A buen seguro, muchos de vosotros ya conoceréis la existencia del Salomon Sense Hydro S Lab Set, un nuevo sistema de hidratación desarrollado por la marca de Annecy. Con él, Salomon buscaba ofrecer un sistema de carga de líquidos ligero y cómodo, que permita llevar diferentes modelos de sus Soft Flasks, existiendo capacidades de entre 150 ml y medio litro.
Este pack de hidratación consta de dos especies de guantes, uno para cada mano, que van firmemente colocados sobre la palma y el reverso de la mano. En la zona de la palma, el sistema cuenta con dos anchas gomas en las que se encaja el soft flask. Asimismo, el tejido utilizado para el resto de la palma es una rejilla transpirable, que se seca rápidamente en el caso de que se moje con el líquido que transportamos.
Para aquellos que no lo sepan, este tipo de botella está fabricado con el mismo material que las vejigas de las mochilas de Salomon, por lo que cuando se vacían pueden ser plegados fácilmente, de forma que dejan de ocupar espacio en cuanto hemos consumido el líquido de su interior. La válvula que permite beber cuenta con el típico sistema de mordida de los típicos packs de hidratación de Salomon.
En la zona del pulgar, el sistema presenta una goma de ajuste, cuyo objetivo es sujetar la parte superior de la botella a la mano. Esta goma puede adaptarse al gusto del usuario, pudiendo dejarla más o menos apretada, dependiendo de las preferencias del usuario o de la cantidad de líquido que lleve en ese momento el corredor. En el anverso de la mano, el tejido es más parecido al algodón.
En cuanto a su utilización, en su primer uso, el guante, que puede ser adquirido en varias tallas, se ajusta perfectamente a la mano, sin quedar muy apretado o demasiado suelto. Si lo hace, es que la talla elegida no es la correcta y debe ser cambiado por una que nos vaya mejor según nuestro tamaño de manos.
La soft flask se coloca en la zona de la palma y, según el tamaño que utilicemos, se extenderá a lo largo de nuestro antebrazo. En este caso, el modelo probado cuenta con una capacidad de poco menos de un cuarto de litro. En este modelo, el depósito se adentra en unos cinco o seis centímetros más allá de la muñeca, lo que hace que no sea incómodo ni pesado.
El siguiente paso es ajustar la parte superior a la zona inferior del dedo pulgar, para lo que cuenta con una pieza plástica que, apretando un pequeño botón, nos permitirá que esta goma fije más o menos la boquilla, que sobresale de la base del pulgar en un par de centímetros, haciendo que alcanzar la válvula de mordido con la boca se haga en un movimiento simple y cómodo.
Entonces, llega el momento de correr con él. En este momento, debemos diferenciar la experiencia dependiendo de cómo de lleno esté la botella. Con ella llena, la sujeción es asombrosa y gustará a aquellos que no soporten los botes, tan comunes en otros sistemas como los cinturones.
A medida que vamos bebiendo, la botella va disminuyendo su volumen en la misma medida, por lo que la sujeción no es tan buena como con ella llena. Una opción es morder la válvula y llenar el soft flask con aire, recuperando éste su forma y, por tanto, volviendo a las sensaciones de un principio.
Si no se hace, uno de los extremos de la vejiga queda colgando ligeramente del antebrazo, algo que en modelos de más capacidad se acentuará exponencialmente, por lo que la opción de llenado de aire se hace más necesaria cuanto mayor es el depósito de líquidos. Eso sí, una vez rellenado con aire el líquido que hemos consumido, el sistema comenzará a hacer ruido por el movimiento del agua.
En el modelo testado, la cantidad de agua se hace un poco escasa, por lo que las variantes de comodidad y capacidad varían de forma directamente proporcional: a menor capacidad más comodidad y viceversa. Con apenas un cuarto de litro, no podemos usarla para grandes salidas a menos que podamos contar con lugares para rellenarlos mientras estamos en la montaña.
El dorso del guante, que como antes comentamos está fabricado en un material más esponjoso, está destinado a servirnos para secarnos bien el sudor o bien la boca si se ha derramado algo de líquido al beber. Un buen punto a favor de los diseñadores de Sense Hydro S Lab Set.

El problema de comodidad viene cuando nos enfrentamos a tramos técnicos, sobre todo en subidas o en zonas en las que tengamos que usar las manos, como cuando pasamos por tramos de cuerdas o en lugares en los que es necesario el uso de las manos para poder subir por zonas de piedra.
En ese momento, el pack no permite moverse con facilidad ni agarrarnos de las cuerdas, por lo que el paso por ese tipo de zonas se convierte en algo incómodo. La única solución encontrada es quitarse el guante, atravesar el tramo complicado y volvérselo a poner, pero es un proceso algo lento e incómodo, sobre todo si el pack ya está algo mojado. También puede vaciarse e introducirse en un bolsillo, una solución que tampoco es del todo satisfactoria.
Por tanto, el Sense Hydro S Lab Set está más destinado a entrenamientos cortos o en los que haya líquido disponible por el camino. Los recorridos deben ser poco técnicos para evitar el uso de las manos o, en su defecto, quitarse el guante para poder avanzar.
La comodidad es una de sus grandes bazas y puede ser una buena opción más para los entrenamientos que para las competiciones. Además, la posibilidad de usar el soft flask por separado, en el hueco para los botellines de una mochila o para otras actividades, hace que se abra un pequeño abanico de posibilidades más allá del uso al que está destinado. Su punto fuerte es que, una vez vacío, no ocupa ningún espacio y se puede guardar en un bolsillo sin que se aprecie, debido a su ligereza.
