Cada vez son más los corredores que apuestan por el uso de bastones en las carreras por montaña. Basta con dar un vistazo a la línea de salida de cualquier prueba para observar que se ha convertido en un complemento irrenunciable en nuestro deporte. Y es que muchos usuarios han comprobado la gran utilidad que otorgan a la hora de afrontar decenas de kilómetros y horas corriendo. De hecho, las diferentes federaciones, tanto la IAAF y la ISF, han desarrollado un reglamento en el que su uso está condicionado, siendo la primera la más reticente. Así, mientras en el Kilómetro Vertical de la ISF el tiempo homologado corresponde a una persona que optó por su uso; en el caso de la Carrera Vertical de Montaña IAAF cuenta con una marca para quienes usan bastones y otra diferente para quienes no lo hacen.
Ahora bien, lo primero que hay que saber es que los bastones no van a ayudar a correr más rápido, pero sí a hacerlo con mayor seguridad y menor impacto muscular y articular. Y es que su uso posibilita que el peso de nuestro cuerpo pueda repartirse entre los diferentes grupos musculares del tren inferior y superior, consiguiendo que el gasto energético de cada uno de ellos sea menor y mejore el rendimiento físico general. Así, quien los use notará que el cansancio mientras corre es menor, que aguanta mucho más y que el tiempo de recuperación y de lesiones es menor (siempre y cuando se utilicen bien).
Hay que saber que existen diferentes tipos de bastones según su plegado: fijos, telescópicos y plegables. Los primeros están compuestos por un solo cuerpo con una medida fija que aporta una rigidez máxima, no se pueden plegar y obligan a llevarlo extendido permanentemente, resultando bastante molesto en según qué circunstancias. Los bastones telescópicos, los más populares, están formados por tres segmentos que se esconden unos dentro de otros. Y, por último, los bastones plegables compuestos por tres o cuatro tramos unidos por un cable autotensable con un plegado y desplegado muy rápido. Aunque ofrecen una gran ligereza, el tipo de ensamblaje resulta más frágil.
Técnica de los bastones
Cuando un corredor de montaña decide comenzar a usar bastones lo primero que debe hacer es escoger la medida correcta. Si se opta por bastones fijos se suele coger como referencia 2/3 de la altura de la persona que vaya a usarlos o que su brazo forme un ángulo de 90º. En cambio, en el caso de los bastones extensibles y plegables, esto tiene una importancia menor, ya que son regulables.
Pero… ¿Y cómo se usan? Es bastante sencillo. Si se va a iniciar un ascenso, hay que introducir la mano en la dragonera de abajo hacia arriba. Muchos corredores incluso lo utilizan sin dragonera por la facilidad de cambio de mano o bien carrera de distintos desniveles donde se intercala correr y caminar. En cambio, si se va a iniciar un descenso se hará a la inversa y en el caso de pendientes técnicas o pronunciadas lo mejor es llevar la mano suelta para evitar una lesión en la mano en caso de caída.
Una vez agarrados los bastones correctamente, se pueden usar diferentes técnicas de impulso en función del terreno y la velocidad. En subidas muy pronunciadas deben clavarse y moverse de manera simultánea y a la misma altura. Mientras que en ascensos con pendientes más bajas en las que es posible trotar se irán alternando con el ritmo de braceo. En las bajadas, en cambio, hay que utilizar los dos puntos de soporte extra con precaución y mirar siempre la superficie en la que se coloca la punta del bastón. Además, en curva hay que poner el punto de apoyo en el giro para obtener más soporte y avanzar más rápidamente.
Beneficios de su uso en los ultras
El uso de bastones tiene muchos beneficios para los corredores de montaña; uno de ellos es que permite al usuario ganar un plus de seguridad. Tener más punto de apoyo, siempre que se sepa cómo hacerlo, dará una mayor sensación de confianza, lo que mentalmente supone menos desgaste.
Cabe destacar que todo lleva una adaptación y, no obstante, en el caso de los bastones, los brazos deben estar bien acostumbrados a ellos, por lo que un periodo específico en el gimnasio para fortalecerlos es más que recomendable. Y es que, con el paso de las horas o del esfuerzo por su uso, tanto los bíceps como los tríceps se fatigan. También es necesario trabajar los pectorales, ya que en subidas tipo kilómetro vertical o ascensos muy prolongados, esta cadena muscular adquiere un papel muy importante en la función de impulso.
Por último, el uso de este complemento acelera la recuperación del tren inferior al descargar parte del trabajo de las piernas hacia los brazos, dejando a las primeras más frescas al acabar la carrera.