Cumple nueve años la Gore-Tex Transalpine Run, y lo hace con la madurez de una carrera que a lo largo de esta última década ha ido creciendo paso a paso, sin saltarse ninguna etapa, hasta llegar a convertirse en la prueba por etapas más importante del continente y quizá del mundo, junto con su hermana, la Transrockies Run, que se disputa al otro lado del Atlántico.
Esta no será una edición más de la carrera alpina; como es habitual, la prueba ha colgado el no hay billetes hace ya tiempo, además de contar con unos trazados totalmente remozados, eso sí, sin cambiar la esencia ni el formato. La carrera se desarrolla a lo largo de una semana a través de la cordillera alpina, con etapas que tienen una longitud media de 35 kilómetros y unos 2.000 metros de desnivel positivo.
Según asegura Wolfgang Pohl, uno de los encargados de la confección de los recorridos, “tanto las duras subidas como las desafiantes bajadas siguen cambiando. Casi no habrá pasos llanos. El tercer día de competición será especialmente duro para las piernas, y es que habrá que superar casi 3.000 metros de desnivel positivo”.
Pero Pohl también se guarda un as en la manga para el día final de la competición; “en la última etapa las cosas se volverán a poner muy serias; habrá otros 3.000 metros de ascenso y otros tantos de descenso, pero es que además tendrán que pasar por el mayor paso en altitud en la historia de nuestra prueba, los 3.123 metros del Madritsch Joch” apunta Pohl.
Lo que también supondrá un auténtico acicate para la competición es el nivel de los corredores que se han anotado para participar este año. Edición a edición, la competitividad ha ido progresando, y en estas ediciones hemos tenido corredores como Iker Karrera, Philipp Reiter, Miguel Caballero, Mireia Miró o David García Castán.
Pero la edición de 2013 será, quizá, la más disputada de todas en ambas categorías, con corredores como Tófol Castanyer, que hará pareja con Philipp Reiter, Dimitris Teodorikakos y Cameron Clayton, Silvia Serafini y Oihana Kortazar, Maud Gobert y Stephanie Jimenez o Nuria Domínguez, que competirá en mixtos con Chemari Bustillo.
En total, la prueba contará con la participación de 366 parejas, la más elevada de su historia, que pone de manifiesto que desde Plan B han acertado de pleno con una carrera que atrae a corredores de todo el mundo y supone una de las mejores formas de conocer la cordillera alpina para los corredores de montaña.
Una de las responsables de la organización, Uta Albrecht, asegura que uno de los secretos de su éxito es que “siempre estamos buscando nuevos caminos y trazados en los que se disfrute del impresionante paisaje alpino. Me pone contenta que este año hayamos encontrado una ruta muy atractiva y estoy segura de que los participantes se quedarán tan sorprendidos con su belleza como nosotros”