Es posible que a los nuevos aficionados no les suene demasiado el nombre de Aitor Leal Irastorza, un corredor que despuntó entre 2011 y 2013, año en el que desapareció de la escena del trail running. Este irundarra de 43 años destacó en la ultradistancia llevándose notorios triunfos como los de la Ehunmilak 2012, platas como la del Ecotrail 2013 de París o bronces como el de Ultra Cavalls del Vent 2011 -ahora Ultra Pirineu-.
Por motivos personales se alejó de la competición entonces y ahora, tras 5 años de parón, vuelve con las misma motivación de la que hacía gala entonces. Como ejemplo, la reciente Ultra-Trail Guara Somontano, donde solo un extravío a falta de pocos kilómetros para la meta pudo privarle de la victoria.
“Desde que tengo uso de razón me encanta correr”
Corredor, pero también entrenador y organizador. La tuya es una visión 360° de este deporte.
Desde que tengo uso de razón me encanta correr y todo lo que rodea esta actividad. He sido una persona muy trotamundos, pero eso siempre me ha acompañado y por el momento puedo decir que ahora es mi principal dedicación.
Lo vuestro además es cosa de familia. Tus hermanos, Gorka y Mikel, también son corredores.
Sí, es lo que nos han inculcado en casa. Desde que éramos enanos nos llevaban al Pirineo con las mochilas. Recuerdo que me dolían los hombros del peso y que me salían ampollas, pero que nos lo pasábamos bien. También recuerdo que mi tío me llevaba alguna vez a correr por ahí. Hemos mamado esto desde pequeño y, como se suele decir, la cabra tira al monte.
“Hace por lo menos 15 años y entonces no se veía a gente correr por la montaña. De hecho, no nos miraban demasiado bien”
¿Practicaste otros deportes en tu juventud?
Hice bike trial y por supuesto frontón, que aquí es toda una religión. En lugar de jugar a fútbol, que también, lo hacíamos a pala. Y se me daba bastante bien.
¿Cuál fue la primera carrera por montaña a la que fuiste?
Empecé con el asfalto, pero en montaña… no me acuerdo. Lo que sí que recuerdo es que mi hermano Gorka nos lo descubrió. Hace por lo menos 15 años y entonces no se veía a gente correr por la montaña. De hecho, no nos miraban demasiado bien.
“La mezcla entre la velocidad y la resistencia es lo que me gusta”
Ha crecido mucho el trail running desde entonces. Ahora sería raro que alguien se molestase por verte correr por la montaña.
Se ha normalizado. El otro día salí a las 6:00 horas y ya me encontré a dos o tres personas. En Euskadi hay muchísima afición; siempre la ha habido a la montaña y también al deporte. Lo puedes ver, por ejemplo, en las etapas de las vueltas ciclistas. Aunque la gente no conozca a los protagonistas, sale a animarles.
¿Cómo te definirías como corredor?
A mí me gustan las ultras, pero hasta cierto punto. Se pueden correr 100 millas, aunque es un poco exagerado. A mí me gusta más los 80 km porque, dentro de ser algo muy largo, se puede ir rápido. La mezcla entre la velocidad y la resistencia es lo que me gusta.
“Ahora mismo lo que hay en las carreras por montaña son atletas, no montañeros reciclados”
¿Cómo es tu rutina de entrenamiento?
Entreno 6 días a la semana, muchos de ellos con doble sesión de mañana y tarde, y meto mucho asfalto y mucho gimnasio. Si solo corres por la montaña, te haces muy lento. Ahora mismo lo que hay en las carreras por montaña son atletas, no montañeros reciclados. Siempre encuentras tramos de pista, zonas llanas y como no seas un poco rápido te pueden sacar los ojos.
¿Qué es lo que te atrae de las ultras?
Tal vez sea el componente mental y táctico. Sabes que te va a tocar sufrir en algún momento y tienes bastante tiempo para pensar en estrategias y ejecutarlas. En una carrera de 20 km, sin embargo, no hay estrategias que valgan. Hay que ir a tope.
“Hay que aguantar como puedas, porque todas las crisis se pasan”
¿Tienes alguna idea que te ayude para afrontar esos malos momentos en carrera?
Siempre me suelo decir que el sufrimiento es pasajero, mientras que los resultados son para siempre. Así que hay que aguantar como puedas porque todas las crisis se pasan, y no retirarte aunque tengas malas sensaciones.
Hace 5 años que dejamos de saber de ti. ¿Por qué desapareciste de la escena del trail running? ¿Qué has hecho en este tiempo?
Decidí tomarme un respiro por problemas personales y, aunque ya no iba al monte, sí que he seguido corriendo algo por asfalto. Me he seguido manteniendo y ahora vuelvo con muchas ganas.

“El nivel va subiendo y hasta los populares se lo toman muy en serio”
Tal vez estar un tiempo fuera te ha permitido mirar al deporte con una perspectiva más serena. ¿Cómo lo has ido viendo cambiar?
A toda velocidad. Hay más corredores, más carreras, más dinero y más seguimiento por parte de la prensa. El corredor también ha cambiado. El nivel va subiendo y hasta los populares se lo toman muy en serio. La gente va tomando conciencia de que si lo quiere hacer bien, necesita rodearse de profesionales que le ayuden.
¿También ves más cercana la profesionalización de los deportistas de élite?
Cada vez hay más apoyo, aunque no sé si será suficiente. En las líneas de salida da la sensación de que hay mucha gente a la que apoyan, pero es distinto conseguir unas zapatillas que intentar vivir de esto.
“He vuelto hace solo 3 meses y esas cosas hay que ganárselas, más que salir a buscarlas”
¿Y en tu caso?
No, he vuelto hace solo 3 meses y esas cosas hay que ganárselas, más que salir a buscarlas. Ahora me toca competir más y, sobre todo, hacerlo un poco mejor. De momento me apoya la tienda de deportes de un amigo de Irún.
¿Cómo encaras los siguientes meses?
Como he empezado tarde, todavía voy a estirar un poco la temporada. El próximo fin de semana iré a la Ultra de la Serra del Mont Sant, en Tarragona. Después ya pondré el foco en la Transgrancanaria, la quiero preparar a conciencia.
“La sensación de estar solo en todo un valle gigantesco de los Pirineos entrenando es inolvidable”
Cuéntanos el mejor momento de tu trayectoria.
Tengo miles de recuerdos buenos del trail. Esto me ha dado muchas más alegrías que penas. La sensación de estar solo en todo un valle gigantesco de los Pirineos entrenando es inolvidable. En competición pasa todo muy rápido y a veces no da tiempo a apreciarlo suficientemente, pero darte cuenta de que eres capaz de superar malos momentos es muy importante.
¿Y el peor?
Me viene rápidamente el Gran Trail de Peñalara 2012, en el que me dio una deshidratación tremenda y me tuvieron que llevar al hospital. Eso fue un momento duro, pero no me dejó tampoco un mal sabor de boca.