El trail running es una disciplina deportiva que ha crecido de manera notoria durante la última década. El auge de este deporte ha traído numerosas consecuencias, entre ellas el nacimiento de multitud de escuelas de trail por todo el territorio nacional. Y es que dicen que los niños tienden a imitar a sus padres, por lo que, si esta afirmación es cierta, no es de extrañar que se esté produciendo este efecto. Cada vez son más los adultos que se aventuran a correr por la montaña y a disfrutar de manera intensa de cada entrenamiento o competición. Una pasión que transmiten a quien les rodea, también a los más pequeños.
Es precisamente este auge del trail, unido a la insistencia de una madre, lo que animó a los organizadores del Ultra Trail Guara Somontano a impulsar su escuela de trail running junto al entrenador Néstor Arilla. Un proyecto que nacía en 2019 en Alquézar, una pequeña localidad oscense de apenas 300 habitantes, aprovechando el impulso y la popularidad de la carrera de montaña que aquí se celebra.
“Aprovechando el tirón de esta reconocida prueba hemos logrado que los más jóvenes de la zona puedan practicar un deporte diferente al que se plantea por tendencia histórica en el lugar, lo que ha marcado un antes y un después”, explica el responsable de este ambicioso proyecto.
La escuela que dirige Néstor celebrará este año su tercer aniversario, un tiempo que ha servido a todos para seguir aprendiendo. Pero él se queda con la progresión: “He visto como los niños han ido ilusionándose por una actividad antes desconocida a la que venían con pocas ganas, incluso luchando por la pereza. Ahora ninguno quiere perderse ni una clase”.
Pero, ¿cómo se consigue mantener esta motivación y esas ganas? “Es la variedad de actividades, porque, aunque tiene una estructura parecida (calentamiento, juegos variados, habilidades, descubrimiento de la naturaleza…), siempre es diferente”, responde. Néstor consigue que sus 14 pequeños trailrunners finalicen cada clase con ganas de la siguiente. “Su cara de felicidad al finalizar lo dice todo, también la manera en la que cuentan a sus padres lo bien que lo han pasado o todo lo que han logrado. Al final, generando experiencias positivas logras que la motivación llegue a máximos”.
No, correr por la montaña no es fácil. Por esta razón “para poder hacerlo primero hay que aprender a caminar sobre ella, saber desplazarse con seguridad y eficiencia”. Así, durante las clases los pequeños realizan actividades que les van permitiendo ser cada vez más hábiles, tratando de ser lo más eficaces y rápidos posibles, pero siempre con seguridad y sin riesgo de lesionarse.
Lo que no preocupa en absoluto a Néstor Arilla es la competición “estamos en edades tempranas, de iniciación y no consideramos que sea lo más importante. Nuestro trabajo se centra en el desarrollo integral de la persona”. Durante las clases, en cambio, les presenta retos que les conducen al autoconocimiento de ellos mismos para saber gestionar sus esfuerzos.
Y aunque el grupo dirigido por Néstor se encuentra en un rango de edad entre los 6 y 11 años, el conocimiento de estos pequeños por el trail y sobre todo por la carrera que se disputa en su localidad es inmenso “cuando se acerca la prueba se palpan los nervios e ilusión, empiezan a hablar entre ellos de quiénes vienen y de los posibles favoritos al triunfo”.
