“Mil motivos te pueden traer a los Alpes. Este espectacular entorno es un regalo para los sentidos. Hace algunos meses que planeamos estar por estos parajes. Marcamos la Transalpine Run en el calendario del Team Buff y aquí estamos. Nuria Domínguez y yo disputaríamos la categoría mixta y el Kapi, Juanjo Alonso, con Javi Rodríguez estarían en senior master. Al final las lesiones provocadas por las caídas que tuvieron Javi y el Kapi en el Iron Bike que corrieron en bici hace unas semanas en los Alpes italianos los han dejado en casa.
Aceptar esta locura deportiva supone estar ocho días con el cuerpo hecho trizas corriendo por etapas desde Alemania hasta Italia. Las jornadas no son demasiado largas, entre 35 y 50 km y 1500 o 2500 m. de desnivel positivo pero como llevas un dorsal y se trata de estrujar las piernas, pues eso, que cada día acabas con el cuerpo como Pinocho.
Por aquí hay un poco de todo. Se corre en equipos de 2, del mismo o distinto sexo. Gente de un montón de nacionalidades. Todos con la obsesión de conseguir la camiseta finisher. Y con esa meta las aspiraciones son de todos los colores. Algunos pelean por la victoria, otros por estar lo más arriba posible, los hay que se lo plantean como reto, también como una semana de vacaciones deportivas, incluso los hay que vienen a pedirse matrimonio o de luna de miel.
El primer día fue de toma de contacto, una etapa larga, 50km y 1600 de desnivel positivo, de media montaña entre bosques inmensos con pistas y senderos interminables. Fuimos haciendo camino a nuestro aire. La progresión fue buena. Nuestro grupo de equipos rivales se fue seleccionando. Alcanzamos en la bajada a la pareja italiana. En la última parte veíamos a los primeros, en una zona llana de varios kilómetros. Mantuvimos la distancia y acabamos segundos.
La etapa del domingo fue algo más corta, 35km con 1800 de desnivel. Más rápida y con una subida al cielo de salida que encendió las calderas, el café con leche, los bocatines de queso y las tostadas con miel parecían querer salir a borbotones. Hubo algunos atascos en zonas de paso estrechas y en una zona de cables y cuerdas fijas, más atrás fue como el de las urbes en hora punta.
Después de una travesía por zonas altas y una bajada larga muy embarrada llegamos al último avituallamiento y cogimos a la pareja italiana, forzaron el ritmo pero pudimos pasarlos a pocos kilómetros de meta. Ganamos la etapa y nos pusimos al frente de la general de equipos mixtos.
Esto aún no ha empezado y la paliza que llevamos en el cuerpo es de órdago. Hoy hemos pasado la meta de la tercera etapa. Día emocionante y difícil. Con un primera parte en ascenso, cruzando varias veces por el recorrido del famoso descenso de esquí alpino de Kitzbühel, el pelotón se ha ido estirando.
Al llegar a las zonas altas, un sendero bien marcado nos iba guiando hasta empezar la bajada. Las nieblas parecían celosas por dejarnos disfrutar del imponente entorno. Y de buenas a primeras, sin avisar, hemos tenido la visita del señor del mazo, se ha cebado conmigo. Gracias a la ayuda de Nuria he podido ir tirando, con sus ánimos y energía hemos salvado el día en tercera posición y seguimos líderes. A por la cuarta etapa”.
Chemari Bustillo