Siete días de aventura trail runner a través del Pirineo, cubriendo un total de 250 km y superando más de 15.000 metros de ascensión acumulada, dan para infinitas vivencias. Lo saben muy bien todos los participantes de la Pyrenees Stage Run 2016, que a su llegada a Vielha el pasado sábado demostraban la inmensa alegría de ver superado el reto. Atrás quedaban siete etapas por terreno muy variado, de entre 20 y 45 km, que les llevaron desde Ribes de Freser hasta Vielha siguiendo un espectacular trazado que tomaba como base el emblemático GR-11 y atravesaba cinco parques naturales.
Los vencedores absolutos fueron los atletas Pere Aurell y Ragna Debats, del equipo Tuga Active Wear / BV Sport España, que demostraron una superioridad indiscutible desde la primera hasta la última etapa. Sus más inmediatos perseguidores, los checos Jan Bartas y Zuzana Urbancova, del equipo Hanibal CZ y miembros de la selección checa de carreras de montaña, muy pronto se contentaron con luchar por la segunda plaza en la general, algo que lograron al superar también a la primera pareja no mixta, formada por Miguel Leal y José María Sánchez, de la escuadra Mugalaris. Por su parte, el primer equipo íntegramente femenino lo formaban Anna Garcia y Laura Céspedes, que se alzaron con la victoria en la categoría de mujeres.
UNA CARRERA DIFERENTE
Un total de 11 equipos tomaron parte en la PSR16, en la que quedó demostrado que cada cual puede disfrutar de esta carrera y del Pirineo a su manera. «Correr de día permite disfrutar de los espléndidos paisajes del GR-11, y en la llegada de cada etapa se viven muchas emociones», apuntaba Toni Ortiz, del equipo Ultrajam, que era el corredor más veterano del pelotón y destacó «el encomiable compañerismo y el ambiente sano que reina en esta carrera».
Cabe señalar que la PSR es una prueba en la que se participa en equipos de dos o más corredores, que deben permanecer juntos durante toda la carrera. El itinerario es fácil de seguir, pues se basa, en su mayor parte, en el trazado del GR-11, que ya cuenta con marcas de pintura blanca y roja sobre el terreno. Además, todos los participantes llevan el track en el GPS, que forma parte del material obligatorio. Aún y así, para mayor seguridad, la ruta se señaliza con cintas durante la víspera al paso de los corredores y todas las balizas extra son retiradas por un equipo que cierra la comitiva el mismo día de la carrera.
«Es una fórmula ideal para descubrir corriendo este sector del sendero pirenaico, que es realmente espectacular», afirmaba Anna Garcia, del equipo Lost Girls, que destacaba la posibilidad de poder «correr sin peso, con avituallamientos –un mínimo de tres por etapa, con agua, bebida isotónica, fruta, frutos secos, barritas energéticas, refrescos de cola, etc.– y una organización que vela por todos los participantes».
Por otra parte, el tiempo de corte es suficientemente amplio para que todos los aficionados al trail running capaces de llevar un ritmo medio de 4 km/h en terrenos de montaña puedan plantearse este reto y lograr ser finishers. Además, en caso de no poder completar una etapa, si el corredor lo desea, la organización permite tomar la salida al día siguiente.
«Nuestra etapa favorita fue la de Arinsal a Tavascan, pero hemos disfrutado todos los días. Aquí, en el Pirineo, el paisaje es un regalo para los sentidos», declaraba Yaniv Shoshan, del equipo israelí Pardo Run Club, formado por tres corredores.
ESPíRITU MONTAñERO
La Pyrenees Stage Run nace con el propósito de convertirse en una prueba por etapas de referencia, con su propio estilo y espíritu. «Creemos que en esta primera edición, en la que ha salido todo tal y como queríamos, hemos sentado la base de cara a años venideros», declaraba Tomàs Llorens, director y alma mater de la carrera junto a Jordi Vissi.
«Nuestro objetivo es ofrecer al corredor una aventura diferente y accesible, una prueba por etapas y en parejas similar a otras pruebas que ya existen en otras cordilleras, como la Transalpine-Run, pero en la que se pueda disfrutar del magnífico potencial natural del Pirineo», apuntaba Jordi Vissi.
