A las 6:00 de la mañana del Sábado comenzó las prueba de 110 y 80 kilómetros del Gran Trail de Peñalara, cuyo recorrido da una vuelta por algunos de los lugares más emblemáticos de la Sierra de Madrid. La carrera empezó lanzada y el corredor vasco Aitor Leal, demostró enseguida que venía a disputar el récord, tan solo una semana después de correr la Maratón Alpina Madrileña.
Con sus más de 1000 metros de desnivel, la subida y bajada al pico de la Maliciosa (2.227 metros) revolucionó a más de un corredor. La frescura mañanera hizo crecerse a muchos de ellos, a pesar de tener la parte más dura por delante. Luis Alonso Marcos, ganador de la edición de 2011, notó enseguida que el ritmo era demasiado alto y prefirió reservarse para después.
Mientras, un grupo de siete corredores se vio sorprendido por el ataque de la valenciana Chari Adrian Caro, que se puso a la cabeza de este pelotón con un ritmo fuerte y seguro. Tanto que ninguno de ellos pudo aguantarle por mucho tiempo.
Existen tres puntos críticos que deciden quien acabar o no la carrera: el Puerto del Reventón, (2.037 metros), la subida al Peñalara (2.429 m) y el puerto de la Fuenfría (1.792 m). Además del desnivel, los corredores pasan a mediodía cuando el sol cae impenitente en vertical y el calor comienza a hacer mella en muchos de ellos.
El nombre de Puerto del Reventón no es casualidad. Se trata de un camino que tras salir de un robledal, no cuenta con ninguna sombra. Antaño era uno de los pasos de Madrid a Segovia y numerosos bueyes y caballos caían derrotados por su dureza. Y en el Gran Trail, algunos corredores también cayeron.
Tras este puerto venía la subida al Peñalara, el gran símbolo de la prueba. En este punto, que constituye el tramo más elevado y técnico de la carrera, un corredor sufrió un desvanecimiento debido a un corte de digestión y al calor. También se las vieron en el puerto de la Fuenfría, uno de los tramos más prolongados y verticales que hacen arder a los cuádriceps de todos los atletas.
El corredor vasco Aitor Leal continuó como un cohete hacia el récord de la prueba. En su camino, sorprendió al adelantar a los participantes de la prueba de 60 km, a los cuales les costaba creer que llevara ese ritmo para hacer 110 km. Creciéndose todavía más, iba tan rápido que ni siquiera paraba en los avituallamientos a repostar.
Sin embargo, al llegar al control de la Casa de la Pesca en el kilómetro 92, su cuerpo dijo basta, y se desmayó. Algunos testigos presenciales indicaron que se le veía casi con los ojos en blanco. De inmediato, tuvo que ser evacuado a un hospital segoviano, donde ayer se estuvo recuperando del percance.
Automáticamente, Gabriel Valero pasó a encabezar la prueba. A este corredor le costó afrontar la subida al Peñalara, que “le parecía que cada vez estaba más lejos” y en la bajada donde comenzó tener los cuádriceps demasiado cargados. Aún así, logró aguantar el sufrimiento los 40 kilómetros que le restaban, y el atardecer se proclamó campeón de esta edición con un tiempo de 14 horas y 10 minutos. Para él, lo que más le ayuda a superar estos momentos difíciles es el paisaje de la montaña.
Tampoco ha sido ajeno al dolor el segundo clasificado, el también valenciano Jose Luis Martínez. El calor y una mala digestión le hicieron vomitar en el Kilómetro 80 pero “tirando de cabeza, intentando que las piernas no se paren y pensando en otra cosa”, pudo concluir en 14 horas y 42 minutos.
Esta carrera fue una demostración más de lo aptas que son las mujeres en la Ultraresistencia. De las 18 que la corrieron, 14 lograron acabarla. La campeona Chari Adrian continuó con un ritmo fuerte y seguro y acabó con un tiempo de 16 horas y 23 segundos, mientras que la ganadora del año pasado, Luz Pérez de Pinto, logró el segundo puesto con 17 horas y 28 minutos.
Chari opina que “las mujeres en este tipo de carreras sabemos padecer, somos más sufridoras” a lo cual asiente uno de los corredores que le intentó seguir: “Ellas llevan su ritmo, en algunos casos muy inferior del de los chicos, pero mucho más constantes”.

Los primeros clasificados por equipos, Chemari Bustillo y Juanjo Alonso, han definido la prueba como “épica”. Opinan que para terminar una carrera como esta hay que intentar no agobiarse y “aguantar cuando no sabes que truco mental usar, sabes que si te paras te vas a quedar clavado y va a ser peor. También es tener suerte e intentar evitar la lesión por encima de todo”. Algo que seguramente sabrán los 159 corredores de un total de 286, que lograron concluir los 110 Km.
La prueba de 80 Km la ganó el favorito Luis Alonso Marcos, quien se reservó hasta llegar a La Maliciosa. Una vez allí, se colocó en segunda posición y ya al final, llegó el primero a la Meta de la Granja, tras un gran recibimiento por parte de sus paisanos. De los 137 inscritos, lograron terminarla 88.
El campeón de la de 60 Km, Jose Irurozqui llegó dolorido de puntillas al control del Puerto de Navacerrada. Pero en la bajada por el valle de La Barranca, logró sobreponerse al sufrimiento y adelantó al norteamericano Luke Demmel que quedó en segunda posición. Entre las chicas, la madrileña Consuelo Granda se alzó con la primera posición seguida por la sevillana Tamara Ortega, la mejor actuación del club de Ultrafondo Pretorianos de Tomares, que trajo a un gran número de atletas.
La anecdota del día fue la de un corredor, que aprovechó la presencia de su novia que le estaba animando, para pedirle la mano.
De la dureza de las tres pruebas dan fe los más de 1.000 kilos de comida y 6.000 litros de bebida consumida por los casi 650 participantes que tuvo. La organización de la prueba, dirigida por Felipe Rodríguez, fue calificada de excelente por todos los corredores, que disfrutaron de un paisaje que pronto será declarado Parque Nacional. La siguiente edición promete ser grande ya que se conmemorará el centenario del Club. La semana que viene ya está convocada la primera reunión de organización.
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