Oriol Duixans es director del Area de Esquí de Montaña de la FEDME y seleccionador del equipo español de esta disciplina. A raíz de una irregularidad que se produjo en Mezzalama hace unos días, ha redactado un texto junto a técnicos y deportistas que ha publicado en sus redes sociales. El objetivo es hablar de algunos episodios que considera desafortunados y que afectan a la figura del mediático Kilian Jornet. Lo reproducimos a continuación:
¡FELICIDADES, KILIAN!
Kilian ha vuelto a hacelo con ligereza, velocidad, facilidad, humildad y casi sin hacer ruido. El día 23 de abril competía en Mezzalama, también Emelie Forsberg, y hoy ya está en el campo base del Everest por la vertiente china después de haber pasado por lo que se supone que era la cima del Cho Oyu en un poco más de quince días. Increíble lo que ha hecho y también la manera.
Creo que es el momento de publicar un texto que redacté hace diez días conjuntamente con compañeros del esquí de montaña cercanos a Kilian:
¡Ostras, Kilian, otra vez! ¿Por qué el buen hacer y la buena voluntad no se imponen ante todo?
Quizá sea un pensamiento mío, quizá no lo sé expresar con palabras, quizá esté equivocado, quizá predico en el desierto, quizá nadie se ha fijado, quizá la buena fe ya no forma parte de este mundo, quizá esto ya no le interesa a nadie o quizá soy un iluso… ¡Pero otra vez!
«Estamos hablando de unos árbitros que no actúan según el reglamento»
Otra vez porque una mala decisión arbitral, de los jueces, de la organización o de los políticos ante una actitud poco deportiva o ética de algunos competidores hace que la competición quede absolutamente desvirtuada. Un gran acontecimiento en el esquí de montaña, como la Mezzalama de este año, se ensucia, y pierde su magia e interés deportivo.
Una vez más estamos hablando de una posible penalización, de unos árbitros que no actúan según el reglamento (o hacen malas interpretaciones del mismo o del fair play que hace que pueda ser grande un deporte), sino de unos intereses —ocultos o no tanto— ; y no hablamos, en cambio, del mérito deportivo que comporta competir en una carrera con temperaturas extremas, haciendo dos cimas de cuatro mil metros y esquivando aristas, seracs y grietas.
Nos enrocamos una vez más con polémicas y disputas que vienen muy bien para perder el tiempo discutiendo, porque no nos lleva a ningún lado y nos confunden para distinguir lo significativo de lo accesorio. Resulta que en la última bajada de la Mezzalama, el equipo del Escercito (con sede en el Valle de Aosta, donde se celebra la Mezzalama, con los mejores deportistas italianos en sus filas) cogió un camino más corto en la última bajada logrando una ventaja significativa con respecto al equipo de Kilian, que corría con dos suizos, cuando les separaban pocos segundos y se jugaban la primera posición. Esta infracción —como se pudo ver en el recorrido del GPS que los deportistas colgaron en las redes sociales y como vieron y reconocieron los organizadores— no mereció ninguna penalización de los jueces.
«A esta polémica se le suman muchas otras en las que Kilian siempre ha estado en el ojo del huracán»
Nadie tuvo el suficiente valor para desbancar del primer lugar al equipo de casa. Es importante decir que no sabemos si la carrera hubiese cambiado su desenlace sin esta infracción. Porque los italianos son suficientemente buenos y saben prepararse bien como para poder ganar la carrera sin estas pequeñas infracciones que tiene el hábito de cometer en cada prueba. Competir a la italiana jugando y pasando los límites flexibles del reglamento. Pero como alguno dice: “No es eso, compañeros, no es eso…”.
A esta polémica se le suman muchas otras, desde hace años, en las que Kilian siempre ha estado en el ojo del huracán. Desde la posible penalización en los relevos de Morzine en 2008 cuando se inventó un nuevo sistema de fijación de los esquís a la mochila hasta la famosa talonera de la Copa del Mundo de Cambra d’Ase este invierno, pasando por la UTMB o algunas copas del mundo o campeonatos del mundo.

Parece —solo digo que me lo parece— que se le quiera perjudicar, que a algunos les de rabia que alguien, con su sencillez, forjado en el Pirineo, con su altísimo rendimiento deportivo, combinado con una generosidad inmensa hacia todo el mundo y con unos valores humanos muy elevados, les pueda pasar por delante jugando con las mismas herramientas. O quizá sea porque dada su dimensión mediática, sale muy a cuenta ponerlo en el centro de las polémicas para engordar la vanidad de la gente que opina en las redes sociales.
«No me entra en la cabeza que el buen hacer no entre a formar parte de todos los reglamentos»
La historia está llena de episodios y ejemplos donde la mayoría de la sociedad ha actuado con contundencia contra personas avanzadas a su tiempo, revolucionarias, rompedoras, exquisitas, perfectas en su disciplina y que nos hacen sentir pequeños a todos. A parte, Kilian, si alguna vez lo necesitáis honestamente por un motivo noble, él estará. Y más si es para ayudar a los deportes de montaña que lo han hecho la persona que es hoy. Eso es de un valor incalculable y no sé si esta estima es recíproca.
Supongo que solo forma parte del pensamiento de cuatro románticos, pero no me entra en la cabeza y me crea rabia e impotencia que el sentido común y el buen hacer no entren a formar parte de todos los reglamentos en las competiciones de los deportes de montaña como condición sine qua non. Claro, es competición, y competición el siglo XXI, y el deporte, también el de montaña, se mueve por unos parámetros que mi pequeña cabeza no entiende. Son los parámetros que rigen nuestra sociedad y que seguramente van incorporados a la condición humana.
«La aportación al esquí de montaña de nuestro país y al deporte no se la podremos agradecer lo suficiente»
Volviendo al episodio de la Mezzalama de este año, me sabe fatal que Kilian vuelva a encontrarse en el ojo del huracán. Pienso que el hecho de que tenga que vivir situaciones como esta de forma recurrente le puede desmotivar y hacerle perder la estima que tiene por las carreras de esquí de montaña. Y, egoistamente hablando, no querría perderlo en el esquí de montaña de competición, por los grandes momentos que nos ha hecho sentir y porque su aportación al esquí de montaña de nuestro país y al deporte no se la podremos agradecer lo suficiente nunca.
Es más, si el esquí de montaña de competición deja que se pierda una persona como Kilian, demostrará muy poca grandeza y, en este caso, sí que podremos decir que es un deporte pequeño. De todos modos, no creo que a Kilian le afecte demasiado todo esto. Seguramente está en otro nivel y, como es una persona realmente libre, hará lo que más le apetezca sin tener hipotecas con nadie. Y entonces descubriremos que esta es realmente su grandeza.
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1 comentario
No lo has podido describir mejor, Kilian es una persona de la que no solo se aprende por sus marcas competitivas, es un referente de valores tanto humanos como deportivos. Realmente espero que esto no le afecte personalmente, por lo tanto también en su deporte. Sería muy triste que bajara el nivel, y entendería que una persona que vive el deporte de esta forma, desde el alma, perdiera el sentido de porque hacerlo con todas estas mierdas. Aunque también creo, y espero, que SE LA SUDA!!