Este pasado fin de semana se ha celebrado por fin la primera edición de la Val d’Aran by UTMB, una carrera que en 2020 se vio obligada a aplazar su cita inaugural como consecuencia de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus y que ha conseguido reunir a cerca de 4.000 participantes en la línea de salida de sus diferentes modalidades.
La localidad de Vielha fue testigo de uno de los eventos de trail running más importantes del año en nuestro país. Y es que hasta este mágico lugar del Pirineo llegaron corredores de todos los rincones del territorio nacional e internacional con el objetivo de disfrutar de sus impresionantes parajes.
Tras la resaca que dejó la gran fiesta del trail, las redes sociales comenzaron a llenarse de imágenes y comentarios relacionados con el evento. Así, mientras unos mostraban orgullosos su medalla de finisher, la felicidad de volver a competir o simplemente comentaban lo bien organizado que estaba el evento; otros decidían hacer visible unos problemas estomacales que habían sufrido durante o después de la competición.
Estos mensajes hicieron saltar las alarmas. Y es que el número de afectados con los mismos síntomas (fiebre, diarrea y vómitos) iban en aumento. Así, tal y como nos explica el director de la prueba Xavier Pocino “hasta el momento se han detectado alrededor de unos 200 casos, de los que 16 fueron atendidos en el Hospital de Vielha”.
Una vez llegado el aviso de la situación que se estaba viviendo la organización se puso a trabajar con el objetivo de encontrar el origen del problema, así crearon un “formulario en el que el corredor debe indicar el origen de la comida y la bebida que consumió durante la carrera”. Y aunque identificar el punto exacto en el que comenzó todo es “muy difícil”, viendo las personas afectas ya se ha podido determinar que los afectados eran todos participantes de las dos pruebas más largas: CDH y VDA.
Así, desde la organización están convencidos que no pudo ser nada que se consumiera en los puntos de control, ya que “ninguno de los voluntarios, que comían y bebían del mismo avituallamiento, ha sufrido síntomas parecidos a los que sufren estos corredores”. Aunque “la investigación sigue abierta y trabajaremos para encontrar el origen del problema lo antes posible”, afirma Xavier. Lo que sí quieren dejar claro es que “el agua que se ofreció en todos los avituallamientos era agua potable, no como se quiere dejar ver en las redes sociales”
Además, desde la organización se han puesto en contacto con las personas afectadas para “ver cómo se encuentran y ver si necesitan cualquier cosa”.
Los síntomas en primera persona
Carreras por Montaña ha podido hablar con dos de esos corredores afectados, quienes nos han explicado su experiencia y cómo lo han vivido.
El primer testimonio nos explica que “normalmente no cojo nada en los puntos de control, pero esta vez como solo me podían avituallar en dos zonas sí que cogí agua y algún trozo de plátano, pero nada más”. Ahora bien, añade que “en la zona de más alta de Colomers, como se hacía largo y ya hacía mucho calor, por prevención rellené uno de los botellines con agua. Poco después, sobre la hora y media, tuve que hacer un par de paradas, pero pensaba que estaba relacionado con el cansancio y con el consumo de geles. Una vez en casa el malestar en la tripa y la diarrea seguían, empecé a tener fiebre, pero pensé que era por haber estado todo el día bajo del sol. No fue hasta el domingo cuando comencé a encontrarme un poco mejor”.
Aunque no todos cogieron agua de riachuelos. El segundo corredor con el que hablamos, en cambio, afirma que no comió «nada de fuera de los avituallamientos”. Explica que todo lo que comió y bebió (un plátano, un sándwich, agua y bebida isotónica) fue “de los que había en los avituallamientos, de los depósitos y las garrafas de los voluntarios”.