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Andreu Simón: «Quien crea que el control de la glucosa me ayuda, le animo a que lo pruebe»

El catalán habla de la situación actual del trail running en España tras un año complicado en el que la mayoría de competiciones se han cancelado o aplazado. Además de su diabetes, en esta charla también ha explicado cómo se plantea su futuro como corredor


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Andreu Simón comenzó a correr en montaña hace más de diez años, aunque no fue hasta 2018 cuando su carrera deportiva comenzó a despegar, logrando resultados que le han llevado hasta la élite de nuestro deporte. Y es que fue entonces cuando el corredor catalán se alzó con el triunfo en el Campeonato de España de Ultra y, también, en la Copa de España de Carreras en Línea de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME).

Además de por sus victorias, la trayectoria de Andreu Simón ha estado marcada por una diabetes que le obliga a cuidar de manera exhaustiva todo lo que ocurre en sus entrenamientos y carreras, desde el esfuerzo hasta la alimentación. Pero esta enfermedad no ha sido obstáculo para continuar creciendo en una disciplina tan sacrificada y exigente como el Trail Running.

A día de hoy el atleta catalán es uno de los corredores nacionales más fiables en distancias próximas al maratón, una baza segura que le ha llevado a ser uno de los integrantes fijos de la Selección Española de Trail Running.

Desde hace días entrena aquejado de molestias en la cintilla iliotibial y, tras la cancelación de Patagonia Run (competición argentina a la que debía haber viajado la pasada semana), se replantea el calendario de una temporada llena de incertidumbre. Hemos aprovechado para charlar con él sobre estas y otras muchas cuestiones.

¿Qué tal? ¿Cómo te encuentras?
Hola, muy bien aquí. Con ganas de hablar un ratito.

Hemos visto en RRSS que tenías algunas molestias en la citilla ¿cómo va esa recuperación?
Es un proceso con el que los atletas tenemos que convivir. La carga de los kilómetros a veces hace que tengamos molestias en algunas zonas, ahora mismo me ha tocado en la cintilla y lo estamos tratando. Hay que darle la importancia que tiene y, bueno, de momento puedo continuar con entrenamientos. Así que bien, tranquilo.

Ha sido un año muy duro, sin carreras, confinados, sin poder entrenar… ¿Cómo lo has gestionado? Ya no solo a nivel físico, sino también anímico.
Creo que, como la mayoría, en diferentes fases. Al principio fue una sorpresa y solo esperábamos que se solucionara. Pensaba que, tal vez, en un par de meses o tres estaríamos corriendo otra vez, pero todo se complicó muchísimo.

Entonces, pasé de la euforia, porque estaba en un gran momento de forma, a la frustración. Además, ves que la gente entrena en casa, pero tú no puedes y buscas alternativas, pero no las tienes y comienza una montaña rusa a nivel emocional. Al final, como siempre, nos levantamos y poco a poco me hice a la idea que la situación era igual para todos. También aprendí a ver la parte positiva a todo esto. Y es que al final he podido descansar, hacer cosas que en otro momento por rutina de entrenamiento no podía hacer. Pude dedicar tiempo a otras actividades, a la pareja, y me ha llenado mucho a nivel personal.

Me hubiera gustado correr, porque estaba a un buen nivel, pero si conseguí entonces ese buen estado de forma, puedo volver a hacerlo simplemente con trabajo.

En febrero, con Transgrancanaria, regresó la alta competición. Allí pudimos verte de nuevo en lo más alto del podio, pero días después en tus redes sociales pudimos leer que detrás de aquella victoria había algo que la convertía en un triunfo, digamos, a medias. No fue tan bien como te hubiera gustado ¿qué ocurrió?
Soy diabético desde hace 12 años. Es una enfermedad que va e irá siempre conmigo, porque no tiene solución. Nunca lo he querido plantear como un problema, pero a veces tiene unas complicaciones sin explicación, ya que has hecho lo que siempre haces, mismas rutinas y pautas, pero los resultados de glucosa, a veces, no se pueden controlar más. Y, aunque me esfuerce en llevar ese control, a veces se escapa de las manos.

Eso es lo que me pasó el día de la carrera. Los niveles de glucosa estaban muy descontrolados, la tenía muy alta. Durante la carrera, incluso, tuve que parar a pincharme insulina y el cuerpo, por el ritmo, la tensión, por el cambio de temperatura o clima, no conseguía bajar los niveles de glucosa. Tuve que competir con unos niveles de glucosa que no son saludables ni en competición ni en vida normal.

Es cierto que conseguí la victoria, un buen registro, pero no me llegó a satisfacer porque durante las dos primeras horas de la competición puse en riesgo algo mucho más importante. Así que, igual que muchas veces hablo del buen control que tengo de mi diabetes, también tengo que explicar que tengo días malos y que no siempre es todo de color rosa.

