Anna Frost y Lizzy Hawker comenzarán este fin de semana un mes con idénticas pretensiones y lo hacen llegando a Nepal en una situación muy parecida para ambas especialistas en carreras de larga distancia.
Ambas llegarán a la cordillera de más altitud del planeta tras haber sufrido una penuria de problemas físicos que han mermado su participación en grandes carreras en la presente temporada, que han pasado de forma casi inédita en lo que a competición de primer nivel se refiere.
Anna Frost arrastraba problemas desde hace prácticamente un año; en la última prueba de la Copa del Mundo de Ultrasky, el Festival des Templiers, fue cuando el calvario se hizo más patente. Con su retirada en la prueba francesa, Frost no sólo decía adiós al título mundial, sino que empezaba un camino de problemas físicos para los que no encontraba respuesta.
Parecía que la kiwi podría volver en la Transvulcania, pero no pudo hacerlo; luego, participó en alguna carrera, pero aunque con buenos resultados, Frost decidió no proseguir con un calendario que le supusiera forzar la máquina.
El caso de Hawker es parecido; la cinco veces ganadora del Ultra Trail Mont Blanc no pudo defender su título tras sufrir la enésima lesión seguida, esta vez una rotura por estrés que la ha dejado fuera de las grandes competiciones en todo este 2013.
Por tanto, para ambas este doble reto nepalí al que se someterán durante el próximo mes tendrá el especial significado de que significará el resurgir de ellas mismas como corredoras, para lo que han elegido dos pruebas por etapas, que, serán la puesta a punto que necesitan para encarar la temporada de carreras del próximo año.
La primera carrera a la que se enfrentarán será la Everest Sky Race, que dará comienzo esta misma semana; esta prueba consta de un total de 12 etapas en las que se recorrerán 360 kilómetros en los que habrá que superar 18.000 metros de desnivel positivo y 17.000 metros de desnivel negativo, todo ello aderezado con seis pasos por encima de los 5.000 metros de altitud y una altitud máxima que llega a los 5.755 metros de Tashi Lapsa.
El segundo reto que compartirán Hawker y Frost será la Manaslu Mountain Trail, que correrán prácticamente de corrido tras finalizar la prueba del Everest. En este caso, el reto consiste en otra prueba por etapas, siete en este caso, en las que deberán completar 212 kilómetros con un paso por encima de los 5.000 metros y atravesando lugares como el campo base del Manaslu.
Con esta doble aventura nepalí, dos de las mejores corredoras del mundo de los ultra trail buscan volver a sentirse corredoras tras una temporada aciaga que las ha hecho estar prácticamente desaparecidas de las mejores pruebas mundiales. Su ausencia siempre ha sido una mala noticia para el trail running en general, así que su vuelta en Nepal sólo pueden significar buenas noticias para que el año que viene podamos a volver a disfrutar a dos de las mejores atletas del planeta.
