha por victorias sus participaciones en la Copa del Mundo de KV (Trentapassi, Transvulcania y Zegama) y acaba de llevarse su tercer título nacional de ‘Course en Montagne’.
«Todo eso es ya una historia pasada»
Es increíble el buen estado de forma en el que estás.
Sí, ahora mismo estoy muy centrada en conseguir la máxima puntuación en el circuito mundial, que es mi principal objetivo del año.
¿Es una forma de reivindicarte tras lo que ocurrió el año pasado?
Todo eso es ya una historia pasada. Ahora trato de mirar hacia delante y demostrar que mi nivel deportivo está por encima de todo lo que ocurrió.
«Cuando me enteré de lo que estaba ocurriendo el mundo se me cayó encima»
A pesar de que ya lo contamos, nos gustaría saber cómo viviste tú todo este proceso.
Como ya dije fue todo un accidente, nunca quise hacer trampas. Cuando me enteré de lo que estaba ocurriendo el mundo se me cayó encima. Me hicieron mucho daño y todo mi entorno lo ha pasado muy mal con esto.
Pero decidiste volver.
En un primer momento estuve a punto de abandonar. Tras tanta dedicación y habiendo pasado tantos controles previamente, no merecía lo que me estaba pasando. Siempre he tenido la conciencia muy tranquila, así que esperé a que pasaran los meses de suspensión y he regresado para demostrar que aquello fue un error.
«Yo no sabía que ese medicamento llevaba sustancias prohibidas»
¿Dónde estuvo el fallo entonces?
Creo que hay que hacer más trabajo de prevención y de información. Yo no sabía que ese medicamento llevaba sustancias prohibidas. No lo pone en el prospecto, ni me lo dijo el médico.
¿Te dio eso una motivación extra?
Sí, me animó para entrenar todavía más duro. Todavía no he entendido cómo he podido vivir este infierno.
«No piso el gimnasio, odio estar encerrada»
Cambiando de tema, ¿cómo es esta dinámica de entrenamiento?
Entreno todas las mañanas, mientras mis hijas están en el colegio. Dos días a la semana hago series y el resto me dedico a disfrutar por la montaña. No piso el gimnasio, odio estar encerrada, ni hago trabajo específico de fuerza. De vez en cuando hago también bicicleta y en invierno esquí.

¿Eres una corredora profesional?
No, no vivo de esto. Me dedico a cuidar a mis hijas y a trabajar como secretaria en la empresa de mi marido.
«Cuando mis niñas crecieron empecé a salir por la montaña. Descubrí que estaba hecha para esto»
¿Cómo empezaste a correr?
Cuando era adolescente hacía algo de atletismo, pero realmente no lo disfrutaba. No me gustaba demasiado correr por la pista y lo acabé dejando. Después fui madre, bastante joven, y cuando mis niñas crecieron empecé a salir por la montaña. Descubrí que estaba hecha para esto. En 2011 empecé a competir.
Eres una de las corredoras que más se ha especializado en la modalidad vertical. ¿Por qué?
Simplemente porque es la que más me gusta y la que mejor se me da. Me encanta subir, llegar a las cimas de las montañas lo más rápido posible. No puedo decir lo mismo de las bajadas. Gracias a la competición, he podido mejorar mis tiempos, ser cada vez más rápida, y es esa superación la que me tiene enganchada.