Aunque lo has explicado muchas veces, tal vez todavía hay gente que desconoce que eres diabético y que en carrera llevas un control muy exhaustivo de tus niveles de glucosa, ¿cómo funciona?
Todos hemos escuchado hablar de la diabetes, pero creo que existe mucho desconocimiento sobre cuál es el problema real. Y es que el cuerpo no es capaz de producir glucosa y, al mismo tiempo, producir insulina. Así, una persona no diabética tiene unos niveles de glucosa siempre estables dentro de lo que es habitual, puede tener pájaras, pero el cuerpo es muy inteligente y te permite tener la glucosa estable.


Un diabético no tiene ninguna herramienta interna que haga ese trabajo, entonces es la misma persona la que tiene que hacer ese control de glucosa capilares, en los dedos, u otras herramientas, como un chip en el brazo que hace una lectura constante. Te dice cómo tienes los niveles de azúcar, tú tienes que interpretarlos y pincharte insulina, comer azúcar o hidratos. Así, según la insulina que entra en el cuerpo, bien a través del pinchazo o los alimentos, calcular constantemente y jugar para que tus valores de glucosa estén estables.

Si ya en el día a día es complicado, porque no siempre dos más dos es cuatro, en competición o en deporte de alto rendimiento la gestión es todavía más complicada. Tienes que tener en cuenta los ritmos, cuando apretar, cómo están los rivales… Una serie de factores internos y externos que lo convierte en algo más más difícil.

Ahora bien, todo esto me motiva mucho y me sirve para demostrarme que soy yo quien me pongo las limitaciones, que voy a ser yo quien decida hasta donde quiero llegar. Y esa es la principal motivación, lo que me llena, independientemente del resultado.

Hay muchos que creen que, a pesar de lo que comentas ocurrió en Transgrancanaria, que ese control de la glucosa puede suponer cierta ventaja frente a tus rivales. Hemos visto que ya empieza a haber atletas, como Kipchoge, que empiezan a implantarlo en sus entrenamientos y podría ponerse de moda. ¿Qué piensas tú?
Quien considere que es una ventaja le invito y le animo a que indague, que testee. Al final es un dato más para una persona no diabética, pero para un diabético es un dato esencial. Cuando estás con hipoglucemia, que significa que tienes los niveles de glucosa muy bajos, hay gente que se ha entrado en coma y ha muerto. No es ninguna broma. De igual manera, cuando estás en hiperglucemia, niveles altos, el riesgo para la salud es muy alto. No es ningún juego.

Aquel que banalice y diga que esto me ayuda en mi rendimiento deportivo, yo le animo a comprar este chip y a ver si su rendimiento es mejor o no. No se ha descubierto la pólvora con este artilugio. Igual que hay herramientas para controlar el lactato, un potenciómetro en la bicicleta, de pulsaciones o estudios sobre cómo la sudoración y la hidratación… yo animo a todo el mundo a que indague y estudie.

También creo que al final con el control de glucosa lo único que te dice es su nivel. El cuerpo es muy inteligente, ser capaz de interpretar cómo es esta glucosa, como afecta lo que comes… Al final, necesitas un equipo de profesionales que analice cada día en cada entrenamiento, una dieta controladísima, que solo se lo pueden permitir atletas de élite como Kipchoge que va a buscar la mejora de la milésima de segundo.

Me decían que esto podría ser dopaje tecnológico, pero yo no lo veo así. Lo veo igual que el control del lactato, al final es una herramienta que te dice cómo responde tu cuerpo. Si me dices que es como las zapatillas con fibra de carbono o los neoprenos en su día, pues han demostrado que daban un plus artificial. Pero bueno, es un debate en el que habrá que compre mis argumentos y otros que tendrá otros que yo no voy a compartir.

Ahora vamos a hablar un poco más de ese Andreu Simón, el que hay detrás del trail, porque ya todos conocemos tus logros deportivos, pero muy pocos conocen realmente quién es Andreu Simón, qué hace cuando no compite o sale a entrenar.
Hace cinco años aprobé unas oposiciones en un ayuntamiento, donde soy técnico de deportes. Así que, mi trabajo me permite tener una estabilidad, tener un sueldo a final de mes y, además, es un trabajo que me gusta y en el que me lo paso muy bien. Y no solo eso, también me da muchas facilidades a la hora de poderlo compaginar con mi vida deportiva, de alto rendimiento. Tengo mucha suerte, quejarme sería muy egoísta. Tengo un horario que me ha permitido dedicar mucho más tiempo a entrenar.

Los últimos tres años mi rendimiento deportivo ha sufrido una gran mejora y  ahora ha llegado el momento de plantearse qué es lo que quiero hacer los próximos 3 o 4 años que me quiero dedicar al trail running: dedicación exclusiva o no. También me he planteado la idea de una reducción de jornada, estoy valorando diferentes escenarios. Por eso he hablado con deportistas que se han dedicado únicamente a correr, pero conociéndome, creo, que me comería mucho la olla. El trabajo me va muy bien para liberarme un poco de esa idea, al final este deporte es muy exigente e individual, lo que te puede convertir en egoísta si no eres capaz de concentrarte bien. El trabajo me da esa válvula de escape que hace que cuando vaya a entrenar vaya más motivado.  

