Suele vestir con camisas de cuadros, con los dos o tres botones superiores sin abrochar. Anda descalzo por todo el hotel y saluda tranquilamente a todo el que se cruza en su camino. A pesar de ser una de las figuras más reconocibles del trail running mundial, se ve que Anton Krupicka es un tipo tranquilo y cercano.
En las horas previas a la carrera consulta su ordenador, trata de leer un periódico escrito en catalán o charla, sobre todo, con sus colegas de Estados Unidos, como Dakota Jones o Joe Grant, además de con otros grandes corredores internacionales, como Emelie Forsberg, Anna Frost o Kilian Jornet. Aquí os mostraamos un pedazito de cómo es Anton Krupicka.
¿Practicas otros deportes de montaña?
Sí, hago algo de escalada tradicional y algún solo libre bastante fácil. Nada de grandes paredes. Es importante practicar para esos tramos de carreras en los que tienes que usar las manos y hacer escaladas cortas.
¿Qué te pareció la actividad de Kilian Jornet en el Mont Blanc escalando la Innominata, en la que ha mezclado trail running y alpinismo?
Es exactamente el tipo de actividades que me inspiran. Me encanta estar en la montaña y es increíble ver a alguien como Kilian, que tiene talento, dedicación y pasión por este deporte, mezclando dos deportes como el skyrunning y el alpinismo.
Pero alpinismo y trail running parecen dos acercamientos muy diferentes a la montaña; precisamente los alpinistas creen que hay mucha competición al correr…
En el alpinismo también hay competición, porque a la gente le importan las primeras ascensiones, el tiempo empleado en subir y bajar, la dificultad de las rutas por las que asciendes o desciendes… Quizá no hay competiciones o carreras como en el trail running, pero sí hay rasgos competitivos.
Aquí habrá mucha gente compitiendo, mientras que en Estados Unidos hay muchas restricciones en el número de corredores…
Creo que en Estados Unidos los corredores están ahí fuera corriendo, aunque no sea compitiendo, así que hay mucha gente en la montaña. Allí tenemos carreras de pocos cientos de participantes, como la HardRock 100, en la que hay 700 peticiones, pero sólo se permiten 140 atletas. La Western permite sólo 400 plazas, pero más de 3.000 personas la quieren correr. Creo que debería haber una mezcla entre ambas filosofías.
Un punto a favor es que si en la HardRock hubiese habido mal tiempo, como en la UTMB, se hubiese podido seguir el trazado original, porque sólo hay 140 personas en la montaña. Esto permite que la organización de la carrera sea más fácil, porque la UTMB ha cambiado su recorrido en los últimos años y eso es algo que no ocurre en EEUU.
¿Qué es lo que más te gusta de la competición europea?
Hay mucha emoción alrededor de las carreras. Son carreras en las que hay mucho entusiasmo y los trazados siguen las rutas más lógicas, como Cavalls, que sigue la ruta de los refugios. Además, todo el pueblo está excitado por la celebración de una carrera y es muy divertido formar parte de todo esto, como ha pasado aquí en Bagá. Esto no pasa mucho en las carreras de Estados Unidos.
En Estados Unidos no se pueden hacer cortos, como hizo Kilian en la SpeedGoat. ¿Qué opinas al respecto?
Entrenando, yo sigo la línea más lógica del trazado, pero en las carreras hay que seguir las reglas. Creo que no es correcto no seguir las reglas, pero comparto esa filosofía que tiene Kilian de seguir el trazado más lógico. En España, si se pueden hacer rectos, los hago, pero si obligan a seguir el trazado, lo haré. Es necesario seguir las reglas, pero creo que las carreras deberían seguir la ruta más lógica y en el caso de Cavalls del Vent, la carrera sigue la ruta más lógica, así que no hay problema.
¿Cómo empezaste con las carreras por montaña?
Comencé a practicar el atletismo en 1995 e hice mi primer maratón en el 1996 con 12 años. Siempre me han gustando las largas distancias. Cuando me gradué en mi universidad en el año 2005, quería correr por las montañas porque pensé que sería más fuerte allí porque no me cuesta entrenar ya que disfruto mucho. Fue en el año 2006 cuando corrí mi primera carrera de larga distancia en montaña, y la gané. Esto me motivó para continuar hasta ahora.
¿Y ha cambiado mucho el trail running en los EEUU desde que comenzaste?
En EEUU, correr por la montaña se ha desarrollado bastante durante los últimos 5 años. Hay varios factores que influyen en su desarrollo. Ha aumentado el apoyo de las empresas pero también muchos atletas de todo tipo se han sentido atraídos por este deporte, lo que a su vez provoca que el nivel de las competiciones se incremente y, por lo tanto, llame la atención. También se ha incrementado el número de pruebas.
