Orsières-Champex-Chamonix. Eso es lo que significan las siglas de la menor de las principales pruebas que se celebran en el Ultra-Trail del Mont Blanc. Con 56 km y 3.600 m de desnivel positivo, es la de menos kilometraje de las cuatro (tras UTMB, TDS y CCC), pero tal vez la de mayor nivel deportivo. Así lo demuestra la media de puntos ITRA de los 50 primeros, que analizamos en la previa, superior incluso a la prueba reina. Y es que la OCC congrega cada año a corredores de perfil más rápido y este año hemos visto un desembargo de élites sin precedentes hasta la fecha.
Con 7 ediciones a sus espaldas, la conocida como «hermana pequeña del UTMB» se ha hecho un hueco en el mayor evento del trail running del mundo. Si en sus comienzos quedaba, por decirlo así, relegada a una distancia sin interés y con poco atractivo para atletas y público, en los últimos años ya obtiene la atención que merece. Y es mucha.
A vueltas con la velocidad
Por sus características, la OCC es la puerta más fácil de entrada al macroevento de Chamonix. Gracias a su moderado kilometraje y desnivel, permite dar los primeros pasos hacia la ultradistancia. Eso sí, a una velocidad de vértigo en los puestos de cabeza. Un ritmo que edición a edición ha ido aumentando.
Buena prueba es que en 2021 han caído los récords vigentes por segunda edición consecutiva. Blandine D´Hirondel (5:45:08) y Jonathan Albon (5:02:58) han rebajado las marcas pasadas pertenecientes a Ruth Croft y Stian Angermund en 5 y 17 minutos respectivamente. Y no solo queda en ambos la rebaja de tiempos, en el plano masculino el top5 al completo bajó superó el registro de 2019 del noruego.
La tendencia sigue si seguimos para atrás. Por ejemplo, en 2018 se cerró el podio en 5:35:54 en categoría masculina y 6:40:30 en categoría femenina, mientras que en la última fue en 5:08:32 y 6:10:08 respectivamente. ¡Estamos hablando de casi media hora menos! En el plano femenino podemos comprobar cómo esta evolución es todavía más evidente. El tiempo de la tercera en 2018 le situaría en el 12º lugar en 2021.
Por cierto, como dato de interés, este año la OCC añadió 1 km extra por motivo de la covid. La carrera partió de las afuera de Orsières, en el cantón suizo del Valais, para estirar el pelotón antes de adentrarse en el núcleo urbano donde enlazó con el recorrido tradicional. Así que podríamos estar hablando de una rebaja en los tiempos de 3 o 4 minutos. ¡De locos!
Las posibles causas
Son varios los factores que explican esta evolución, siendo posiblemente la profesionalización el más importante. La entrada de más y mejores patrocinios hace que cada día un mayor número de atletas dedique mayor parte de su tiempo a entrenar. También que incluyan en un equipo formado por entrenador, nutricionista, médico y/o psicólogo en su rutina deportiva. Obviamente esto no es algo nuevo, pero actualmente está al alcance para un mayor número de deportistas, no únicamente para los top mundial.
Pero no podemos pasar por alto la entrada de nuevas tecnologías y mejores en el material deportivo. Nuevas herramientas que han traído consigo nuevos métodos y estudios sobre la fuerza, la potencia e incluso sobre la musculatura respiratoria. Todo esto está desarrollando el campo del entrenamiento específico para trail running y lo seguirá haciendo. ¿A que nadie se extraña ya de ver a un corredor por montaña haciendo series o intervalos en llano?
Y es que si nos fijamos en el top10 de la OCC, y analizamos el perfil de los corredores, vemos que no solo son grandes corredores de montaña, también son muy buenos atletas de asfalto. Chicos capaces de bajar de rondar los 30′ en un 10K en ruta y chicas que se acercan a los 32′.
Sea como fuere, estamos ante un cambio generacional. Ha llegado una nueva hornada de corredores más rápidos, más controlados y con adaptaciones cada vez más efectivas al entorno en el que compiten. Y, sin duda alguna, veremos pronto cómo los flamantes récords se rompen de nuevo. Estamos viviendo una evolución deportiva sin precedentes en nuestro deporte.