Ayer 4 de julio, como cada año desde tiempos inmemoriales, se celebró en Alaska una de las carreras más antiguas, duras y alocadas de las que sobreviven a nuestros días. Una prueba por montaña de poco más de 3 millas (5 km) que sale del pueblo costero de Seward para tocar la cima del Mount Marathon (950 m) y volver a bajar.
Hasta aquí, todo normal. Tal vez algo corta y con mucho desnivel, al estilo de un kilómetro vertical al que le sumamos el retorno, pero una carrera más. Sin embargo Alaska es un lugar impredecible y también lo es su Mount Marathon Race (MMR), gracias a un recorrido lleno de trampas. Barro, nieve, a veces hielo, rocas resbaladizas y piedras que ruedan ladera abajo, raíces, el paso por una cascada… Las opciones de caída son múltiples y variadas y, como dicen por allí, “si no llegas sangrando, es que no te has esforzado lo suficiente”.
Feudo de los alaskeños, ayer volvieron a ganar dos locales: Scott Patterson y la joven Allie Ostrander, que fue la segunda mujer en bajar de los 50 minutos en la larga historia de la MMR. Pero al margen de los resultados, hay una serie de datos curiosos sobre esta carrera que deberías conocer.
Una apuesta entre borrachos
La MMR se ideó a altas horas, dentro de un bar de Seward y tras una pequeña disputa. Dos sourdoughs, como se denominan a los lugareños, debatían acaloradamente sobre la posibilidad de subir y bajar de la montaña en menos de una hora. Lo que para uno era imposible para el otro completamente viable, por lo que junto al dueño del bar organizaron el reto. El que perdiese invitaría a una juerga en el establecimiento.
Algunos jóvenes de la zona se sumaron al objetivo y empezaron a intentarlo, y los comerciantes de la zona aumentaron el interés aportando algunos premios para el que lo consiguiera. Así nació la carrera y se ubicó en un día festivo del calendario.
Independence Day
Esa fecha no podía ser otra que el 4 de julio, día en el que Estados Unidos celebra su independencia del imperio británico (1776). La MMR es la singular manera que han encontrado en Alaska, una región con un sentimiento identitario muy marcado, para celebrar la fiesta nacional. Familias enteras aprovechan su día libre para trabajar como voluntarios en la organización y son miles los que se lanzan a la calle para disfrutar de un espectáculo que nadie quiere perderse. No en vano, la llaman “la Super Bowl” de Alaska.
Más de 100 años y 90 ediciones
Aunque es complicado encontrar la fecha exacta de las primeras tentativas (algunos hablan de 1905, otros de 1912), la primera edición organizada se registró en 1915. Su ganador James Walter, tardó 1 hora y 2 minutos, por lo que el sourdough más optimista perdió la apuesta y tuvo que invitar a la multitud. No tardaría mucho tiempo, sin embargo, en recuperar la razón. Al año siguiente Alec Bolan pararía el reloj en 55 minutos y 12 segundos.
Como vemos, la MMR es ya una carrera por montaña centenaria, una de las más longevas de EE.UU –la más antigua es la Bemis Bemis-Forslund Pie Race en Massachussets y data de 1892-, y este año se ha cumplido su 90ª edición. Esto se debe a que entre 1920 y 1924 esta locura hecha carrera se interrumpió debido a la construcción del ferrocarril. El siguiente parón se dio entre 1932 y 1938, tras el fallecimiento por tuberculosis del joven Ephraim Kalmakoff, que saliendo del horfanato Jesse Lee Home había ganado la carrera los tres años anteriores. El último parón fue en 1942, debido a la Segunda Guerra Mundial.
1963, las mujeres se suman a la fiesta
Hasta entonces solo los hombres habían desafiado el reto de la MMR, pero Ann Wemark Rodgers y dos amigas se encargaron de luchar para que un cambio en el reglamento acabara con la barrera de género. Aunque pueda parecer increíble, otras pruebas emblemáticas como la Maratón de Bostón tardaron casi una década en aceptar a las mujeres.
