HISTORIA

Western States Endurance Run, el gran mito de las 100 millas

La cabezonería de un jinete llamado Gordon Ainsleigh desembocó, hace 48 años, en el nacimiento del ultra trail moderno. Repasamos lo que ha hecho de la prueba californiana un icono de nuestro deporte.

Western States 100 1985
Western States 100 1985
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A día de hoy, todavía mucha gente se echa las manos a la cabeza cuando alguien comenta que va a participar en una carrera de 100 millas, o lo que es lo mismo, poco más de 160 km. Pero en 1974 era algo que posiblemente nadie había intentado antes, por lo menos de una forma pública, y es por eso que ese año ha quedado marcado a fuego en cualquier aficionado al ultra trail.

Fue a comienzos de aquel verano cuando comenzó a escribirse la historia de un deporte que 48 años después después cuenta con miles de aficionados por todo el planeta, amén de multitud de pruebas de este tipo que ofertan trazados incluso más largos, duros y expuestos que la propia Western States Endurance Run 100. De hecho, a día de hoy puede considerarse una prueba rápida en su distancia gracias su terreno muy corrible.

La historia de la carrera californiana va ligada indisolublemente a la de Gordon Ainsleigh, un tozudo jinete que decidió competir en esta prueba, llamada Tevis Cup, que se realizaba a caballo. Él había perdido el suyo el año anterior, así que decidió intentar completar andando el mismo recorrido que ya había hecho dos veces a lomos de un corcel. Menos de 24 horas después de haber salido del pequeño pueblo de Squaw, Gordon llegó a la línea de meta, no sólo demostrando que se podía completar una ruta así a pie, sino hacerlo de forma ligera y rápida. Sin querer, Gordon se había erigido en la figura que marcaría el nacimiento del ultra trail moderno.

A partir de esa edición de 1974, la prueba se celebraría anualmente, con cada vez una mayor repercusión hasta ver pasar por sus montañas a algunos de los mayores mitos del trail running mundial. Pero no sería hasta 1977 cuando la carrera alcanzaría estatus propio, denominándose Western States Endurance Run, ya que en esas primeras ediciones los corredores que seguían los pasos de Gordon simplemente completaban la Tevis Cup a pie en lugar de a caballo. Entre 1974 y 1977, sólo Ken Shirk pudo repetir la gesta de Gordon, que además le sirvió de liebre en las últimas 25 millas del recorrido.

En aquella primera edición independiente, 16 valientes se pusieron en la línea de salida para intentar completar uno de los mayores retos deportivos realizados hasta la fecha. De ellos, uno solo llegaría a la meta dentro del límite de las 24 horas. Su nombre era Andy Gonzales. Los otros dos que llegaron a la meta lo hicieron en más de 28 horas.

Sólo un año después, el cupo de participantes creció hasta los 63, de los que casi la mitad conseguirían acabar. Este crecimiento seguiría de forma escalonada en las siguientes ediciones hasta que en la década de los 80 la prueba comenzó a sufrir limitaciones. Las recién nombradas autoridades del Parque Nacional no veían bien la celebración de competiciones deportivas dentro de su espacio, pero la organización consiguió que el Congreso permitiera una excepción para su celebración en 1983. Eso sí, se limitaría el número de corredores a los 369, un número irrisorio si lo comparamos con la mayor parte de ultras en Europa.

Lo que podría verse como una problema es algo que encaja perfectamente con la filosofía de la carrera que desde 2013 dirige Craig Thornley: «Tenemos la filosofía de ‘No dejar huella’, que significa que intentamos no tener impacto en la tierra. Por ejemplo, no organizamos pruebas en las que haya libertad de recorrido. Nos ceñimos a circuitos establecidos. Una prueba con 400 corredores y un circuito cerrado va a tener un feeling diferente que otra carrera con miles de corredores”.

Sorteo de dorsales de la Western States 2013
Sorteo de dorsales de la Western States 2013

Con la popularización de esta disciplina en los 90 y la década de los 2000, la prueba tuvo que imponer un sistema de lotería para asignar las vacantes disponibles de una forma más equitativa, siempre reservando dorsales para sus emblemáticos Golden Tickets. Porque si en aquel 2013 fueron casi 2.300 los interesados, este 2022 la cifra aumentó hasta los 6.208, lo que da una idea del crecimiento que la prueba sigue viviendo.

Otro de los puntos a favor es la historia del trazado por el que discurre. “Hay una historia muy rica de la fiebre del oro en las décadas de 1840 y 1850. El recorrido transcurre por lugares remotos e inhabitados que hace años eran recorridos por miles de personas que buscaban hacerse ricos con el oro”, añade Thornley.

Pero además de la propia carrera, han sido los corredores los que han ido forjando la leyenda de la ultra estadounidense. Todo comenzó con Gordon Ainsleigh, que todavía sigue corriendo (y escalando y yendo en bici) a sus 75 años, pero hay otros nombres que han quedado ligados para siempre a la historia de esta carrera.

Tal vez el siguiente nombre propio de la WSER100 sea el de Tim Twietmeyer, quien compitió hasta en 25 ocasiones, todas ellas por debajo de las 24 horas, de las que consiguió cinco victorias. Su homóloga en la categoría femenina sería Ann Trason, la corredora más laureada con nada menos que 14 triunfos entre 1989 y 2003 (solo fallando en 1999 por lesión). Otro mítico como Scott Jurek venció siete veces de forma consecutiva, mientras que en los últimos años ha sido Jim Walmsley su gran protagonista con un explosivo abandono, tres triunfos y el récord de la carrera (14:09:28). La mejor marca femenina está en manos de Ellie Greenwood (16:47:19) desde 2012.

Y si hablamos de ediciones emblemáticas, no podríamos pasar por alto la del 2010, con la primera participación de Kilian Jornet. Si bien en Europa ya había ganado grandes carreras, incluso el UTMB Mont-Blanc, en EE.UU. no creían que ese joven de apenas 22 años pudiera ganar. Fue un año muy competido con contendientes tan fuertes como Hal Koerner, Anton Krupicka y Geoff Roes con los que se acabó disputando la victoria a pecho descubierto. Finalmente, tras una impecable remontada, sería este último el que se hizo con un triunfo que quedaría inmortalizada en el documental ‘Unbreakable’. Un año más tarde y mucho más preparado, especialmente para el tórrido calor, el español se haría con su única victoria allí (15h34′).


Kilian Jornet, Anton Krupicka y Jeff Roess en Western States 100 2010
Kilian Jornet, Anton Krupicka y Geoff Roes en Western States 100 2010

Por todas estas razones, la Western States Endurance Run 100, que nació casi por casualidad, se ha convertido en todo un icono que ha perdurado los últimos 48 años, en la decana de las 100 millas y en una de las puntas de lanza de un deporte que comenzó un tipo llamado Gordon Ainsleigh y que a día de hoy practican miles de personas en todos los continentes del planeta.

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