Es uno de los caballos de batalla más comunes para los organizadores de cualquier prueba de montaña: la protección medioambiental del entorno donde éstas se desarrollan. Y es que el paso de varios miles de corredores por zonas naturales vulnerables ha acarreado más de una crítica a la celebración de pruebas deportivas en estos lugares.
Los diferentes organizadores sostienen que, con un plan estratégico de protección medioambiental, el impacto que las pruebas tienen sobre estas zonas es prácticamente nulo y que no suponen un peligro para el entorno natural donde se llevan a cabo.
Este ha sido uno de los pilares de la prueba más prestigiosa del plantea, el The North Face Ultra Trail Mont Blanc, que este año ha reforzado los mecanismos de protección de los parajes naturales por los que miles de corredores pasarán a finales del mes de agosto. El objetivo es que la zona de Chamonix y alrededores no sufra por la celebración de una de las carreras más multitudinarias del continente.
Hay ciertas zonas de especial fragilidad ecológica por las que atraviesa el recorrido el UTMB, como pueden ser La réserve des Aiguilles Rouges o La réserve des Contamines Montjoie. En estas áreas ya se llevan a cabo proyectos de protección a especies animales y vegetales en cierto peligro, por lo que al atravesarlas, los corredores y los espectadores deberán tener en cuenta ciertas normas, como la prohibición de arrojar cualquier desecho, no salirse de los caminos, no arrancar ningún tipo de especie vegetal o flores, la prohibición de llevar mascotas, no hacer ruidos ni acampar o realizar fuego.
Asimismo, la organización de la prueba gala ha firmado una serie de acuerdos con las organizaciones Conférence Transfrontalière Mont-Blanc y la Association Trailers du Mont-Blanc, las cuales han otorgado un sello de calidad medioambiental a la carrera por la protección que se va a realizar del espacio natural del Mont Blanc. Además, se le ha otorgado el certificado DDCS de desarrollo deportivo sostenible por la labor de protección de entornos naturales.
El trabajo de la organización del UTMB se ha centrado en una serie de aspectos fundamentales para ello, como pueden ser la protección de áreas en peligro, consumo responsable, la lucha contra el cambio climático, cohesión social y solidaridad y en evaluación de los impactos. Para lograr todos estos objetivos, se ha creado el Territorial Climate Energy Plan, por el cual se contribuirá a reducir la expulsión de gases de efecto invernadero y a la adaptación de la prueba a las nuevas exigencias del clima.
Otras de las acciones enmarcadas dentro de este plan específico de protección serán el reparto de bolsas a cada corredor para que recojan todos sus residuos, el uso de materiales reusables y no desechables, la priorización de materias locales y no importadas o la priorización del uso de internet para frenar el uso masivo de papel.
Con todos estos aspectos, el UTMB seguirá estando a la vanguardia de la protección medioambiental que tanto reclaman administraciones y organizaciones ecologistas para que los entornos naturales tan frágiles como el Mont Blanc sigan siendo un paraíso medioambiental.
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