Son muchas las situaciones en las que Azara García de los Salmones, como cualquier otra corredora por montaña, ha sido menospreciada por ser mujer.
Una de las que recuerda con mayor estupor fue en la Ethiotrail de 2016. “No lo olvidaré nunca. Un viaje precioso a una carrera que me hacía mucha ilusión y que ha quedado en mi recuerdo con muy mal sabor. Inocente de mí, se me ocurrió ponerme en la primera fila en la línea de salida [como acostumbra a hacer en cualquier otra prueba]. De repente, empezaron a gritarme y a empujarme hasta que entendí que las mujeres teníamos que dejar salir primero a todos los hombres. Luego me miraban como si hubiera hecho algo gravísimo”.
Fue un momento sobrecogedor, tal vez incomprensible desde la óptica europea acostumbrada a que el machismo se esconda bajo formas más sutiles. Y ejemplo de ello fue, meses más tarde, el Maratón de Los 10.000 del Soplao. La de Corrales de Buelna (Cantabria) ganó en la categoría femenina, haciéndose con una impresionante quinta plaza en la clasificación absoluta, pero no fue merecedora de aparecer en el vídeo resumen de la carrera, tampoco las ganadoras del resto de categorías. Esa ocultación se reprodujo al día siguiente en gran parte de los medios que se hicieron eco de la prueba por lo que decidió denunciarlo y grabó un vídeo en colaboración con Marcos Santiago, el ganador en la prueba masculina.
“Ahora muchas chicas se ponen en contacto contigo para que les ayudes a denunciar”
Era el inicio de la campaña #NoSomosInvisibles a la que posteriormente se han ido sumando más mujeres deportistas que ven como sus logros no tienen una repercusión proporcional a la de sus compañeros. “Por desgracia este tipo de situaciones siguen siendo más comunes de lo que nos parecen y había que hacerlo saber. La campaña ha ido creciendo y ahora muchas chicas se ponen en contacto contigo para que les ayudes a denunciar”.
La última fue, a partir de unos conocidos, Rafaela Román. La malagueña venció el pasado fin de semana en la Ultra Trail Sierras del Bandolero tras 21 horas y 40 minutos de esfuerzo, en gran parte bajo la lluvia. Sin embargo, nadie de la organización la esperaba en la meta. “Ha sido gravísimo –continúa García-. No quiero ni pensar lo que tuvo que sentir esa persona con un recibimiento tan desangelado, sin organización, ni speaker, si hasta le tuvo que poner la medalla su pareja. Luego ves las imágenes de la llegada del ganador y te das cuenta del desprecio con que a veces se nos trata a las mujeres”.
“La primera reacción siempre es intentar buscar justificaciones”
La organización no tardó en darse cuenta de su error y ya ha pedido públicamente disculpas. “Lo peor de todo es que la primera reacción siempre es intentar buscar justificaciones, excusas, cuando lo que hay detrás es un machismo tan extendido que a veces hasta pasa desapercibido. Finalmente el problema no está solo en el deporte, está en toda la sociedad”.
No hay sido la única rectificación que las mujeres han conseguido haciendo públicas estas situaciones de discriminación de género. “Denunciando el machismo en el trail hemos conseguido muchas pequeñas victorias”. Desde medios de comunicación digitales que han cambiado sus titulares para incluir a las mujeres, a carreras que han igualado los premios económicos para las categorías masculina y femenina.
“Un punto fundamental es que ellos también se involucren, tomen conciencia y nos apoyen”
Pero no todos enmiendan su error. “Todavía te encuentras con marcas que retribuyen económicamente a los hombres, pero solo con producto a las mujeres. Por ese motivo me marché de alguna, veía que compañeros con menor palmarés se les valoraba más”.
Por eso Azara García anima a todas las deportistas a que sigan denunciando estas situaciones injustas. “Un punto fundamental es que ellos también se involucren, tomen conciencia y nos apoyen. Tenemos que dejar de pensar que no nos van a hacer caso. Con #NoSomosInvisibles, me he dado cuenta de se consiguen más cosas de las que pensamos”.