Jane Trigg fue la más rápida de aquella primera edición mixta, aunque no consiguió rebajar el objetivo de los 60 minutos. Pasarían 11 años antes de que una mujer, este caso Kathy Anderson, diese con él. En 1985 se celebraría la primera carrera femenina con una participación de 54 mujeres y victoria para Patty Foldager.
Un presente con paridad
Para limitar el impacto medioambiente de la carrera, el cupo de dorsales es, desde 2012, de 700. Entre ellos, 400 son para adultos (200 hombres y 200 mujeres) y 300 para juniors (150 chicas y 150 chicos).
El dorsal más caro de la historia del trailrunning
10 bibs masculinos y femeninos son guardados por la organización para una subasta que se realiza el día antes de la MMR. Este año, 8 hombres pagaron entre 2.500 y 3.000 dolares por su dorsal y, aunque a nivel general se recaudaron más fondos que en cualquier edición anterior, no se llegó al récord de 2016, cuando la puja llegó a los 4.500 dolares (casi 4.000 euros).

Una carrera popular, pero peligrosa
El carácter festivo y la popularidad que tiene entre los corredores locales no implican que esté exenta de riesgos. Las laderas del Mount Marathon presentas unos tramos de gran pendiente, con firme resbaladizo, roca descompuesta y mucha exposición.
Con tramos de trepadas de más de 60 grados de inclinación y una pendiente media de 34 grados, la bajada es el principal peligro para los participantes, también por las altas velocidades que alcanzan (van a una media de 15 km/h). Las caídas y los golpes son más que habituales y, aunque generalmente no revisten gravedad, la MMR 2012 tuvo que lamentar la muerte de un corredor, que desapareció entre la frondosa maleza.
Kilian Jornet y Emelie Forsberg también dejaron su huella
Son pocos los corredores de fuera de Alaska que compiten en la MMR, la mayor parte de ellos estadounidenses. Hace unos años llegó esta insólita carrera a los oídos de Rickey Gates, de Colorado (EE.UU) e integrante del equipo Salomon. Le cautivó y pensó que si había alguien a quien le podía interesar correr allí era a Kilian Jornet y a Emelie Forsberg. Los tres compitieron en 2015 y los europeos dejaron para la historia dos nuevos récords de la prueba: 41 minutos y 48 segundos para el catalán y 47 minutos y 48 segundos para la sueca.
Las marcas en la actualidad
El récord de Jornet, sin embargo, pasó el año pasado a las manos del estadounidense David Norris, que paró el crono en 41 minutos y 26 segundos. La mejor marca en subida también es para él y está en 30 minutos y 35 segundos, mientras que la de bajada sigue en posesión del catalán con 10m22s. Entre las chicas, los tiempos a batir siguen siendo los de Forsberg: 36m17s en la subida y 11m36s en la bajada.
5 comentarios
¿Que pone en el pasaporte de Kilian? ¿Que pone en su DNI? Igual en unos pocos meses pone otra cosa, y ya descansamos de toda esta mierda insufrible. Pero hoy por hoy son un español y una sueca, o en su defecto, ambos son de sus regiones respectivas. El problema es nombrar a uno por su región y a la otra por su nacionalidad. Si no lo quieres ver pues perfecto, pero no nos hagas comulgar con ruedas de molino, por que no… Respecto a lo del Manchego tiene cojones la cosa, será Castellano manchego ¿No?
pues a lo mejor si…tienes toda la razon pero no quita que el es catalan y ella sueca. donde esta el fallo?? si seria manchego y pondrian el manchego y la sueca nadie, absoluto nadie tendria quejas o me equivoco?? estais muy picado con el tema por diossss
Pues dale mas vueltas que no has debido darle las suficientes…si uno es catalán, la otra es Ångermanländska…Si una es sueca, el otro es Español…
el es catalan y ella sueca…..no se donde esta el problema….es catalan y ella sueca. aunque le de mas vueltas sigue siendo catalan y ella sueca
41 minutos y 48 segundos para el catalán y 47 minutos y 48 segundos para la sueca No entiendo por que Kilian es Catalán y ella Sueca. Lo correcto sería decir Español y Sueca, o Catalán y el nombre de la comunidad de ella. Así nos va.