La Ultra- Trail Guara Somontano es un clásico del calendario español. Nacida en 2009 -con alrededor de 90 km-, fue el sueño hecho realidad de un grupo de deportistas que quería enseñar al mundo su propio paraíso: Alquézar y la Sierra de Guara.
Esta prueba pionera, que durante años formó parte de circuitos nacionales, se ha mantenido en el candelero, adaptándose a la evolución del trail running. Sus organizadores, Santi Santamaría y Pau Jordán, siempre han sido muy sensibles a los comentarios de sus corredores, lo que les ha llevado a realizar continuas mejoras. Las últimas han sido importantes cambios de recorrido que han llevado a la prueba reina a una distancia de 107 km y 5.400 m positivos.
Por su carácter de media montaña, sin grandes ascensiones pero con un terreno muy técnico, es una gran opción para aquellos que se quieran superar la barrera de los 100 km. Así lo hicieron Martin Scofield y Michel Borrás, que desde entonces han repetido en casi todas las ediciones.

“Hacíamos senderismo y queríamos ir más rápido, así que nos apuntamos. Éramos un poco inconscientes. Yo fui apenas sin entrenar y viví toda una aventura. Nadie sabía realmente qué estaba haciendo y recuerdo que al día siguiente todos caminábamos como cowboys”, rememora Martin.
Michel Borrás es hermano de Quique, uno de los primeros organizadores del evento junto a Santi y Pau: “Debuté en aquella primera edición y desde entonces no me he perdido ninguna. De hecho, para mí, ha sido el motivo de que me enganchase a este deporte. El entorno es increíble con zonas de belleza impresionante como el barranco del Mascún y otras como Otín, que son auténticos desiertos demográficos. Es muy curioso el avituallamiento de Las Bellostas, donde durante el año solo viven dos personas y ese fin de semana es una fiesta. Es todo muy salvaje”.

Ojo con el calor…
Los que conocen la zona saben que septiembre todavía es un mes muy caluroso, cada vez más. En este sentido, la gestión del esfuerzo, la hidratación y la toma de sales son claves para llegar hasta el final.
“Es el principal motivo de abandono cada año. Hay que venir acostumbrado a correr largo. Mi consejo es hacer salidas de 10 horas, cada uno a su ritmo, y si puede ser con altas temperaturas. Hay que acostumbrar al cuerpo, también a comer y beber en esas condiciones”, continúa Michel.
“No hay que olvidar que estamos en la montaña -responde Martin-. Como pasó el año pasado, puede venir una fuerte tormenta de verano. En ese caso, lo mejor es juntarse en grupo para buscar un pequeño refugio o, por lo menos, ir juntos. Los nervios que se tienen y la falta de visibilidad puede provocar pérdidas o una mala toma de decisiones”.

… y las piedras
El Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara es, fundamentalmente, un terreno de piedra caliza y conglomerados. El firme es muy duro y rocoso, más de lo se podría imaginar, algo que desgasta tanto física como psicológicamente.
“He visto a corredores con experiencia en pruebas de alta montaña que aquí se han llevado una ingrata la sorpresa. En los Alpes, por ejemplo, las sendas están más limpias y son más corribles. Aquí el 90% son piedras y hay que ir todo el rato mirando donde pisas”, explica Martin.
“Según mi experiencia, hay que tener cierta técnica para no machacarte los pies y las zapatillas. Si apoyas en cualquier lado, al final lo acabas pagando. Y es que ‘la clase media’ nos vamos a pegar cerca de 20 horas sobre piedras”, añade Michel.

Rodellar, punto de no retorno
Ambos coinciden que, especialmente después de los últimos cambios de recorrido, el paso por Rodellar (km 49) -templo de la escalada a nivel mundial-, es decisivo para poder terminar la carrera.

“No es cuestión de ir demasiado rápido, pero no hay que dejar que el tiempo se escape para que no te pille el corte. En mi opinión, la primera mitad del trazado es la más dura, aunque hay que guardar fuerzas para poder seguir”, explica Martin.
“A partir de Rodellar, para los que vamos atrás, ya empieza a picar el sol. Y quedan las dos subidas en las que peor se pasa: primero la Costera hacia Otín y después la Subida a Santa Marina. Con constancia se superan, pues no son demasiado largas, pero es muy importante ir bien hidratado y comido”, completa Michel.

Una carrera hecha con mimo
Si algo distingue a la Ultra-Trail Guara Somontano, es que es una carrera hecha con cariño. No se deja ningún detalle al azar.
“Se nota de los organizadores son corredores y ya tienen mucha experiencia, no solo con su prueba, sino también colaborando con otras. El marcaje es generoso y los avituallamientos son muy variados, algo fundamental para llevarte una alegría cuando ya llevas muchos kilómetros”, apunta Martin.
“Solo puedo decir que es un carrerón que, además, no está masificado, pues tienen limitadas las plazas para cuidar el medioambiente. Aquí no tienes la sensación de ser un dorsal más, sino que cuidan de ti para que vivas la mejor experiencia. Y, para ello, no hay mejor consejo que irse a comer y beber un vino de Somontano en alguno de los restaurantes de la zona”, cierra Michel.
