A pesar de ser un deporte relativamente joven, el Trail Running está en constante evolución. La última tendencia que se está extendiendo como la espuma es realizar, por cuenta propia, recorridos de grandes carreras al gusto del corredor. Algunas veces se hace usando el mismo formato de la prueba, algo que en Estados Unidos se conoce como “Fastest Known Times”, por el cual los corredores completan el recorrido y suben su tiempo, para así ser comparado con otros y poder realizar una lista de tiempos más rápidos fuera de competición.
La otra cara de esta tendencia es coger un recorrido de una gran carrera y realizarla de modo diferente, tal y como nos gustaría que fuese. Esto es lo que han hecho Anna Frost, Andy Symonds, François D´Haene, Julien Chorier, Greg Vollet y Felix Dejey, que se han decidido or darle un toque personal a todo un Ultra Trail Mont Blanc, al que han dado un toque a la Transalpine Run, dividiéndolo en tres etapas.
Tal y como relata Anna Frost en su blog personal, los seis corredores se aventuraron con una primera jornada de 50 kilómetros, que les llevó desde Les Contamines hasta Refuge Bertone. En ese segmento, Frost asegura que “podría usar palabras como increíble, asombroso, fuera de este mundo, pero no encontraría ninguna cercana a cómo me sentí. Escalamos en altitud y jugamos y corrimos fuera de control a través de la nieve. Siendo una persona de veranos, no tengo la oportunidad de correr con calor y hacer peleas de nieve a la vez. Estaba repleta de felicidad de arriba a abajo”
Su segunda jornada del viaje les llevó a completar 40 kilómetros, que les llevó hasta Champex. Ahí el tiempo no fue tan bueno y la lluvia hizo acto de presencia; “humedad, lluvia, humedad, lluvia… ¿A dónde había ido el verano? La nieve se había convertido en fango y sólo las flores demostraban que estábamos en verano” apuntó Frost en su blog.
La última jornada les llevó de Champex hasta el final del recorrido, la localidad de Chamonix; “el verano volvió de repente para la última jornada y los chicos debieron haber tomado un extra de café, ya que pusieron un ritmo vertiginoso, quizá porque en Chamonix nos esperaba un poco de sidra y helado” añadía Frost.
“Han sido tres días increíbles con amigos. Aún sigo indecisa sobre si el UTMB es para mí. Es extremadamente largo, un trail que debe ser respetado. Todavía disfruto correr rápido y entrenar duro. Creo que esta carrera es más de perseverancia, de mantenerse feliz de mente, de apretar a pesar del dolor hasta el final. Es una batalla contra uno mismo, una aventura junto a los demás. Ya veremos…” finalizó Anna.
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