El pasado sábado 24 de febrero arrancaba en el Frozen Head State Park (Tennessee, EE.UU.) una nueva edición de la surrealista carrera de Lazarus Lake. 40 horas después, sus 40 participantes habían renunciado al desafío, entre ellos el primer español en la prueba, Josep Barberillo.
Solo Gary Robbins, recordado por su fatídico final en 2017, consiguió el ‘fun run’, tachando tres de las cinco vueltas necesarias a su intransitable circuito. Un año más la Barkley Marathons se quedaba sin añadir más nombres al su selecto listado de 15 finishers. “La calidad de los corredores este año fue obvia porque fallaron más rápido”, comentaba con su ironía habitual ‘Laz’.
Otro de los que cayeron en este absurdo combate fue el estadounidense Jamil Coury, octavo en la última Hardrock 100. Era su cuarta participación, “la que mejor había preparado mental y físicamente, algo que no le importó a la BM100”. Tal vez sea por eso que su vídeo, de la mano de la productora Run Steep Get High, ha sido capaz de recoger como ningún otro esta ácida mezcla entre diversión y crudeza que caracteriza a la Barkley Marathons. Os dejamos con él.