La vigésimo octava edición del Marathon des Sables no será una más en la historia de esta mítica prueba desértica. Buscando un perfil más relacionado con la solidaridad, los organizadores de la carrera marroquí han cambiad el formato de la carrera de forma que sus proyectos solidarios tengan un mayor hueco dentro del programa de la próxima edición, que tendrá lugar del 5 al 15 del próximo mes de abril.
A partir de este año, la carrera de las arenas pasará de tener siete etapas competitivas a tener seis, una menos, pero eso no quiere decir que el séptimo día no haya que correr por las dunas del Sahara, todo lo contrario. La organización ha reservado esta séptima jornada para que tenga carácter solidario.
La historia del Marathon des Sables siempre ha estado ligada a acciones de ayuda a los más desfavorecidos en la zona en la que se desarrolla la carrera, el sudoeste de Marruecos, lugar en el que conviven tribus nómadas que son el objeto de ayuda de este tipo de iniciativas llevadas a cabo por la organización.
Así, durante los últimos años la organización ha trabajado con otras asociaciones de ayuda para mejorar la vida en esa zona del mundo, con proyectos como la instalación de bombas solares, distribución de material escolar, la puesta en marcha de una escuela en Tarigh o la construcción de un complejo para mujeres en el que hay talleres, escuelas y guarderías.
Dando un paso más en su estrategia de ayuda solidaria, desde la organización han impulsado la creación de la asociación “Solidarité Marathon des Sables”, en la que se trabaja principalmente en el ámbito de la juventud y la mujer, dos de los grupos de población con más problemas.
En el caso de los niños, se ha creado la Sport Eveil Acadamie, una academia de iniciación al deporte en el que se da cabida a un total de 180 chavales de 3 a 11 años, que recibirán unas 900 horas de clases deportivas, incluyendo las comidas y la higiene de los muchachos, además de incluir tres viajes deportivos a lo largo del año.
Para el colectivo femenino la iniciativa lleva el nombre de Femmissima; este es un centro con capacidad para 60 mujeres en el que se imparten clases lectivas, además de lecciones de higiene salud y cuidado de niños. Uno de los pilares es la introducción a los microproyectos que buscan que las mujeres sean cada vez más independientes, incluso financieramente hablando.
De esta forma, la histórica carrera desértica creada allá por 1985 busca poner su grano de arena en la revitalización del entorno que les permite a los corredores disfrutar de su afición favorita. Una vez más, la dupla deporte-solidaridad ha demostrado ser de las más eficientes que existen.
