El pasado lunes por la noche, tras 60 horas y 402 km (250 millas) recorridas, Maggie Guterl se proclamó vencedora de la Big Dog’s Backyard Ultra en Tennessee (EE.UU.). Es la primera mujer que vence esta carrera sin final, después de que el año pasado Courtney Dauwalter fuera la última en abandonar.
Y es que en las Backyard Ultra, un macabro concepto que el próximo fin de semana llegará por primera vez a España, los corredores no pierden, sino que claudican. La carrera se basa en un recorrido de 6,6 km a completar en 1 hora. Lo mismo en la segunda hora y así, hasta que solo quede un participante con ganas y piernas de seguir corriendo.
«Es como un concurso para recibir un puñetazo en la cara», explicaba en la revista Outside su creador, Gary Cantrell (o ‘Lazarus Lake’ o ‘Laz’), conocido por organizar el también brutal Barkley Marathons.
Este año, con 72 participantes (10 mujeres) en la línea de salida, la victoria se decidió en la 59ª vuelta del recorrido cuando Will Hayward renunció. Llevaban ya 45 km corriendo solos y el corredor no quiso tomar la salida otra vez más.
Guterl continuó en solitario estableciendo la cuarta mejor actuación de la historia de una carrera que nació en 2007, aunque llevaba en la cabeza de Cantrell tres décadas más.
En 2018, con Dauwalter y Johan Steene llegando hasta las 67 vueltas, Guterl se había retirado tras 295 km. Motivada por la incredulidad de ‘Laz’ a que una mujer pudiera ganar esta prueba, la corredora de 39 años señaló en rojo en su calendario.
Preparada milimétricamente y con una estrategia muy sólida, con la que completó todos bucles en aproximadamente 54 minutos, la de Durango (Colorado, EE.UU.) hizo historia en una de las carreras más genuinas del planeta. “Quería seguir», fueron sus palabras tras cruzar por última vez la meta.
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