Esta ha sido una primavera frenética para Emelie Forsberg. Terminó la temporada blanca el 22 de abril, ganando junto a Laetitia Roux y Jennifer Fiechter la Mezzalama, y al día siguiente tomaba el avión hacia Katmandú (Nepal). Su objetivo no era otro que ascender al Cho Oyu, y dos semanas después estaba realizando su único intento a la cima. No pudo ser, pero tal y como nos comentaba en Zegama el 26 de mayo, estaba “muy contenta de la experiencia por todo lo que había aprendido”. Habían conseguido hacer una intento serio, en el que Kilian pudo llegar a la cima, en apenas 10 días en la montaña.
El día de aquella entrevista, el pasado 26 de mayo, los rumores sobre un segundo ataque a la cima del Everest por parte de Kilian Jornet, ya circulaban como la pólvora por la red. Forsberg, de la misma manera que el resto de familiares de Jornet, mantuvieron el silencio. Los nervios por el riesgo inherente a la actividad y su transcendencia obligaban a ser sigilosos. Un silencio que se ha mantenido hasta ayer, día en el que se ha publicado en la web de Suunto una entrevista a la corredora y esquiadora de montaña sueca en el que comparte datos y reflexiones interesantes de su vivencia en el Himalaya.
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Había estado en el Himalaya antes, pero no así. Había corrido mucho por el Himalaya, pero no había hecho ninguna actividad como esta: un intento al Cho Oyu, un pico de 8000 metros y la sexta montaña más alta del mundo.
Hicimos toda la aclimatación en casa. Yo estuve allí menos de dos semanas, cuando la mayoría de la gente necesita dos meses. Esto es algo muy novedoso, alpinismo rápido y ligero. Aclimatamos en casa, conectados a una máquina que simulaba estar a 7.500 m de altitud.
La gente piensa que contratamos sherpas en nuestra expedición. Pero no es así como lo hicimos. No es así como quiero ir a las montañas, ni como Kilian quiere hacerlo.
No hubo presión. Este fue un viaje que hice para mí, pagándolo de mi propio bolsillo, por lo que había muy poca presión “de los patrocinadores». Quería explorar por mí misma y ver de lo que era capaz.
Al nivel del mar Kilian es mucho más rápido. Pero en altitud comenzamos a equilibrar un poco más, aunque él siempre será más fuerte y técnico. Nos sorprendió lo rápido que nos movíamos en la altitud, cerca de 250 m cada hora a 7500 m. Eso es bastante rápido.
Alcancé 7500 m y 7800 m en días diferentes. La primera vez fue en una salida planificada para aclimatar. La segunda fue en el intento a la cumbre, era nuestro último día y había una ventana de buen tiempo. Llegamos tarde, el mal tiempo empezó a arreciar y yo simplemente decidí darme la vuelta. Decidimos que Kilian sí continuaría. Tuve que esperar unas horas a que él bajara y en ese tiempo me arrepentí un poco de la decisión de separarnos.
La muerte de Ueli nos impactó. Estábamos en Cho Oyu recibimos la noticia de Ueli Steck. No lo conocía personalmente, pero era amigo de Kilian. Era extremo, pero era un héroe. Su vida era una afirmación de que todo es posible. Fue duro ver que había muerto.
Kilian no consideró no continuar. Hay una gran diferencia entre la ruta técnica de Ueli y la ruta del Everest de Kilian. Sabía que él estaba en muy buena forma y respondía bien a la altitud. Sabía que estaría bien en el Everest en las condiciones adecuadas. Cuando él estaba tardando más de lo esperado, empecé a preocuparme, ya que Kilian es generalmente muy bueno al predecir sus tiempos, pero estaba recibiendo información actualizada de Seb Montaz.
No quiero hacer el Everest. Quiero ir a algunas montañas de gran altitud. Realmente me gustó. Las montañas son la base, las carreras son sólo la cobertura. Me encanta correr y esquiar, y estoy fascinada por alpinismo, pero me preocupa la exposición. No me gusta eso. Soy una gran fan de la vida. No me veo moviéndose en el tipo de terreno por el que Ueli se movía, de la manera que lo hacía. Incluso si tuviera sus habilidades técnicas, no creo que quisiera estar allí.

Me gustaría volver a Mont Blanc. He estado corriendo arriba y abajo muchas veces, pero quiero intentar un récord allí, no hay muchas mujeres que lo hagan. También me gustaría volver al Cho Oyu con los esquís, ya que la ruta de invierno luce increíble. También quiero ir a otras montañas grandes, pero el Cho Oyu con podría ser mi próximo viaje de ensueño. [Nota de redacción: Podría intentarlo este mismo otoño]
Estoy feliz de que Kilian lo haya hecho. ¡Quiero guardar su pasaporte para que no pueda ir a ninguna parte durante algún tiempo!
2 comentarios
Mucho estilo purista presumiendo de ir sin sherpas y rapidito cuesta arriba, pero utilizamos una maquina para aclimatar artificialmente en casa. Porque lo que queremos es llegar y besar el santo. Eso sí, cuando llegamos a la montaña el resto de expediciones ya tienen la traza y los campamentos montados, así si tenemos algún problema es fácil que nos socorran. Cojonudísimo.
Pero quién esta chica para dejar entrever que Ueli se exponía mucho. Corredora a tus carreras y deja a los alpinistas que elijan su grado de compromiso abriendo o repitiendo rutas difíciles. Entiendo que a los corredores no os queda más remedio que subir por las rutas normales donde la huella ya está abierta y los peligros son menores. Ya solo queda que nos digáis que hay que subir las montañas en mallas y con medio litro de agua.