¿Cómo recuerdas la Transvulcania de este año?
Estando en la línea de salida ya sentía que había ganado, sobre todo por todo lo que había acontecido antes, con lesiones que no permitían competir de forma continua. Sabía que ya estaba sana y también en buena forma, pero no a qué nivel podía competir.
Además, este fue el año en el que te estrenaste en las 100 millas. ¿Qué significó eso para ti?
Para mí supuso cambiar totalmente el chip mental, ya que las primeras 50 millas sirven solo de calentamiento, algo que es increíble, porque supone una gran diferencia. Recuerdo que llegué a la milla 50 muy bien, lista para lo que viniera luego. Me centré en mantener mi ritmo entre todos los avituallamientos para seguir concentrada.
¿Con qué sensaciones acabaste?
Una de las primeras cosas que hice fue vomitar al poco de llegar a la meta. Es algo increíble finalizar tu primera prueba de 100 millas, toda una aventura para la que no sabía si estaba totalmente preparada.
Tu objetivo en la Bear 100 era acabar una clasificatoria para la Hardrock 100. ¿Por qué quieres correr esta prueba?
Sería un regalo que me tocara una plaza para la Hardrock. Tengo ganas de vivir y respirar esta carrera, en la que espero que sus montañas compartan su fuerza conmigo. Como corredora profesional, si llega el caso, llegaré totalmente preparada, con un equipo de apoyo para que me ayude en esta dura carrera. Seguro que es una experiencia para reír y llorar con la belleza de las montañas y los valles de Silverton.
¿Y el Ultra Trail Mont Blanc para cuándo?
No estoy segura. Con todos los cambios de recorridos, y los problemas logísticos y políticos de los últimos años, no sé si podría comprometerme a correrla. No estoy muy contenta con cómo se ha manejado la organización, que podría haber sido mucho mejor. Aun así, el trazado de la UTMB es fantástico.
¿Cómo es tu entrenamiento diario? ¿Sigues un programa o prefieres ir por sensaciones? Normalmente, entreno por cómo me siento o por el lugar en el que me encuentro en ese momento. Si me siento bien, me hago alguna serie o repeticiones de cuestas hacia arriba. Si tengo cerca una montaña alta, trato de subir a la cima y si estoy cerca del mar también me gusta nadar o hacer surf. Si estoy cerca de un gimnasio, hago algo de ejercicio de fuerza y si tengo mi bici, me voy a dar una vuelta. En general, trato de hacer unas 30 horas semanales de entrenamiento.
¿Qué diferencias encuentras entre los corredores europeos y del resto de continentes?
Todo el mundo en este planeta tiene diferentes inspiraciones, razones y una dirección por la cual corren, Cada continente tiene sus propias reglas y culturas de correr. Es diferente lo que significa para cada uno. Pero al final, es la montaña la que nos atrae a todos de una forma u otra.
¿Cómo es tu dieta en un ultra trail?
Suelo comer una mezcla de barritas energéticas y de proteínas y geles, de la marca Mulebar. Intento consumir al menos 100 calorías cada 45 minutos. No suelo beber mucho durante una carrera, pero trato de llegar a medio litro por cada hora de carrera
¿Por qué hay un feeling tan bueno entre las mujeres élite?
Porque somos todas muy buenas amigas. Todas salimos a la montaña a empujar nuestros límites, experimentando lo nuevo y lo viejo, lo bueno y lo malo siempre juntas. Eso crea una gran confianza entre nosotras.
¿Cuál ha sido la carrera en la que más has sufrido para llegar al final?
El Everest Marathon. Me torcí el tobillo sólo tras 8 kilómetros y me dolió mucho el resto de la carrera. Tuve que ser mentalmente muy fuerte. La altitud y las temperaturas tan cambiantes fueron también un gran reto para mí. Y, por si fuera poco, a falta de 2 kilómetros un yak me tiró al suelo.
¿Cómo es que las mujeres se están acercando tanto a los tiempos de los hombres?
Es porque estamos empezando a entrenar cada vez más duro y a tener expectativas más altas. Y tampoco hay una razón por la que las mujeres no pueden estar ahí arriba con los hombres. Todo se decide en el día de la carrera…quién está más motivado es algo que cuenta mucho.
Has estado ya varias veces en España. ¿Qué te han parecido las pruebas españolas?
En los Pirineos las montañas son muy altas, con la cima llena de nieve, con árboles que salen de la roca… Los colores están cambiando y es un entorno muy bonito. Me encanta correr en España. Por eso, me encantaría volver a competir en España, porque nos ofrece un entorno precioso.

¿Sigues alguna estrategia cuando compites?
Para algunas como la Transvulcania, necesitas estar física y psíquicamente muy fuerte. Puedes entrenar muy duro pero si el día de la competición no confías en ti mismo, te desconectarás y tu cuerpo hará lo mismo. Todo el mundo tiene sus debilidades pero si uno está fuerte y con la mente clara tendrá buenos resultados.
¿Cuáles son tus puntos más fuertes y tus debilidades?
Es difícil saber porque en cada carrera, tienes sensaciones diferentes. Depende del material que lleves, cómo te encuentres emocionalmente, qué día haya salido, y tu conexión con el lugar en el que te encuentres. Siempre tienes altibajos. Por eso, no sabría muy bien contestarte.
¿Cómo empezaste a correr?
Desde que era muy pequeña, he sido muy deportista. La mayor parte de mi vida he practicado hockey sobre hierba. En este deporte corría continuamente, sobre todo en círculos en la hierba. En el año 2000, empecé a hacer atletismo y largas distancias. Corrí por la montaña por primera vez durante el 2004. Y desde entonces no he parado y ya solo me dedico a esto.
¿Por qué corres?
Correr me otorga libertad, la sensación de conseguir algo, y eso me hace feliz. Me encanta competir haga calor o frío, aunque sea doloroso porque después, aunque ganes o pierdas, tienes tu recompensa. Todos los que estamos aquí pensamos que esto es más que un deporte. La mayoría hacemos deporte por una razón más profunda que la de estar en forma. Forma parte de mi espíritu y mi libertad.
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