Cuántas veces hemos oído que los grandes corredores de la historia, también los de montaña, lo son mayormente gracias a su envidiable genética. Sin embargo, una reciente investigación de Craig Pickering and John Kiely, publicado en Human Kinetics Journal, limita el alcance de esta idea tan extendida.
“El objetivo de este estudio fue comparar los puntajes genotípicos totales de 5 atletas de élite con los de controles no atléticos, para determinar posteriormente si la información genética podría discriminar entre estos grupos y, finalmente, sugerir cómo estos hallazgos pueden informar los debates relacionados con la posibilidad de que la genotipificación se utilice como herramienta de identificación de talentos”, apuntan en el propósito de la publicación.
De esta manera, los autores analizaron el genotipo completo de la velocidad-potencia (48 variantes genéticas) y el de la resistencia (68 variantes genéticas) en cinco corredores de pista del máximo nivel, incluido un campeón olímpico, para compararlas con las de 503 personas no deportistas.
Respecto a la velocidad-potencia, los velocistas de élite puntuaron más alto que los atletas de resistencia. Se cumplieron los pronósticos pero, sin embargo, 68 de los participantes no atléticos consiguieron puntuaciones todavía más altas. ¿Eso significa que el 13% de la población desconoce que podría estar en el top mundial de los 100 m lisos?
Todavía más sorprendentes son los resultados respecto al genotipo de la resistencia, ya que los velocistas obtuvieron nuevamente una puntuación más alta que los atletas de especializados en esta disciplina.
“Estos resultados sugieren que la información genética no es capaz de discriminar con precisión entre los atletas de élite y los controles no atléticos, lo que ilustra que el uso de dicha información como una herramienta de identificación de talentos es actualmente injustificado e ineficaz”, concluyen.
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