Si no hay cambios, en 2017 se repetirán las fechas –primera semana de septiembre–, y se espera doblar el número de equipos inscritos. Los organizadores, sin embargo, pretenden que el crecimiento resulte progresivo y controlado, de manera que sea posible conservar el espíritu original de la prueba y ofrecer la mejor experiencia a todos los corredores.
DESCRIPCIóN DE LAS ETAPAS
Día 1. Ribes de Freser – Queralbs. 34 km / 2.300 m+ / 2.000 m-
Primer contacto con la alta montaña. Se corona el Puig del Balandrau (2.585 m), para bajar por el Camí dels Enginyers hasta el Santuario de Núria y enlazar el GR-11 hasta Queralbs.

Día 2. Queralbs – Puigcerdà. 38 km / 1.650 m+ / 1.700 m-
Es una de las etapas más largas, pero también la más rodadora, por el tipo de terreno y caminos. El GR-11 busca un paso suave y progresivo hacia la Cerdanya, atravesando una inmensa masa forestal.
Día 3. Puigcerdà – Encamp. 45 km / 2.500 m+ / 2.400 m-
Una de las jornadas más espectaculares, por la distancia y los paisajes. Desde la Cerdanya, se asciende entre bosques hasta el refugio de Malniu y el circo glaciar d’Engorgs. Andorra espera un collado más allá, con sus zonas lacustres y el bucólico valle del río Madriu. Es, posiblemente, una de las dos etapas reinas de la carrera.
Día 4. Encamp – Arinsal. 20 km / 1.900 m+ / 1.700 m-
Día de transición y recuperación, justo en el ecuador de la carrera. Etapa más corta en kilómetros pero con unos contundentes desniveles y fuertes pendientes, a través de los espectaculares bosques de pinos de las cotas medias de los valles andorranos.
Día 5. Arinsal – Tavascan. 35 km / 2.300 m+ / 2.650 m-
La segunda etapa reina de la PSR salta la frontera andorrana por la Portella de Baiau, de 2.757 metros, pasando junto al techo de Andorra, el Pic de Comapedrosa, de 2.939 metros. Tras un largo descenso, ya en en fondo del valle de la Vallferrera, la carrera abandona temporalmente el GR-11 para subir hasta el lago de Baborte y coronar más tarde la Roca Cigalera, desde donde se inicia un duro y exigente descenso final hasta la población de Tavascán.
Día 6. Tavascan – Espot. 34 km / 2.650 m+ / 2.450 m-
De nuevo en el trazado del GR-11, los protagonistas siguen siendo los fuertes desniveles, pero con un terreno más corredor y un itinerario que pasa por pueblos con mucho encanto, como Aineto o Estaon. La etapa supera dos largos collados y tiene final en alto, en la población de Espot.
Día 7. Espot – Vielha. 44 km / 2.050 m+ / 2.400 m-
El último día reservaba el sector más técnico y complicado de toda la travesía, con una amplia zona de alta montaña en la que los corredores debían coronar el Pic del Pinetó (2.647 m), para después superar laberínticos caos de rocas en una zona realmente espectacular, en la misma periferia del Parque Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. A partir del refugio de Saboredo, el terreno se suavizaba y empezaba un largo descenso hasta Vielha.
CLASIFICACIONES
1º TUGA ACTIVE WEAR / BV SPORT ESPAñA Pere Aurell / Ragna Debats (1º en MIXED) 33 h 19 min 56 seg
2º HANIBAL CZ Jan Bartas / Zuzana Urbancova (2º en MIXED) 40 h 47 min 46 seg
3º MUGALARIS Miguel Leal / Jose María Sánchez (1º en MEN) 41 h 28 min 35 seg
4º ULTRAJAM – NONSTOPRUN Toni Ortiz / Xavi Mimó (2º en MEN) 47 h 01 min 47 seg
5º CAMETA FONDISTA Sergi Sales / Xavi Ripoll (3º en MEN) 48 h 50 min 49 seg
6º TUGA OUTDOOR TEAM Francesc Garrido / Dolors Morcillo (3º en MIXED) 49 h 13 min 42 seg
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8º LOST GIRLS Anna Garcia / Laura Céspedes (1º en WOMEN) 52 h 16 min 48 seg
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