Aritz Egea Cáceres fue uno de los protagonistas del reciente Marathon du Mont-Blanc. El vasco estuvo en la cabeza de carrera, dibujando un precioso duelo con Kilian Jornet en la subida a Coll de Possettes (km 22), pero a falta de unos 7 km empezó a notar que el cuerpo no le respondía como quería. “Me costaba mucho correr y me encontraba mal, pero en ese momento no me preocupó demasiado”, recuerda. Pudo llegar a la meta, en un meritorio quinto puesto, y unos instantes después se derrumbó sobre la lona de las Golden Trail Series.
Su gesto evidenciaba que el de Urretxu (Guipuzcoa) estaba completamente deshecho del esfuerzo, aunque como él mismo comentaba desde el firme su situación no era grave. “Tenía mucho calor y me encontraba muy cansado, con dolor de piernas y cierto tembleque. No estaba para tirar cohetes, pero no era nada que no hubiera sentido al finalizar otras carreras tan competidas”.
El problema llegó cuando se levantó para acudir a la prueba antidopaje. Mareado, fue acompañado a la carpa de primeros auxilios. “Tenía la musculatura tan agarrotada que no podía ni mover los brazos, y con 40º C de temperatura. La situación ya era más preocupante y empezaron a ponerme hielo. No conseguía hacerme entender con el servicio médico, porque me costaba mucho vocalizar, pero enseguida me bajaron la temperatura y empecé a recuperar la agilidad”.
«En el momento no me puse demasiado nervioso, pero informándome a posteriori»
El susto había pasado, pero las imágenes del hundimiento del actual campeón de España y de Europa de Skyrunning, profesor de Universidad de profesión, ya estaban dando la vuelta al mundo por las redes sociales. Hablamos sobre su repercusión, la intimidad de los corredores y el papel de la prensa.
¿Cómo estás?
Bien, físicamente estoy como después de haber corrido otro maratón. Estoy destrozado de las piernas, pero en el cuerpo no noto nada especial.
¿Sabes lo que te ocurrió?
No lo tengo muy claro, aunque todo parece indicar que es un golpe de calor. Revisando la meteorología, he visto que subió mucho la temperatura en la última parte de la carrera. En el momento no me puse demasiado nervioso, pero informándome a posteriori me he asustado un poco, he visto que por encima de 42º las consecuencias pueden ser mucho más graves llegando incluso a la muerte.
«Nunca tuve la sensación de ir demasiado carburado»
¿Cómo te atendieron los servicios médicos? ¿Te dieron algún fármaco?
No, solo hielo. Me dijeron que si me metían suero tendrían que llevarme al hospital en helicóptero, pero no fue necesario porque en 10 minutos me bajó la temperatura. Después me hice el control antidoping y por la tarde ya estaba normal.
Imagino que tendrá que ver con el sobreesfuerzo de una carrera tan agónica.
Sinceramente, nunca tuve la sensación de ir demasiado carburado. De hecho, he mirado el Movescount [ver galería de imágenes] y el pulso más alto aparece cuando ya me encuentro mal, no cuando voy peleando con Kilian. Pasó algo en mi cuerpo, la tripa se me bloqueó y tal vez no asimiló los dos litros de agua que bebí por el camino.
Como atleta, y sabiendo que en una persona a la que no le cuesta hacer autocrítica, ¿sientes que cometiste algún error en el Mont Blanc?
En este caso no. Esto no es como hace dos años en Zegama, cuando no llevaba la ropa que debía y sufrí una hipotermia. En esta ocasión, no sentí nada raro hasta que me dio el petardazo, así que no quiero darle demasiadas vueltas.
«Tenemos que tener claro que esto que hacemos no es sano. Vamos a las carreras para llevar nuestro cuerpo por encima de nuestras posibilidades»
No es la primera vez que vemos la imagen de un corredor abatido tras finalizar una carrera por montaña.
Todos tenemos que tener claro que esto que hacemos no es sano. Vamos a las carreras para llevar nuestro cuerpo por encima de nuestras posibilidades, aunque lo intentamos hacer de una forma controlada. No me gusta eso de llegar a la meta a cualquier precio, como aquellas imágenes del triatleta Jonathan Brownlee empujado por su hermano, pero en mi caso no fue para tanto. Incluso me saqué la foto de meta.
Otras instantáneas más duras que te hizo la prensa corrieron como la pólvora. ¿Cómo lo viviste?
Aunque en el momento no me enteraba mucho, claro que me molestó que mientras estaba hecho un despojo no pararan de grabarme y de emitir en directo. Hay que pensar que las familias lo pueden estar viendo y se pueden preocupar, pero esto es el trail. Cada vez hay más intereses por generar noticias rápidas, aunque no sean importantes, y sobre todo por ser los primeros, y creo que en algunas ocasiones se nos va de las manos.
«Las fotos históricas en el deporte siempre han tenido mucho morbo»
No quiero hacer de abogado del diablo pero para el periodista, y más en una emisión en directo, no es fácil discernir entre lo que se puede y no se puede contar.
Todos sabemos cómo funcionan los medios, y más desde la llegada de las redes sociales, y está claro que esas imágenes venden. A la gente le gustan porque muestran la épica y la dureza que ensalza este deporte. Yo mismo compartí una al día siguiente de la carrera [ver galería de imágenes], aunque lo hice para informar de que estaba bien. Las fotos históricas en el deporte siempre han tenido mucho morbo, son en las que los protagonistas salen hechos un cristo, pero hay que marcar un límite.

¿Dónde?
No sé cómo es la manera, pero la integridad y la vida privada de los atletas deberían quedar a un lado. Tenemos que tener en cuenta de que este deporte es muy amateur y todos los atletas somos muy accesibles. Incluso a Kilian le puede seguir la gente en plena carrera para sacarse una foto. Esto es bonito, pero que a veces hace difícil ubicar la línea que separa el deporte de la vida privada. Por otro lado, cada vez veo más polémica y entrevistas con mala leche en los medios de trail, como buscando una mala respuesta o un titular exagerado, y me gustaría que estas prácticas se alejaran al máximo del trail running. Si no, al final acabaremos como en el fútbol.
«Me controlo más porque sé lo que tengo detrás y que hay gente que está esperando a que tengas un desliz para sacar el chascarrillo»
Es indudable que el trail running también va creciendo. Cada vez hay más presión mediática, pero también de aficionados e incluso de sponsors. ¿Influye esto en la espontaneidad de los corredores?
Por supuesto. En mi caso, antes no tenía reparos en contestar y publicar mis opiniones en las redes sociales sin meditarlo tanto. Ahora le doy varias vueltas antes de pulsar el botón. No es que no sea el Aritz Egea original, pero me controlo más porque sé lo que tengo detrás y que hay gente que está esperando a que tengas un desliz para sacar el chascarrillo.
2 comentarios
Si no hay fotos no me sirve
Veo en foto de meta que corrió con una gorra pero de las que no tapan la cabeza entera… ¿pudo tener eso algo que ver con lo que le sucedió?