Llega el verano y con él, además de que podemos disfrutar de la plenitud del calendario de carreras por montaña, también es el momento elegido por los grandes corredores para realizar esas actividades fuera de competición que tanto gustan. La última en subirse al carro ha sido la sueca Emelie Forsberg.
Forsberg, que hace apenas dos semanas se proclamaba Campeona del Mundo de Ultrasky al vencer los 80 kilómetros del Mont Blanc, conseguía en la mañana de ayer, martes 8 de julio, batir el record de ascenso y descenso del pico más alto de su país, el Kebnekaise, una montaña, que cuenta con una altitud de 2.103 metros.
La corredora sueca consiguió hollar la cima, partiendo desde la estación de esquí de Fjällstation, a poco más de seis kilómetros de la cima del Kebnekaise. Desde allí siguió la ruta normal hasta la cima, una ascensión que le llevó un total de 1h25’. Esta subida fue de aproximadamente siete kilómetros, con un desnivel positivo de algo más de 1.400 metros.
En el descenso, verdadero punto fuerte de Forsberg, la sueca empleó unos 35 minutos, variando algo la ruta de regreso al punto de partida, que contaba con una longitud ligeramente inferior pero con el mismo desnivel negativo que el anteriormente ascendido. En total, la sueca empleó 2h00’40” en completar todo el trayecto.
Asimismo, algunos datos curiosos sobre este reto fueron que la velocidad media que tuvo Forsberg a lo largo del trazado fue de 6,7′ el kilómetro si bien en pleno descenso alcanzó su velocidad máxima, que rozó los 20 kilómetros por hora, algo que hizo en los últimos 10 minutos del recorrido, lo que indica lo bien que finalizó el reto Emelie.
Además, el poderío de Emelie quedó patente con otros registros muy destacables, como que su frecuencia cardiaca media fue de 171 pulsaciones por minuto, llegando a picos de 183 pulsaciones. Durante el 90% del recorrido, el esfuerzo de Forsberg fue muy intenso, mientras que durante 15 minutos el esfuerzo fue máximo.
Ahora la sueca, sin apenas tiempo para recuperar, acudirá a Francia, donde participará en el Ice Trail tarentaise, segunda prueba de la Copa del Mundo de UltraSky, una competición de la que es actual campeona y en la que intentará sumar puntos tras su abandono en la primera carrera del circuito, la Transvulcania, disputada el pasado mes de mayo, tras sufrir una caída en los primeros kilómetros y necesitar una pequeña cirugía.
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