La imagen de Pau Capell y Pablo Villa cruzando abrazados la línea de meta de Transgrancanaria ha dado la vuelta al mundo del trail. La acción fue aplaudida por el público presente y, para la gran mayoría de aficionados, ha representado los mejores valores de un deporte cada vez más profesional y competitivo, pero que sigue manteniendo algunos rasgos que los hacen especial.
También hay quien echó de menos que el duelo deportivo se alargara hasta el mismísimo arco de llegada. “Entiendo que algunas personas esperasen que llegáramos al sprint. También hubiera estado bien. Pero en esta ocasión, después de todo lo que habíamos luchado en las 12 horas anteriores, creímos que no tenía sentido. Ya habíamos tenido suficiente dosis de competición”, arranca su explicación Pablo.
Sin embargo, que nadie piense que la victoria ex-aequo de los españoles era algo previsto o hablado antes de la carrera. Todo lo contrario. Ambos llegaban con las espadas en lo alto, conocedores que al mismo tiempo que amigos serían sus peores rivales en los 128 km y 7.500 m positivos.
«Cómo este año las chicas era protagonistas, salimos detrás de ellas cuando se dio el pistoletazo de salida. Yo encontré un hueco por la calle de enmedio y me puse a tirar a 3’15» por la playa«, introduce Pau. Empujados por el catalán, rápidamente se formó un grupo en cabeza con cuatro de los aspirantes. El chino Peiquan You, con su calzado de asfalto, fue quien el primero que tomó el relevo al frente durante los primeros puntos de control, pero este ritmo suicida le dejó fuera de juego tras el primer tercio del recorrido. Ya bien entrados en la noche, el otro atleta extranjero, Jared Hazen, entre los líderes también empezó a flaquear.
«Artenara (km 64) fue un punto clave»
“Artenara (km 64) fue un punto clave, el momento para dejarle atrás -continúa Villa-. Pau y yo al avituallamiento con menos de 2 minutos de ventaja sobre Jared. Pero en vez de hacer una parada normal y que seguramente llegara a contactar con nosotros, decidimos salir rápido. Si veía la luz de nuestros frontales a los lejos, se desmoralizaría».
Acertaron. En el siguiente control en Tejeda (km 75), la diferencia era de 20 minutos. Con casi 30 minutos de margen sobre su siguiente perseguidor, el también norteamericano Dylan Bowman, parecía difícil que la victoria se les pudiese escapar. Y aquí empezó la verdadera pelea.
«No recuerdo ninguna otra carrera en la que me hayan pasado así»
Fue el leonés quien golpeó primero. A pesar de que hasta ese punto Pau parecía tener la carrera controlada, en la subida al Roque Nublo dejó alguna muestra debilidad. “Cuando me adelantó Pablo, lo hizo de una manera tan rotunda, que pensé que se me acababa la carrera. Sinceramente, no recuerdo ninguna otra carrera en la que me hayan pasado así”, apunta el vencedor del último Ultra-Trail del Mont Blanc.
Pero luchador y consciente de que aún restaba el último maratón del recorrido no se dejó llevar y lo alcanzó antes de llegar a Ayagaures (km 110). Fue entonces cuando llegó el pacto entre ambos. Tras mediodía exprimiéndose al máximo, los dos atletas decidieron cruzar juntos la línea de llegada. Tenían dudas sobre cómo reaccionaría la dirección de carrera, “temíamos incluso ser descalificados”, reconoce Pau, pero ambos creímos que era lo que teníamos que hacer.
«Muchas veces en estos casos uno entra antes que el otro»
Con esa determinación llegaron a los últimos metros del recorrido en el Faro de Maspalomas. Se cogieron de los hombros y cruzaron la meta al unísono. “Muchas veces en estos casos uno entra antes que el otro, así que cuando ví la banda de cronometraje en el suelo, agarré a Pau y movimos nuestras piernas de forma sincronizada”, explica Pablo.
Entre los periodistas en meta llegaron las dudas. ¿Cómo se resolvería esa situación? El director Fernando González había avisado de que intentarían buscar un ganador. Pero después de reunirse con la plataforma de cronometraje, de consultar el reglamento de los circuitos a los que pertenece, Ultra-Trail World Tour y Spain Ultra Cup, y de hablar personalmente con ambos corredores, decidió aceptar esta victoria compartida. 13 horas, 4 minutos y 10 segundos fue el tiempo oficial para los dos.
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