¿Qué diferencias has visto entre el Trail running americano y el europeo?
La verdad es que todavía no tengo mucha experiencia con el trail running europeo pero parece que aquí hay mucho más apoyo por parte de los ayuntamientos y la gente. Y las carreras parecen más técnicas que las de EEUU. Personalmente, prefiero las carreras técnicas a las que son más planas y atléticas. Ahora cada vez más americanos acuden a las carreras europeas. Cada año este deporte se vuelve más global en ambos lados.

Dakota Jones es ahora la gran promesa del TR americano…
Es un buen amigo mío con el que corro, y compito. Me ha ganado ya alguna vez. Es joven y tiene mucho potencial. En Transvulcania solo vimos el comienzo. En el futuro va a hacer grandes cosas.
¿Cuál es tu filosofía de vida y de deporte?
Corro para conectarme con la tierra, comunicarme con la montaña, y sostenerme espiritual y emocionalmente. También compito, pero esto es algo secundario porque mi principal inspiración y motivación son las montañas. Mis principales valores son el respeto a la naturaleza y las montañas. Influye mucho en mi filosofía de vida la conservación del medio ambiente, las relaciones humanas, y la espiritualidad de correr por la naturaleza. Es una mezcla de todo.
¿Qué opinas sobre aquellos que piensan que la montaña no es para competir ni correr?
Una de las mejores sensaciones que tienes cuando corres es la de libertad y no hay mejor sitio para sentirla que la montaña. Es una de las mejores maneras de rendirle honor si lo haces apropiadamente y con responsabilidad.
¿Cuánto sueles entrenar a la semana?
Cuando entreno duro suelo estar de 20 a 28 horas a la semana, y unas tres horas al día. A parte de correr, no suelo hacer ningún otro ejercicio excepto estirar, y alguno especial cuando estoy lesionado. También de vez en cuando entreno sin zapatillas para fortalecer las piernas. No tengo entrenador ni plan de entrenamiento, sino que los hago intuitiva e instintivamente. Procuro escuchar a mi cuerpo y mi corazón. Mi guía consiste básicamente en correr montaña arriba todos los días, aunque quizás necesitaría algo más de disciplina para evitar lesiones.
¿Y en una carrera sueles seguir alguna estrategia?
Primero procuro ver como se encuentra mi cuerpo ese día. Si está bien, trato de ir fuerte desde el principio y sino, me mantengo conservador en el primer trecho, y después aprieto en los ascensos porque esa es mi especialidad.
Ahora casi vives en una furgoneta…
Sí, porque es barato, y me parece la manera más fácil de viajar por las montañas. Es muy común en América, ya que la gasolina es barata y hay muchos espacios abiertos para acampar. No tengo casa pero tampoco tengo un crédito bancario, ni siquiera una tarjeta de crédito. Aunque en invierno suelo alquilar un piso.
¿Qué impresión tienes de Kilian?
Conocí a Kilian hace dos años. Ahora es la referencia de este deporte por su talento y por lo fuerte que entrena. Es una fuente de inspiración y un gran embajador para este deporte, en parte por su gran actitud hacia las montañas.
¿Es el minimalismo una filosofía de vida?
Desde luego. Me gusta estar lo más cerca posible de la montaña. No son solo las zapatillas sino también todo el equipamiento que llevo conmigo. Lo mejor es que sea lo mínimo posible, para que lo que siento sobre la montaña sea lo más puro. Es la principal motivación de un correrdor minimalista. Otra de las ventajas que tiene es que mejoras tus resultados. Al llevar menos peso, puedes subir más rápido. El resultado es que eres más autosuficiente, y estás más integrado en el medio ambiente.
¿Pero no puede llegar a ser muy lesivo?
Para alguien que está interesado, el primer consejo que le daría es que tiene que hacerlo lo más paciente y gradualmente posible , y que siempre escuche a su cuerpo porque son muchas las adaptaciones que este debe hacer para ganar estabilidad y agarre. Si se hace demasiado rápido, las probabilidades de lesionarse suben, pero si se hace gradualmente, tendrás unos pies y piernas más fuertes y eso significa que serás un corredor más eficiente, resistente, con menos lesiones, y estarás más integrado al terreno que corres.
¿Realmente se incrementa el agarre?
No necesariamente, pero te obliga a adaptarte mejor al terreno. No puedes ignorar como se encuentra la superficie del camino por el que corres. Tienes que prestarle más atención y eso implica que mejores la colocación de tus pisadas.
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