Muchos corredores apuestan por las lentillas a la hora de entrenar y competir. A primera vista, ofrecen dos ventajas destacadas respecto a las gafas: en primer lugar, permiten un mayor campo de visión que no se ve limitado por la montura; en segundo, son más cómodas. Y es que aunque existen modelos de gafas diseñados específicamente para el deporte, e incluso para correr, es inevitable cierto grado de incomodidad fruto del traqueteo, el sudor, el empañamiento o la extensa duración de la actividad.
Existe un amplio abanico de modelos, como podemos ver en Vision Direct España. Si bien todas pueden usarse tanto en interior como en exterior, sí que hay algunas que, como las gafas, cuentan con un filtro de protección solar. Este es un factor fundamental en la montaña, ya que la radiación ultravioleta es mayor a medida que vamos ganando altitud. Todavía hay que tener más cuidado si estamos en la nieve, ya que allí el reflejo de la luz se multiplica. No son pocos los casos de montañeros que han sufrido fotoqueratitis, la denominada ceguera de la nieve, que puede aparecer en apenas dos o tres horas, y que puede suponer un problema muy grave tanto en el mismo momento, por la falta de visión, como por las lesiones oculares a largo plazo.
Hay que saber que las lentes de contacto sólo cubren una parte del ojo, la superficie corneal, protegiendo el iris visible y unos milímetros alrededor de la esclera. Por eso, la protección que da una gafa con un buen filtro es mayor, pues integra también al resto de anejos oculares como la zona de los párpados, muy sensible.
Pero si algo necesitan las lentillas es la higiene. Cualquiera que las haya utilizado sabe lo fácil que es sufrir una irritación (que puede derivar en infección), si no las manipulamos con las manos limpias. Da igual que sea en una marca de lentillas baratas o caras, pues su higienización es una tarea clave, especialmente si no se trata de modelos de reemplazo diario (usar y tirar).
Para carreras muy largas, incluso para travesías de varios días en las que sea difícil encontrar agua suficientemente limpia, es recomendable usar lentes de contacto de uso prolongado. Si generalmente se recomienda llevar lentillas un máximo de 8 o 10 horas seguidas, estos modelos ofrecen una mayor permeabilidad de oxígeno, por lo que podemos ampliar ese periodo de uso. Eso sí, en este caso es recomendable ir haciendo uso de lágrima artificial para rehidratar el ojo cada 2 horas y con mayor importancia todavía antes de irte a dormir.
Por último, es también muy importante llevar un portalentillas con una lente de contacto de repuesto, además de un bote con solución única (mínimo 20 ml), para poder limpiarla en caso de que tengas que quitártela. Seguramente no hace falta decirlo, pero en estos tiempos no está de más recordar que el gel hidroalcohólico no sirve para limpiar las lentillas y que su contacto con el ojo puede ocasionar graves quemaduras.
