Tras muchos meses de incertidumbres y dudas, llegó el momento de tomar una decisión: ¿realizamos la Cursa per muntanya de Vistabella o no? No era una fácil porque como os digo, había muchos temas sin resolver: ¿se podrá celebrar finalmente? ¿en qué condiciones? ¿querrán participar los voluntarios? ¿será bueno para el pueblo?… En fin, una larga lista que cuestiones que no facilitaba esta importante decisión.
En ese momento, el primer paso fue reunirme con mi equipo de confianza y escuchar sus opiniones. Fue rápido, en 5 minutos nos pusimos de acuerdo y teníamos la respuesta: si los voluntarios y resto de vecinos del pueblo quieren nosotros también.
Tuvimos claro desde el principio que la decisión de realizar la carrera en este 2021 o dejarla ya para 2022 estaba en las manos de las personar que la hacen posible, que no son otros que los más de 200 voluntarios que participan antes, durante y después de la carrera. Si tenemos en cuenta que el pueblo tiene no más de 300 vecinos empadronados, es un dato que no esta mal.

Realizamos un esbozo de cómo sería la carrera y las características especiales que tendría: reducción de número de participantes, cambiar nuestra emblemática meta a las afueras del pueblo para intentar minimizar la interacción con los vecinos más mayores, la eliminación de algunos servicios ofrecidos al corredor para adaptarnos al protocolo covid, etc.
Con estas ideas generales se hizo una reunión con los voluntarios donde se les explico qué características podría tener la carrera para que fuera viable. Escucharon nuestra propuesta, expresaron sus opiniones, sus dudas, sus miedos y plantearon propuestas de mejora. La reunión acabó como no podía ser de otra manera, dada la pasión con la que viven los voluntarios la carrera, que sí que había que intentarlo, que Vistabella tenia que celebrar su XIV edición en 2021. Empezaba la cuenta atrás.
El siguiente paso era plasmar en acciones concretas ese esbozo que semanas antes se había presentado a los voluntarios. Las premisas a seguir: cumplir en todo momento los protocolos establecidos por las autoridades sanitarias, garantizar en todo momento la seguridad tanto de los voluntarios como de los participantes y seguir ofreciendo los servicios y el trato al corredor que hace que cada año se agoten las inscripciones rápidamente. Mentiría si dijera que ha sido fácil poder encajarlo todo ya que el nivel de autoexigencia que tenemos es muy elevado.
Y por fin el día 1 de agosto, 4:30 horas de la mañana, con 9º C, bastante viento y más nervios de lo normal, todo empezó a rodar. Y como no podía ser de otra manera lo hizo a la perfección, cual maquinaria bien engrasada formada con muchas piezas de calidad (corredores elite, corredores populares, recorrido, paisajes, voluntarios, bocadillo a la brasa, un gran equipo coordinador) hasta recibir a nuestra escoba al ritmo de nuestra querida canción “Gracias por venir” de la gran Lina Morgan.
Ya pensando en la edición del 7 de agosto de 2022. VistabellaIsVistabella
Rubén Porcar
Director de carrera de la Cursa per Muntanya de Vistabella
