La Font Blanca andorrana será la segunda cita de la Copa del Mundo de Esquí de Montaña y, siguiendo la estela del año pasado, aumentará su apuesta por la difusión de la carrera a nivel audiovisual. Si en 2018 la organización se lanzó a retransmitir la prueba vertical, este año sumará a la programación la individual, siendo la primera vez en la historia del skimo que se realiza una cobertura de este tipo.
De esta manera el sábado 26, hasta cinco cámaras fijas, repartidas en diferentes puntos estratégicos, dos móviles y un dron cubrirán la prueba individual que el año pasado tuvo que ser suspendido por mal tiempo. La emisión se realizará a través de la web de la carrera y de sus redes sociales. La carrera vertical se emitirá en directo por la televisión pública andorrana el domingo 27 .
Tres recorridos pensando en todos los escenarios
A nivel deportivo, el recorrido de la carrera individual mantendrá el mismo recorrido que el año pasado y la vertical tendrá una pequeña variación en la altura de Comallemple, que no permitirá buscar el récord de tiempo de las ediciones anteriores. Axelle Mollaret es quientiene la plusmarca femenina con 31’37” desde el año pasado, cuando superó a la recientemente retirada Laetitia Roux. En hombres es Kilian Jornet quien tiene el récord de tiempo con 26:50 desde el 2016.
Pensando en todos los escenarios posibles para los días de carrera, la Font Blanca ha previsto hasta dos ‘planes B’ más en los recorridos, para garantizar al 100% la seguridad de los corredores principalmente por si hay condiciones meteorológicas adversas.
Compromiso con la sostenibilidad y la solidaridad
Por cuarto año consecutivo, La Font Blanca reafirmará su compromiso con la sostenibilidad que no sólo consistirá en compensar el CO2 generado, sino también un plan de sostenibilidad muy ambicioso y centrado en diversos ámbitos de la carrera: comercial, de movilidad, solidario y también referente a circuitos, caterings o avituallamientos.
Además mostrará su carácter solidario a través de la Fundación Montañeros para el Himalaya, colaborando con la financiación del desplazamiento de los niños que viven y estudian en Katmandú para que una vez al año puedan volver a casa para visitar a la familia, a pueblos remotos que incluso están al otro lado de la frontera con el Tíbet.