Las zapatillas son nuestras grandes compañeras cuando salimos a la montaña. Son muchas las piezas de material que utilizamos, cada vez más. Pero las zapatillas siempre tienen un lugar privilegiado en la mente del corredor. Y es que, al fin y al cabo, son las encargadas de servir de enlace entre nuestro cuerpo y el suelo que pisamos.
Pero también es cierto que las zapatillas de calidad son caras; a día de hoy, un par de bambas de cierta calidad o de una marca puntera no suelen bajar de los 100 euros, incluso con muchos modelos superando ampliamente esa cantidad. Por ello, el gasto en zapatillas suele ser el más grande que un corredor realiza a lo largo de los años.
Una chaqueta o un reloj pueden suponer inversiones más altas, pero su vida útil es mucho mayor que las de las zapatillas, que al fin y al cabo son las que más sufren cuando nosotros nos divertimos. Roca, barro, piedras, trialeras, troncos… Las zapatillas de trail están acostumbradas a vivir en las peores condiciones, pero con algunos cuidados podremos alargar su vida hasta el punto de poder ahorrarnos unos buenos euros.
Armario amplio
La mejor forma de gastar unas zapatillas es tener un solo par para todo. Es cierto que si no disponemos de mucho presupuesto, esta opción es la más habitual, pero también es la forma de que ese par de zapatillas acabe destrozado más pronto que tarde. Es aconsejable, al menos, tener dos pares, uno de entrenamiento y otro para competir, aunque sería mejor tener alguno más.
Hacer rotaciones entre calzado nos servirá para darle más descanso a cada uno de los pares y permitir que los materiales se recuperen de los esfuerzos. Sí, si le damos descanso a una zapatilla, no sólo nos durará más días, sino también más kilómetros, que al fin y al cabo es lo que nos interesa.
Zapatillas para cada situación
Al hilo de lo anterior, con un armario amplio tendremos a mano las mejores opciones para que las zapatillas no sufran sin tener por qué. Si vamos a entrenar sobre suelo embarrado, utiliza las zapatillas que estén diseñadas para ello. Estas zapatillas tienen tacos más profusos y materiales más blandos que, si las utilizas en seco o sobre piedras, se desgastarán a la velocidad de la luz.
Lavado y secado
El mantenimiento de una zapatilla es clave para su durabilidad. Al acabar un entrenamiento es necesario darle los cuidados que necesita, aunque esto a veces sea un poco latoso. Si has ensuciado las zapatillas, límpialas con un trapo mojado y agua con jabón. Si el terreno estaba muy mojado o embarrado, sumérgelas totalmente en agua limpia y utiliza el trapo o un cepillo de cedras no muy duras.
Una vez limpias, déjalas secar a la sombra y en un lugar seco. Un truco para secarlas más rápido es meter dentro hojas de papel de periódico para que vayan absorbiendo la humedad. Nunca utilices la lavadora o la secadora para lavar y secar tus zapatillas. Esas máquinas diabólicas maltratan tu calzado y le acortarán sus kilómetros de vida.
Reparaciones caseras
Es habitual que las zapatillas se rompan por algún sitio, pero que estén en perfectas condiciones para seguir corriendo. Es habitual que en la zona interior del talón vayamos desgastando el almohadillado, mientras que el resto de la zapatilla esté perfecta. Puedes añadirle un parche y pegarlo con cola o pegamento para que vuelvan a estar casi como nuevas.
Si se te rompe alguna zona de la suela, pero todavía le quedan kilómetros a esas bambas, es habitual utilizar una rueda vieja de bicicleta o incluso unos pies de gato usados. Corta un trozo y pega donde te falte ese trozo de goma y alargarás la vida de tus zapas un poco más. Si se te rompen los cordones, compra otros. Si se levanta parte de la suela, intenta pegarla…
Otro consejo es que, en el caso de que el desperfecto no sea muy grande, puedes llevarlas a tu zapatero. Este tendrá alguna idea y por un precio muy reducido puede hacerte un arreglo para que esas zapas te duren dos o tres meses más.
Huye del asfalto
Muchas veces tenemos que hacer tramos de asfalto, y este tipo de suelo es, literalmente, un devorador de suelas. Por ello, intenta ir siempre por los exteriores, donde puedes encontrar hierbas o tierra que te libre de pisar sólo asfalto. También puede aprovechar ese tramo de metros de asfalto para parar, beber, comer, chequear parámetros de tu GPS, etc… Andando no las desgatarás tanto como corriendo sobre el asfalto.

Lleva una cuenta de los kilómetros
Si tienes varios pares multiusos, es importante ir alternando entre ellos. Es habitual incluso comprarse dos pares iguales, cuando encontramos ofertas de 2×1. Si es así, identifica cada par con una cinta de color o de alguna otra forma, para saber que los usas por igual. Como decíamos antes, al darle descanso te durarán más kilómetros que usándolos más a menudo.
Asume cuando hay que tirarlas
Por último, un consejo en la otra dirección. Hay que saber decir basta e identificar cuando unas zapatillas han dado todo lo que podían. Unas zapatillas en muy mal estado son una fuente potencial de lesiones. Si notas ciertas molestias y crees que puede ser por culpa del estado de tu calzado, jubílalas y pásate por la tienda a comprar otras.
1 comentario
Felicito a la persona que se tomo el trabajo de comentar este tema , pasa que yo a menudo afronto ese problema