Seguramente habréis oído su nombre porque, a pesar de haber celebrado una única edición, la Volcano UltraMarathon ya se ha hecho un hueco entre los sueños de muchos seguidores de las carreras extremas en autosuficiencia.
Costa Rica, volcanes, ríos, selva, y también playa. 6 etapas y un montón de ambientes que integran un trazado duro, más de lo que a priori se podría pensar. No son solo sus 250 km, ni sus interminables 12.500 m de desnivel positivo (hay que pensar que los participantes suelen llevar casi 10 kg en la espalda), sino un clima tropical que se pega a la piel para mostrarle al corredor que esta es una carrera para reinventarse. Una experiencia en la que el sacrificio, la tenacidad y la cooperación son herramientas esenciales para poder llegar hasta el final.
El próximo mes de abril, Volcano UltraMarathon vivirá su segunda edición y su distancia reina compartirá escenario con otra de 100 millas y con un maratón. El proyecto crece y ya se dibujan las Volcano Extreme Races que contarán con parada en Islandia en 2021. Quién sabe dónde nos llevarán en 2022… Pero, más que mirar al futuro veamos de dónde salen los mimbres de esta competición.
Andrés Lledó y el Sendero de los Conquistadores
Corría el 2016 cuando Andrés Lledó decidió escribir un nuevo capítulo en su dilatado historia de ultrafondista extremo. Habiendo completado casi todas las pruebas de autosuficiencia a nivel mundial, se propuso junto a su principal patrocinador, JimboFresh, uno de los mayores retos deportivos de su vida: atravesar Costa Rica desde el Pacífico hasta el Atlántico. Fueron 435 km en 8 días, transitando por la carretera por la que los españoles penetraron en aquel mundo recóndito, en un avance que les costó más de 20 años.
Dicho así, suena interesante y hasta motivador, pero para el de Cartagena (Murcia) supuso una aventura mucho más exigente de lo que nunca hubiera pensado. “Sinceramente fue toda una sorpresa. No conocía Costa Rica, tampoco tenía referencias de ninguna persona que antes lo hubiera conseguido y todo eso despertó una gran motivación en mí”, recuerda el ultrafondista. “Sin embargo -continúa-, el primer día ya me di cuenta que de que esto no tenía nada que ver con nada de lo que hubiera hecho antes. Fue durísimo, sudé sangre y lágrimas. No miento si digo que de no ser por el equipo que iba conmigo, ahora no lo estaba contando”.
Poco a poco, y en bastantes más horas de lo previsto, fue terminando las etapas. Las primeras, principalmente en subida. Las últimas, en descenso en dirección a las aguas del Mar Caribe. “El país es una pirámide auténtica y la humedad lo cambia todo, así que tuvimos que replantear varios aspectos del proyecto para llegar a nuestro destino enteros”, apunta Lledó.
De corredor a director técnico
Toda esa experiencia, que fue registrada en un documental que se puede ver en Prime Vídeo, afloró en el proyecto que ha dado lugar a la Volcano UltraMarathon. Al año siguiente, en una reunión con sus patrocinadores, la empresa hortofrutícola JimboFresh dirigida por Miguel Ángel Jiménez Bosque junto a Andrés plantearon la posibilidad de darle la vuelta a la relación.
“Después de muchos años de aventuras, de sufrir y disfrutar juntos, y de transmitir los valores de la empresa apoyándolo en eventos por todo el mundo, era el momento de utilizar todo lo aprendido para crear la mejor prueba que fuéramos capaces. Había dos cosas que teníamos claras: Andrés sería nuestro director técnico y Costa Rica nuestra sede. Ningún lugar aúna tantos ingredientes para cocinar una carrera en autosuficiencia como esta. Además, es un país muy seguro, con un turismo pujante y sostenible, símbolo de la naturaleza y de la concordia”.
Con toda la experiencia de Andrés y su espíritu detallista, se celebró una edición cero del evento en 2018. En ella contaron con una empresa local que ya les había provisto de servicios de logística en el ‘Sendero de los Conquistadores’. “Un staff de unas 15 personas de allí nos acompañó a lo largo de la carrera. Montan los campamentos, los puntos de control y muchas otras labores, también de comunicación. Es muy interesante trabajar con ellos, no solo porque son un equipo bien engranado, conocen el territorio y a las personas clave, sino por lo que transmiten. Los ticos son personas muy alegres, abiertas y generosas, y eso es parte también de la carrera”.
Junto a Jimbee (Principal patrocinador de la prueba), Miguel Ángel Jimenez, Sergio Jimenez, Andrés y Antonio Lledó han construido a base de una experiencia sólida, un evento único y que ya se está consolidando no solo como una alternativa a las múltiples carreras por etapas, también como una prueba dura y exigente.
Un recorrido para conocer un país
“Una de las cosas que más orgulloso estoy es del recorrido -recupera la palabra Andrés-. Gracias a habernos pateado el terreno, hemos podido pasar por fincas particulares que normalmente están cerradas y que esconden una belleza increíble. Somos muy afortunados, porque podemos pasar por algunos rincones que ni los propios locales conocen. Está todo cuidado para que la experiencia sea inolvidable. Incluso tenemos alguna sorpresa para que el gran desafío físico y mental sea un poco más llevadero”.
La travesía sale del noroeste de Costa Rica, empujada por los vientos cálidos y secos del Pacífico. El terreno arenoso, similar al de otras pruebas desérticas, invita a relajarse, pero conforme pasen los kilómetros y las etapas lo corredores irán penetrando en la selva, ganando altitud y sobre todo humedad. “Tras la quinta etapa se duerme a 3.000 m, por lo que habrán pasado de ir en manga corta a estar a temperaturas de entre -5ºC y 0ºC”. Al día siguiente será la etapa reina, la más peligrosa según los organizadores, ya que desciende desde el frío de las alturas a una olla a presión de humedad. Una prueba de fuego que tendrán negociar si quieren completar el reto.

“Bosques húmedos y tropicales, ríos, cafetales, selva pura, senderos sinuosos o la zona muerta de un Volcán. Esto es la Costa Rica profunda, con toda su diversidad y una variación de ambientes que nos diferencia de otras pruebas de autosuficiencia. Además, lo hacemos en recorridos lineales, no circulares, para poder descubrir el país”, añade.
La primera edición celebrada en 2019 dejó huella entre los participantes. Corredores como Remigio Huaman, Juanjo Larrotcha, Eugeni Gil o Zaid Ait Malek fueron partícipes de la intensa experiencia, abriendo el camino para otros élites. Este año, el cartel también será muy atractivo con atletas de la talla de Chema Martínez, Ragna Debats o Pere Aurell. ‘Pura vida’ les espera.