Además del trail… ¿Qué otras aficiones tienes? ¿Qué te gusta hacer además de correr?
A raíz del confinamiento, con mi pareja, somos muy activos y nos estamos construyendo una casa. Estamos ahí con la ilusión que esto supone.

Y mi día a día es muy sencillo. Me levanto, voy a trabajar, si algún día tengo doble sesión salgo a entrenar temprano, trabajo, llego a mediodía, descanso y vuelvo a entrenar. No tengo cargas familiares así que, mi vida es muy simple y sencilla: entrenar y trabajar. Estoy muy contento con lo que hago.

Estar siempre entre los favoritos y el estreno de un nuevo patrocinador, una multinacional de prestigio, ¿te genera más presión? ¿tienes miedo al fracaso o a decepcionar?
Soy una persona muy exigente y me ha costado mucho gestionar la presión, porque me gusta la perfección. Supongo que, por lo que he habado con profesionales a quien he pedido ayuda para poder trabajar este aspecto, la diabetes me ha obligado a ser muy metódico y tenerlo todo bajo control e intento aplicarlo en todo lo que hago en el día a día: entrenamiento, en casa o en el trabajo.

Gestionar los fallos o perdonármelos me cuesta mucho. Hay gente que me dice que no es un error, pero lo vivo así. Estoy aprendiendo y todavía me falta saber gestionar mucho mejor esa presión, las expectativas y ajustarlas a que a veces las cosas no van como queremos. Ahora me lo estoy pasando muy bien entrenando y, aunque no hay muchas competiciones, no lo he vivido como un drama, sino como algo que nos ha tocado vivir.

Lo que realmente me hace sentir vivo es salir a entrenar corriendo o en bicicleta. También cuando puedo viajar o con la furgoneta y pasar unos días en el aire libre, me llena muchísimo. Cuando ha habido carreras se ha visto en los resultados.

Y las redes sociales, ¿cómo las llevas?
Nunca he sido un amante de las redes sociales, pero vivimos en un mundo en el que las necesitas para promocionarte, he entrado en este juego y me toca ser parte de él. Al mismo tiempo como no soy muy activo, de momento no he tenido la sensación de presión o no lo he vivido así.

Además, tengo la suerte que las dos marcas principales no me ponen presión en este sentido, algo con lo que estoy muy agradecido, porque yo trabajo más cómodo así. Se me contrató como atleta y eso es lo que quiero mantener con las marcas que confían en mí. En el momento en el que se me contrate como influencer o como un elemento comercial puramente, creo que ni yo me voy a prestar ni la marca va pensar en mí.

Lo llevo bien por el momento. Y para tener haters no se necesitan las redes sociales, los hay en todas partes. Al final me interesa la opinión de mi pareja, de mi entrenador, de mis seres más queridos… que son los que realmente van a estar ahí siempre.

Y ya para ir acabando… Vamos a hablar de la situación actual de la competición. Poco a poco las carreras vuelven al calendario con fuertes protocolos de seguridad, pero todavía hay muchos que se cancelan o se aplazan ¿Cómo lo estás viviendo? ¿Es difícil planificar un calendario en esta situación?
Es muy complicado porque las carreras se programan para una fecha, la preparas y, de repente, se cancela o se pospone. Así que, cuantas más herramientas tengas a nivel de calendario, más mente abierta, más fácil será gestionar esa situación.

Yo tenía unos objetivos marcados, pero al final decidí tener un plan A y B por si pasaba lo que comento saber dónde ir. Estoy tranquilo, aunque desafortunadamente muchas carreras en las que me hacía ilusión participar se están cancelando. Pero al final las carreras van a estar ahí siempre, uno se puede lesionar o no encontrar bien y no participar, por lo que no lo vivo como una pesadilla.

Y para acabar, ¿qué tienes previsto para este 2021?
Con Buff descubrí las pruebas UTMB y le tengo un recuerdo muy especial. Todo lo que viví allí durante aquellos días ha sido una de las experiencias más bonitas como deportista, así que es algo que quiero repetir.

Ojalá pueda participar en la CCC y pagar el trato que he recibido con una buena carrera. carrera.

Buff ha iniciado la campaña Live More Now, ¿de qué se trata?
Es una campaña que invita a vivir el presente, el aquí y ahora, disfrutar. También a sentirse uno mismo, haciendo lo que le gusta sea donde sea, en este caso las montañas y en el deporte outdoor, que siempre ha estado muy relacionado con Buff.

Al final, los valores de la marca son vivir el presente. Me siento muy identificado con esos valores, vivo la esencia de lo que hago en cada momento muy activamente, y me gustaría estar muchos años con ellos.


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