Este fin de semana comienza una de las pruebas más duras de Sudamérica. Se trata de la Atacama Crossing, una carrera encuadrada dentro de la competición 4 Deserts, que engloba carreras en algunos de los desiertos más hostiles y áridos del planeta. La primera cita del año será la prueba chilena, que da comienzo este mismo fin de semana.
Y hablando de aridez, el Atacama es uno de los lugares más áridos del planeta, siendo uno de los pocos desiertos que no reciben agua a lo largo del año, por lo que la octava edición de esta prueba seguirá estando caracterizada por las altas temperaturas y, sobre todo, por el formato de competición, de total autosuficiencia.
A lo largo de siete etapas, los participantes tendrán que enfrentarse a un gigante de unos 1.000 kilómetros de extensión, si bien, entre las seis etapas que conforman la prueba chilena, los corredores recorrerán un total de 250 kilómetros a lo que hay que añadir la altitud a la que se disputa, que tiene una media de 2.500 metros.
Las etapas tienen diferentes longitudes, que van desde los 16 kilómetros de la jornada final, hasta los 73 de la etapa reina, que en este caso se ha bautizado como la Gran Marcha. Precisamente este segmento es el que hace alargar la competición hasta los siete días, ya que es habitual que los participantes tarden más de una jornada en completarlo. Las demás etapas son de longitudes más regulares, moviéndose entre los 35 y los 42 kilómetros de longitud.
A pesar de la dureza de la carrera, las inscripciones han avanzado a buen ritmo; un total de 160 corredores formarán en la salida, entre los cuales encontramos a cinco españoles, cuatro hombres: Juan Vicente García, Andrés Lledó, Javier Marina y David Ruiz y una sola mujer, Dolors Puig. De esos 160 participantes, 13 tratarán de rematar el Grand Slam, es decir, las cuatro pruebas desérticas que incluyen, además del Atacama, la Gobi March, (China), la Sahara Race (Egipto) y The Last Desert (Antárctica).
