3:49 de la madrugada del sábado. En Ordino todavía quedaban algunos valientes despiertos, que esperaban una llegada muy especial. Nahuel Passerat y Julián Morcillo cruzaban abrazados el arco de meta para estirarse, cansados ??pero satisfechos, en el suelo, mientras recibían la ovación de los presentes. No era para menos. Ponían fin a 233 kilómetros y 20.000 metros de desnivel. El tiempo total: 68 horas y 49 minutos, o lo que es lo mismo, casi tres días recorriendo los parajes más indómitos del Pirineo andorrano.
Un recorrido que completaron sin marcaje, siguiendo estrictamente el track de la ruta facilitado por la organización y con un GPS que permitía a la sala de control saber en todo momento su localización exacta.
Durante su aventura, vivieron un emocionante mano a mano con la pareja checa formada por Filip Silar y Pavel Paloncy. Las distancias entre ambas parejas era mínima, hasta que a partir del lago de la Isla (km 165) Passerat y Morcillo volvieron a ponerse al frente de la carrera. Una posición que ya no dejaron escapar hasta Ordino, donde llegaron anoche con una ventaja de 3 horas y 51 minutos sobre sus inmediatos perseguidores.
«Cuando te gusta de verdad la montaña y te dicen que existe una carrera como Eufòria te tienes que apuntar sí o sí. ¡Esto es otro mundo! Hay muy pocas organizaciones que se atreverían a hacer un recorrido tan salvaje como este, por cimas y crestas, pero es que es espectacular. lo habíamos preparado muchísimo y lo hemos disfrutado muchísimo, ha sido mágico disfrutar de esta primera edición de Eufòria», explicaba Nahuel Passerat, mientras que Julián Morcillo añadía: «Es lo más duro que he hecho nunca, pero no me quiero recrear con ello. Con lo que nos quedamos es en haber hecho pareja con Nahuel durante toda esta carrera, pero también con todos los demás participantes de la carrera, se ha creado un gran ambiente».
Al margen de la distancia, Eufòria ha sacado la parte más dura de la montaña andorrana con la ascensión a 5 picos de más de 2.900 m, y otros 27 pasos por encima de los 2.500 m. Terrenos técnicos, en su mayoría poco corribles, que han hecho retrasar la llegada de los primeros y que, unido a la gran distancia y desnivel, ha obligado a muchos a abandonar. La meta se mantendrá abierta hasta el domingo a las 21 horas.
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