El pasado mes de febrero, Emelie Forsberg sólo veía su futuro de un color: negro. Disputando el Campeonato de Europa de Esquí de Montaña, Forsberg sufría una caída y con ella una lesión cuyo diagnóstico acabó siendo devastador: su ligamento cruzado se había roto y la única opción para recuperarse era pasar por el quirófano.
Una lesión como esta es una de las que mayor recuperación exige, pero desde el primer día, Emelie Forsberg no dejó de luchar para que los plazos se acortaran al máximo posible. Incuso se planteó volver a competir en el Kilómetro Vertical Transvulcania, pero a pesar de que ya había hecho algunos entrenamientos a pie, todavía no estaba para forzar la rodilla.
Así, la sueca apostó por ir poco a poco en su periodo de recuperación, y al final ha dejado ir pasando el tiempo hasta encontrarse en condiciones de volver a pincharse un dorsal y disfrutar de los últimos meses de la temporada de carreras por montaña.
Si bien es cierto que ya ha participado en alguna carrera de carácter local, tanto en Suecia como en Estados Unidos, será este fin de semana cuando veamos de regreso a Emelie Forsberg disputando una carrera del máximo nivel, precisamente la que ella misma organiza: la Tromso Skyrace.
De momento, la sueca aparece como inscrita para disputar ambas distancias: el Kilómetro Vertical y la Skyrace, aunque estará por ver si decide finalmente correr ambas o si apuesta sólo por la prueba vertical, para no cargar demasiado su rodilla tras estos seis meses de parón obligado.
Una recuperación muy complicada
Estos meses no han sido nada sencillos para Emelie Forsberg; tras estar completando una de las mejores temporadas de esquí de montaña de su carrera, la grave lesión le cayó como un jarro de agua fría.
“Estaba frustrada, asustada, decepcionada, triste y con el corazón destrozado. Al mismo tiempo, mi cabeza no dejaba de valorar diferentes escenarios y opciones. Creo que ahora es importante sentir la tristeza, al menos por un tiempo, pero lo es más romper esa oscuridad y buscar un pequeño rayo de luz”, se lamentaba Emelie poco después de su lesión.
Tras un periodo de reposo tras la operación, la rehabilitación de Emelie Forsberg se basó en seguir trabajando todo aquello que la lesión le permitía. “Continuo haciendo 2 ó 3 sesiones de gimnasio cada semana, ya que mis tendones están todavía muy débiles, mi cuádriceps está volviendo a ser el que era, pero al Vasto le está costando algo más de tiempo. Hago ejercicios de salto, coordinación y estabilidad e intento entrenar algo de cardio varias veces por semana”
Cuatro meses después de la intervención ya salía a correr de forma regular, eso sí, por espacios cortos de tiempo. También utilizaba la bicicleta estática y más tarde la de carretera, hasta que seis meses después vamos a verla de nuevo haciendo lo que más le gusta.
Estos seis meses, el mundo del trail se ha perdido una de sus sonrisas. Este fin de semana, esa sonrisa volverá a iluminar allá por donde pase. Tras medio año sin hacerlo, Emelie Forsberg está de vuelta, y eso es una buena noticia para todos.